Motorola da más datos sobre Moto 360, su reloj con Android Wear
Saldrá a la venta en nuestro invierno; está hecho de metal; es resistente al agua; funciona con cualquier smartphone con Android 4.3 o superior
Hoy por la tarde Motorola realizó una videoconferencia con la prensa mundial para dar más detalles de su nuevo reloj Moto 360, que develó ayer como parte de la plataforma Android Wear (aunque ya lo había adelantado en febrero), una versión modificada del sistema operativo propulsado por Google, y que apunta al nuevo segmento de la tecnología para vestir, que incluye sobre todo relojes inteligentes y pulseras conectadas , pero que también suma zapatillas , raquetas y mucho más.
El encargado de dar la charla fue Jim Wicks, el jefe de diseño de Motorola, que fue quien, en 2008, presentó el Aura , el celular de la compañía con pantalla circular (y el único hasta el momento). El video de la charla sobre el Moto 360 puede verse aquí:
No se sabía mucho del Moto 360, y Wicks sumó algunos datos, que sirven también para entender a dónde apunta Android Wear como plataforma.
El reloj está hecho con un marco de acero, una malla de cuero verdadero y una inusual pantalla redonda, por lo que, presumiblemente, no será barato. Wicks no dio detalles sobre el precio o la disponibilidad, más allá de su llegada al mercado en nuestro invierno, pero es probable que esté más cerca del Gear 2 de Samsung (300 dólares) anunciado en febrero que del Pebble de primera generación (150 dólares) que nació en Kickstarter (una segunda versión, de metal , tiene un precio de 250 dólares en Estados Unidos).
Usar una pantalla redonda apunta a hacerlo amigable y darle una conexión histórica a los relojes tradicionales. Una duda que se tenía ayer era si esto era exclusivo de Motorola (porque LG también anunció un reloj ayer , pero con pantalla cuadrada) y Wicks confirmó que es algo que dispone Android Wear, por lo que es probable que veamos otras marcas usando pantallas circulares.
El equipo admite mallas intercambiables, se puede usar en la mano izquierda o la derecha porque tiene un acelerómetro para rotar la información en la pantalla; no tiene puerto USB para cargar la batería -cuya autonomía se desconoce, pero que Wicks reconoce que es una prioridad- y es resistente al agua, probablemente usando alguna de las técnicas de impermeabilización de la electrónica interior que la compañía ya usó en los RAZR.
No tiene cámara ("no creemos que sea esencial", dijo Wicks, en obvia referencia a los relojes de Samsung) y funciona con cualquier dispositivo con Android 4.3 o superior, algo que es parte de la especificación de Android Wear. Aquí, de nuevo, marca la distinción con Samsung (sus relojes sólo funcionan con equipos de la firma surcoreana), pero no con Sony, cuyos relojes sí son compatibles con cualquier smartphone con Android.
Wicks no aclaró qué hardware tiene el equipo. Como referencia, el Samsung Gear 2 tiene un chip de doble núcleo a 1 GHz, 512 MB de RAM y 4 GB internos; el LG G Watch, según varias filtraciones , tiene un hardware similar. A la vez, el reloj Pebble tiene un chip de un núcleo a 120 MHz y 512 KB de RAM, según iFixit , que sumado a su pantalla de LCD transflectivo (blanco y negro) le permite una autonomía de 5 o 6 días, el doble que sus competidores actuales.
No son relojes tan inteligentes
La idea detrás de Android Wear no parece estar en ser una plataforma para relojes inteligentes como los conocemos hoy (al menos, por ahora) sino para crear asistentes omnipresentes. Es casi lo mismo, pero la diferencia -aunque sutil- es importante: Android Wear no parece permitir instalar aplicaciones de terceros en el reloj, como sí lo hacen Pebble, el Gear de Samsung y otros. Para ver algo en el cuadrante del reloj tendrá que estar instalado en el smartphone, que será quien haga todo el trabajo pesado (apoyándose, claro, en la Nube siempre que sea posible) y envíe notificaciones a la pantalla atada a nuestra muñeca.
Android Wear (y lo que se ha visto del Moto 360) permite visualizar en una pantalla secundaria las notificaciones que llegan al smartphone, hacer un uso intensivo de Google Now (con alertas, sugerencias y mucho análisis de nuestros movimientos y actividades, pero todo procesado en los servidores de Google) y tener una interacción limitada con el reloj: ver las alertas, descartarlas o enviar una respuesta predefinida, reenviar un mail a otra persona, hablarle al teléfono para que realice una búsqueda u otra tarea (y en esto, el conocimiento que Motorola ganó con el Moto X es clave), pausar la reproducción de la música, ver un informe del tiempo o los metros caminados, etcétera. En Android Police tienen muchísima información (en inglés) de cómo son los gestos verticales y laterales en la pantalla táctil de reloj para controlar las funciones.
El mayor valor de Android Wear está en no pretender que el dispositivo que llevamos en la muñeca sea un reemplazo del smartphone, sino una extensión de él.
Eventualmente podrá sumar más cosas, claro, pero Google hace lo correcto al poner un límite a lo que debe ofrecer hoy un reloj inteligente, cuando la tecnología disponible es limitada. Parece una excelente idea, sobre todo si con esto ayuda a uno de sus puntos más flacos, que está en la batería.
Es probable que esa sea la razón, además, por la que la mayoría de las novedades en este punto en el Congreso Mundial de Móviles haya estado del lado de las pulseras para monitoreo de la actividad física (de Huawei, Sony y Samsung): unas pocas funciones, limitadas pero comprensibles (es decir, que le dan algo de sentido a la compra de eso que, por ahora, es un chiche), y que permitan dispositivos más modestos pero también con mejor autonomía y más económicos.
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