Probamos el Motorola Moto X 2014, que ya está disponible en la Argentina
Motorola presentó hoy la segunda generación del Moto X en el país; lo venderán las tres operadoras a partir de los próximos días; lo estuvimos probando
Motorola presentó hoy en la Argentina el Moto X de segunda generación. El equipo, que presentó en Chicago en septiembre último, debía salir a la venta en la Argentina a fin de 2014, pero los problemas de producción en Tierra del Fuego lo retrasaron hasta esta fecha (algo similar le pasó a Samsung con el Galaxy Note 4).
En los próximos días estará en los locales de las tres operadoras; Claro lo ofrece a $ 10.399 con un abono de 350 pesos ; Personal lo venderá a $ 8499 con un abono Black ($ 420 mensual) en promoción hasta fin de mes; Movistar no comunicó todavía el precio; con abonos mensuales más baratos el precio el equipo aumenta. Según Motorola, el precio promedio del teléfono rondará los 9900 pesos, siempre pensando en abonos pospago.
Estuve probando el teléfono; van aquí algunas consideraciones.
Resumen adelantado para impacientes
Es el mejor smartphone que ha hecho Motorola hasta ahora: acertó en el diseño, en las pocas pero bien elegidas prestaciones que le agrega al Android básico (como el control por voz y las notificaciones en pantalla) y en la mayor parte del hardware incluido, aunque esperaba un poco más de la cámara y de la batería. Y pierde el tamaño del Moto X original, que me parecía óptimo.
En el país tiene varios competidores de peso, con prestaciones iguales o mejores, como el Samsung Galaxy S5 o el LG G3. Al momento de escribir esto, Claro vende a $ 9774 el Galaxy S5 con LTE y a $ 8399 el LG G3, ambos con un abono de $ 350. Personal ofrece el LG G3 a $ 8099, y el Galaxy S5 (sin LTE) a $ 8999 con Personal Black.
Aún así es, por el diseño y las prestaciones, una opción excelente para quienes estén buscando un equipo de alta gama.
El diseño y la pantalla
Con el nuevo Moto X, Motorola continúa el lenguaje visual que inauguró con el primer Moto X y completó con el Moto G y el Moto E. Es un acierto, sobre todo porque logra un aspecto muy distintivo, que además logra una buena ergonomía gracias a la curvatura de la parte trasera del equipo, a pesar de no estar entre los más delgados del mercado.
En tamaño me parece más atractivo el Moto X original (con pantalla de 4,7 pulgadas); es una pena que la compañía no haya seguido el camino de Apple o Sony, que tienen dos versiones de un mismo teléfóno, con casi idénticas prestaciones y distinto tamaño de pantalla. Pero es cuestión de gustos y de costumbres: aunque es más grande, el nuevo Moto X queda cómodo en la mano y no da la sensación de estar por caerse.
Ahora el borde es de aluminio, ya que la compañía abandonó el plástico; el dorso sigue siendo parte de Moto Maker, que permite, en algunos países, elegir combinaciones de múltiples colores y materiales (plástico, madera, cuero). No es el caso de la Argentina, donde el Moto X de 2da generación estará disponible, en principio, en dos versiones: con el frente blanco y un dorso hecho en madera clara (bambú), y con el frente negro y un dorso gris oscuro, hecho de un material que según Motorola es una resina y que es muy suave al tacto.
En el frente está la pantalla, protegida por Gorilla Glass 3. Lo que deberían ser parlantes estéreo -como en el nuevo Moto G- detrás de dos bandas metálicas son, en realidad, el auricular (arriba) y un potente parlante (abajo). La otra función que cumplen estas dos líneas metálicas es la de proteger la pantalla, ya que sobresalen un milímetro respecto del vidrio, y evitan que se raye si apoyamos el teléfono boca abajo.
En la versión en negro sólo se distingue, en el frente, la cámara frontal; en la versión en blanco se ven los sensores de proximidad y los infrarrojos (más sobre esto abajo), lo que rompe un poco con la sobriedad del diseño.
El Moto X de 2da generación es más chico que el Samsung Galaxy S5 (140,8 x 72,4 mm contra 142 x 72,5 mm), pero incluye una pantalla apenas más grande, de 5,2 pulgadas (el S5 es más delgado, no obstante). Como la del S5, la pantalla es Super AMOLED con resolución Full HD, pero la de Samsung me pareció un poco más brillante, y el blanco no vira tanto al amarillo (aunque sólo es notorio con el brillo al máximo). En cualquier caso la pantalla del Moto X es muy buena, tanto por la nitidez como por la reproducción de color, ángulo de visión, etcétera.
Otro acierto en el diseño está en el botón de bloqueo, en el costado del teléfono: tiene un tramado tipo serrucho que permite distinguirlo al tacto del botón de volumen (liso) que está a su lado.
Estéticamente no me convence tanto círculo con el logo de Motorola que la compañía ubicó debajo de la cámara, aunque cumple su doble función: ser el punto de apoyo del teléfono cuando está boca arriba, y ser un imán para el dedo cuando se habla por teléfono, protegiendo en ambos casos a la cámara. Es un testimonio al cuidado con el que la compañía diseñó el Moto X.
Android, Lollipop y los agregados de Motorola
Con el primer Moto X la compañía tomó una sabia decisión: sumar unas pocas funciones a Android, pero dejar mayormente en paz al sistema operativo. Sigue así: el Android KitKat que viene en el teléfono es casi puro, y así se mantendrá cuando se actualice a Lollipop en unas semanas (en abril estará disponible también la actualización para el Moto X original).
Son seis cosas las que suma Motorola; varias presentes en el primer Moto X, pero que aquí han mejorado. La más útil, para mí, está en las notificaciones con la pantalla bloqueada, que ahora se llaman Moto Display. Antes mostraba una sola notificación (que aparece y se desvanece a intervalos regulares): ahora son tres, que se pueden "espiar" deslizando el dedo en la pantalla (que se mantiene bloqueada). Aunque hay alternativas en la tienda de Google para otros equipos con pantallas AMOLED, no funcionan igual: aquí se puede ver el texto de un mensaje y el avatar del remitente, y con un gesto del dedo abrir la aplicación correspondiente.
El otro elemento distintivo del primer Moto X era el control por voz sin tocar el equipo, algo que se mantiene, pero que ahora permite configurar el comando que activa esta función (es decir, salir del "OK, Google Now" y pasar a cualquier frase que a uno se le ocurra). Además de lo clásico (iniciar una búsqueda en Google, ordenarle al teléfono que llame a una persona o que fije una alarma para cierta hora) ahora se puede usar esta función para publicar en Facebook o enviar un mensaje de Whatsapp. Incluso es posible pedirle que tome una autofoto, activando la cámara frontal.
Todo funciona bastante bien, pero algunos comandos combinados (como mandar un Whatsapp a alguien) requieren de bastante precisión en la construcción de la frase (ya que no saben muy bien qué hacer con los artículos, ausentes en la programación en inglés), y no siempre tienen éxito. La buena noticia es que varios de estos comandos funcionan sin conexión a Internet.
El tercer elemento es una suerte de asistente contextual (hay varios en la tienda de Google) que silencia el teléfono por la noche o cuando tenemos marcada una reunión en el calendario, o usa el GPS, el acelerómetro y los micrófonos para determinar si estamos en el auto y cambiar el modo de interacción (y leer los mensajes que llegan, por ejemplo).
Un cuarto ítem es el que deja su marca en el frente del teléfono (sobre todo en la versión blanca) con tres sensores infrarrojos que replican con éxito dos funciones presentes en los últimos Galaxy de Samsung: por un lado, detecta cuando estamos mirando la pantalla para evitar que se apague aún si no la tocamos. Por otro, permite silenciar una llamada o una alarma, o activar el reloj en la pantalla bloqueada, si pasamos la mano por encima del teléfono a unos 15 cm de distancia.
Todas estas funciones se pueden desactivar.
En lo que refiere a las aplicaciones, Motorola mantiene una herramienta para migrar contenidos desde otros dispositivos (desde las fotos hasta el registro de llamadas) y una Galería de imágenes que incluye un editor de fotos, un acortador de videos y la posibilidad de crear una suerte de presentación combinando fotos y videos, al estilo de la herramienta Zoe de HTC.
El resto del hardware, convencional
Motorola insistía con el Moto X original que el hardware no importaba tanto, pero en esta ocasión eligió ponerse al día, con 2 GB de RAM y un chip Qualcomm Snapdragon 801 de cuatro núcleos a 2,5 GHz. Es una configuración de tope de línea para 2014; pero este año ya se enfrenta con equipos con 3 GB de RAM y procesadores Snapdragon 810 o similares.
En cualquier caso, y aunque quizá no sea el más rápido del mercado, sólo los muy exigentes encontrarán motivo para quejarse; a la vez, esto puede decirse de casi cualquier combinación de 2 GB de RAM y un chip de cuatro núcleos. Así, el teléfono tiene resto para correr Android sin complicaciones ni ralentizaciones.
El almacenamiento del Moto X no puede ampliarse, y la compañía eligió (por suerte) la versión de 32 GB para la Argentina, con 24,4 GB libres para el usuario. Completan el hardware las antenas LTE, 3G, Wi-Fi ac, GPS/Glonass, Bluetooth 4, NFC y cuatro micrófonos para cancelación de ruido, que cumplen con su promesa de ofrecer llamadas y videos con buen audio.
Según Motorola el teléfono es resistente al agua, aunque no sumergible. Pero debería sobrevivir una lluvia, un vaso de agua volcado encima, etcétera.
La batería y la cámara
Los dos elementos más flojos del nuevo Moto X son la batería y la cámara, pero no son malos.
La batería, porque con 2300 mAh (no removible) alcanza para una jornada de uso, pero no mucho más. Midiendo la carga desde que desenchufo el teléfono a las 7 am y lo uso todo el día con el 3G y el Wi-Fi encendido, llega a la noche con algo de carga, pero sin margen. No mejoró respecto del Moto X anterior (que es de 2200 mAh), pero tampoco empeoró. Por supuesto, la autonomía dependerá del uso que le da cada uno; pero otros equipos tienen más resto. El teléfono admite un modo rápido de carga (provisto, en rigor, por Qualcomm, el fabricante del chip) pero requiere de un cargador especial que no se consigue en el país. A propósito: el Moto X viene en la caja con un cargador con dos puertos USB (gran noticia), pero sin auriculares.
El teléfono recomienda definir su conectividad en 4G, pero eso, al menos en la Argentina actual, es una forma segura de liquidar su batería antes de tiempo, testimonio de una cobertura 4G que todavía no es completa, y que obliga al teléfono a estar buscando constantemente una conexión adecuada.
En lo que refiere a la cámara, Motorola eligió para el nuevo Moto X un sensor Sony IM135 con apertura F/2,25, y un flash en anillo que, en teoría, logra una iluminación más difusa a la hora de capturar imágenes con flash, evitando las sombras muy recortadas. Técnicamente cumple con la promesa, pero sin lograr una gran mejora respecto de un flash convencional.
Con una iluminación razonable las fotos son muy buenas. Cuando hay poca luz, sin embargo, el sensor muestra sus limitaciones. No es malo: simplemente es de una generación anterior a los que tienen sus competidores (es el mismo del Galaxy S4 y el LG G2), y sufre por ello, lo mismo que con el HDR, un modo que no siempre logra evitar los claroscuros.
La cámara no es un tema menor, porque los grandes fabricantes invierten muchísimo en este área, y muchos incluyen ya estabilización óptica de imágenes y foco ultraveloz, y es aquí donde Motorola se queda un poco rezagada.
Pero para la mayoría de los casos la cámara cumple su cometido sin problemas. La cámara es muy fácil de manejar gracias a la interfaz minimalista de Motorola, aunque no permite un control fino de la exposición, balance de blancos, etcétera. Es muy rápida tanto para la activación (con el icono de la cámara, o con un doble agite del teléfono, rotando la muñeca como si se forcejeara con un picaporte) como para la captura de imágenes en ráfaga; Motorola incluye una herramienta que intenta elegir la mejor.
El foco continuo (que permite cambiar la ubicación de la cámara en la grabación de un video y mantener todo enfocado) es un poco quisquilloso, y en la grabación de videos a veces no termina de decidir dónde enfocar.
Los videos en Full HD tienen muy buena calidad. El Moto X también permite grabar en cámara lenta (y elegir, después de capturado el video, cuál parte se verá así y cuál a ritmo normal) y en Ultra HD, en este último caso con buena definición, aunque el teléfono recalienta un poco al grabar video en esa calidad (pero no mucho) y se lleva unos 400 MB por cada minuto de video.
La cámara frontal es de 2 megapixeles y graba video en Full HD.
Conclusiones
Es muy bueno lo que logró Motorola con este Moto X, tanto en relación con su antecesor como con sus competidores de 2014: tiene buen diseño, hardware de primera línea y lo que agregó sobre las funciones estándar de un smartphone moderno son herramientas útiles y no simples proezas técnicas. Un poco más de autonomía de la batería hubiera sido bienvenido, lo mismo que una cámara un poquito más moderna, pero no deberían ser motivo para desdeñar el equipo.
Para mi gusto, además, con este equipo se pierde un tamaño óptimo; hubiera preferido un Moto X con un panel de 5 pulgadas y un tamaño más cercano al modelo original. En la Argentina, además, la compañía sufre su retraso logístico: para mediados de año Samsung promete traer al país al Galaxy S6 (aunque también puede retrasarse, como le sucedió con el Galaxy Note 4).
Aunque no necesariamente es una opción superadora de otros equipos disponibles en el mercado local con prestaciones similares, y un precio competitivo, el Moto X en su versión 2014 es una opción muy recomendable para quienes busquen un smartphone de gama alta.
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