MWC 2018: ¿Cuánto cuesta tener tu propia línea de smartphones?
BARCELONA.- Caminar por los pasillos de la Fira Gran Vía, el enorme recinto en el que celebra el Congreso Mundial de Móviles que termina este jueves, implica recorrer stands enormes con la más reciente oferta de las principales marcas de teléfonos del mundo .
Al salir de los salones más grandes y caros, aparecen las segundas marcas, las compañías regionales (teléfonos que no son conocidos en nuestro país pero que tienen buena acogida en otras regiones) que buscan quedarse con una pieza de los 1800 millones de teléfonos celulares que se venden al año (aunque la mitad de ellos queda en manos de cinco o seis compañías).
Y luego empieza la zona de los proveedores de hardware. Como sabrán, las compañías grandes (Samsung, Apple, Huawei, etcétera) hacen sus propios diseños de teléfonos y de muchos de sus componentes (no todos; en la feria también están sus proveedores, mostrando orgullosos cuál de sus creaciones está en el interior de un teléfono popular).
Pero también hay otra opción: ir a China (a Shenzhen, la capital mundial de la manufactura electrónica) y hablar con compañías que se dedican a fabricar para terceros, y de las que en el MWC 2018 hay montones. Todas tienen un stand donde muestran sus teléfonos de diseño más o menos genérico, las especificaciones y (si uno pregunta) el precio por hacer una partida de algunos miles.
El precio varía según la configuración, la sofisticación en el diseño, la calidad de los materiales, el hardware interno y, obviamente, cuántos teléfonos queremos: el precio por unidad no será el mismo por 10 mil que por 1 millón de equipos. Así que estuve preguntando y les dejo acá algunos precios de referencia por si están pensando en armar una marca propia de celulares, o quieren saber cuánto sale (en China) ese teléfono de marca ignota que apareció barato en alguna tienda. Si viajan a Shenzhen seguro conseguirán mejores precios, y por supuesto no estamos hablando de calidad (sólo de una descripción técnica) pero al menos ya están orientados.
Por US$ 64 (con una tirada de 10 mil) se pueden llevar este bonito modelo que acompaña estas líneas, una mezcla de LG G6 con la estética del iPhone (que se puede modificar, claro). Tiene un chip MediaTek de 4 núcleos, 2 GB de RAM, una pantalla de 5,5 pulgadas y resolución HD, una cámara de 8 megapixeles, sensor de huellas digitales, y una batería de 2000 mAh.
Por US$ 118 (y una tirada inicial de 3 mil, por eso el precio es más alto) se llevan este equipo, que tenía una tapa trasera metálica muy simpática, una pantalla de 6 pulgadas HD+ (1440 x 720 pixeles), un chip Mediatek de 8 núcleos, 4 GB de RAM y una batería de 3050 mAh. La cámara trasera es doble: principal de 13 megapixeles acompañada por otra de... resolución VGA (0,3 megapixeles) que básicamente no sirve para nada.
El precio es salido de la fábrica en China: después habrá que calcular los costos de transporte, habilitación, etcétera.
En ambos casos (y en otros más que consulté; había más de una decena) la mesa está abierta para discutir cualquiera de los elementos: desde qué componentes se usarán hasta los colores, dónde va el logo (y cómo se agregará a la estructura del teléfono), la ubicación de los botones, si tendrá 4G o no, etcétera.
Las compañías tienen folletos enormes con todas las opciones que ofrecen, las combinaciones posibles de hardware, de tamaños, el procesado que tiene la carcasa, qué se le puede agregar y que no, etcétera. También se consigna la capacidad de producción que tiene su factoría. Y anotarán, con prolija birome, el precio de cada uno en tiradas chicas (diez mil teléfonos, por ejemplo).
¿Cómo lo hacen? Gracias a la estandarización: tanto Qualcomm como MediaTek (los dos mayores fabricantes de procesadores para celulares del mercado, aunque no son los únicos) crean lo que se conoce como diseños de referencia, y se los dan gratis a los fabricantes: les aseguran que todos los componentes funcionan, que se comunican entre sí, que no habrá incompatibilidades, y hasta los certifican ante Google para facilitar la instalación de Android. Y son diseños modulares: donde va un chip de 1 GB de RAM puede ir otro de 2 GB, donde va el módulo de la cámara puede ir otro, etcétera. Así, para los fabricantes chinos construir un equipo a pedido (siempre que sea más o menos estándar) es un proceso sencillo y económico.
Después, será cuestión de hacer los acuerdos y pasar al diseño del logo, la creación de la marca, etcétera. Pero no hay que ir a China para eso.
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