Mujeres en ciencia y tecnología. Hay avances, pero todavía falta mucho
Aunque en algunos países hay avances notables, la paridad aún choca con prejuicios y desinformación; las oportunidades en la industria de los bits
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El próximo viernes se celebra el Día de la Mujer y la Niña en Ciencia, y pese a los esfuerzos que realizan desde hace años numerosos organismos públicos y privados para incentivarlas a incrementar su interés por las carreras STEM (de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática, por sus siglas en inglés), la participación de las alumnas a través del paso de los años sigue siendo baja a nivel global. Por caso, Naciones Unidas señala que en disciplinas como la inteligencia artificial solo el 22% de los profesionales es mujer.
El dato cobra relevancia al considerar que hay pleno empleo dentro de estas profesionales. La industria de software en la Argentina no logró cubrir en 2021 más de 15.000 empleos, en base a datos de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI) con el gobierno nacional. Este sector emplea a unas 120.000 personas, lo que significa un incremento de 5000 posiciones respecto de la información difundida al cierre del 2020. Además, todas los sectores están contratando este tipo de perfiles, incluyendo banca, minoristas, petróleo y combustibles y servicios, por mencionar solo algunos.
Carreras largas y carreras cortas
Las mujeres solo representan el 17,5% de la fuerza laboral tecnológica en todo el mundo según cifras de la UNESCO. Según los datos compartidos por los centros de estudios a La Nación, en la Universidad de Belgrano el ingreso femenino a la carrera de Ingeniería en Informática se mantiene prácticamente estable en casi el 8% del total de la matrícula. La excepción fue en 2020, cuando llegó al 10,5%.
Gabriela Chapperón, secretaria académica de la Escuela Superior de Ingeniería, Informática y Ciencias Agroalimentarias de la Universidad de Morón explica que en el área de Informática cerca del 30% de los estudiantes son mujeres. “En términos generales este porcentaje es el mismo desde hace unos años”, se explaya.
Por su parte, en la Universidad Abierta Interamericana comentan que, si bien en los últimos años se ha revertido la situación a partir de diversas acciones que la facultad ha realizado, actualmente las mujeres matriculadas son menos que los hombres, pero la obtención final del título de grado y postgrado es similar en ambos sexos. De las matrículas de la Facultad de Tecnología Informática de UAI (todas las carreras de Grado y Postgrado) aproximadamente el 76% son hombres y el 24% son mujeres.
“Los cambios significativos se ven en las carreras cortas de Informática, es decir en Programación de Computadoras y en Diseño y Animación Digital. Sobre todo en esta última, las mujeres han llegado a superar el 65% del total de los alumnos”, detalla Sergio Aguilera, secretario académico de las carreras de Informática de la Universidad de Belgrano.
En sintonía con ese comentario, desde Digital House, un centro que imparte cursos a distancia vinculados con disciplinas digitales, informan que el curso de programación web full stack, que dura seis meses y medios, tiene un 19% de cupo femenino, y esta cifra se mantiene más o menos estable a lo largo de los semestres. En tanto, la carrera de dos años de duración llamada Certified Tech Developer, creada con MercadoLibre y Globant, el 58% de los estudiantes son mujeres.
Nestor Nocetti, vicepresidente de CESSI, considera que hay que continuar con las iniciativas para generar consciencia en las mujeres. “Dado que los hombres y mujeres tienen las mismas capacidades para desempeñarse en estas disciplinas, la lógica indica que el 50% del alumnado debería ser femenino”, dice, y aclara que este problema es mundial. “Parte de la solución podría ser achicar la duración de las ingenierías que actualmente en nuestro país rondan los 5 años, porque más allá de la duración de la carrera de grado está claro que en estas disciplinas hay que continuar estudiando a lo largo de la vida para seguir el ritmo a la evolución tecnológica”.
Paula Coto, directora ejecutiva de Chicas en Tecnología (CET), una organización de la sociedad civil sin fines de lucro que desde 2015 busca cerrar la brecha de género en ciencia y tecnología en la Argentina, dice: “Aún existen en la sociedad barreras vinculadas a los estereotipos y sesgos que influyen al momento de elegir una profesión”. En concreto, se refiere a la falacia de que hay “carreras de hombres y de mujeres”. Coto observa que la falta de referentes femeninos en el campo de la tecnología es notorio. “El 43% de las niñas menores de 17 años no conoce mujeres que trabajen en estas profesiones, y esto las lleva a no poder visualizarse en estas disciplinas”, comenta, y agrega que también abunda la desinformación ya que la mayoría de las jóvenes no sabe qué implica trabajar en tecnología ni dónde se estudia.
Según CET, solo el 16% de los estudiantes STEM en el mundo son mujeres y, entre otras causas, también está que muchas mujeres creen que no tienen las habilidades que requieren estas profesiones y no ven oportunidades de desarrollo laboral. Por todo esto es que Coto sostiene que hay un largo camino por recorrer para llegar a la paridad, y en tal aspecto, difundir e informar es clave ya que, sostiene, “no podemos aspirar a ser algo sobre lo que no conocemos”.
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