Mide 124 metros, tiene 12 motores eléctricos, es la aeronave más grande del mundo y espera recuperar la pasión por los dirigibles
Pathfinder 1, diseñado por una compañía creada por Sergey Brin, el cofundador de Google, ya está haciendo sus primeros vuelos de prueba; es un dirigible pensado para tareas de ayuda humanitaria
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Cualquier mención moderna a un dirigible evoca irremediablemente, para los argentinos, tres imágenes: una, la del Graf Zeppelin, un monstruo de 236 metros de largo, sobrevolando Buenos Aires el 30 de junio de 1934; dos, a su hermano Hindenburg, el “zeppelin” de 237 metros de largo prendido fuego el 6 de mayo de 1937 mientras intentaba aterrizar en Nueva Jersey; tres, el dirigible que sobrevoló el área metropolitana de Buenos Aires a fines del siglo pasado como una campaña promocional de La Serenísima.
Ahora, quizá, habrá que sumar una nueva imagen mental: la del Pathfinder 1, un dirigible de la empresa estadounidense LTA Research (las siglas LTA responden, en este caso, a Lighter Than Air, es decir, más liviano que el aire, en inglés) que recibió la autorización del gobierno de ese país para comenzar sus primeros vuelos de prueba.
Es un zeppelin con todas las letras: un dirigible de 124 metros de largo, con una estructura rígida que le permite albergar 13 celdas de helio (un gas noble que, a diferencia del hidrógeno usado en los zeppelines alemanes, no se prende fuego), 12 motores eléctricos que le permiten volar a 120 kilómetros por hora, 24 baterías, dos generadores diésel de 150 kv y una góndola para 14 pasajeros. El Pathfinder 1, además, tiene cuatro timones, lo que le permite un despegue y aterrizaje vertical, y un lidar que analiza el estado de las bolsas de helio para detectar cualquier tipo de pérdida. El sitio oficial tiene una vista interactiva para conocer todos los detalles de su diseño y estructura.
Con ese tamaño es, hoy, la aeronave más grande del mundo: su largo es tres veces el de un Boeing 737 de pasajeros, por ejemplo, y es casi el doble de largo de un Airbus A380 (73 metros de largo). Incluso es más largo que su principal competidor, el Airlander 10, que tiene 92 metros de largo y, como un zeppelin convencional, usa una gran estructura llena de 28.300 metros cúbicos de helio para elevarse. El Airlander 10 tuvo varios vuelos de prueba entre 2016 y 2019, pero recién en 2026 está previsto que entre en servicio comercial para viajes de corto alcance en España.
La intención del Pathfinder 1 tampoco está en reemplazar a los aviones convencionales. Su diseño le permite una estabilidad difícil de lograr en un avión (y que era el atractivo de los zeppelines creados hace casi 100 años) y, sobre, sobrevolar un área sin inconvenientes, ya que es el helio el que lo mantiene en el aire (a diferencia de un avión, que requiere moverse a cierta velocidad para que el aire ofrezca sustentación a sus alas).
“Nuestras aeronaves tendrán la habilidad de complementar, e incluso acelerar, la respuesta humanitaria a desastres de todo tipo, así se pueden salvar más vidas. Estas aeronaves no requieren infraestructura como pistas o zonas de aterrizaje, lo que les permite llevar hasta 4 toneladas de comida, equipamiento, suministros y otros elementos capaces de salvar vidas a zonas impactadas por desastres naturales. Esa la intención principal de LTA, la compañía fundada por Sergey Brin -uno de los creadores de Google- en 2015, que por estos días recibió el permiso de la autoridad de aviación de Estados Unidos para hacer 50 vuelos de prueba de baja altura en California, probando la viabilidad de esta aeronave.