Los emojis que vienen. Capaces de adaptarse e interactivos, aunque siempre universales
Las novedades sobre las caritas dan que hablar, porque se trata de un recurso expresivo utilizado por todas las sociedades industrializadas para complementar el omnipresente chat
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Dada su popularidad, lejos de tratarse de un listado estático, las opciones de emojis, caritas y emoticones se amplía periódicamente de acuerdo con las necesidades y peticiones de los usuarios. Un labio mordido, un hombre embarazado, una jeringa, una radiografía de tórax y un tobogán son algunos de los nuevos recursos que conoceremos durante 2022, según anticipa el Consorcio Unicode, que es la organización sin fines de lucro que establece los estándares de compatibilidad de los emojis. El consorcio está ubicado en Mountain View (la misma ciudad donde tiene sede Google) y es el que se ocupa del estándar Unicode, un método para unificar la codificación de caracteres en los dispositivos digitales.
Consultada por LA NACION, Vanesa Prandi, que es diseñadora gráfica y docente de Diseño Gráfico en la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Morón, comenta que el universo de los emojis es dinámico, y que los cambios se dan de acuerdo con la necesidad que tiene la sociedad de comunicarse, pero, a la vez, de tener cada vez más recursos que digan rápido lo que quiero decir, sin tener que escribirlo. “Y así es como empezamos a sentir que hay carencia de pictogramas que expresen lo que no tengo tiempo de escribir”, comenta.
Todo personal
La especialista señala que más allá de las particularidades universales de todos los emojis, una tendencia clara es la capacidad para adaptarlos a cada persona.
En esta línea, Prandi señala que, por el momento, hace falta el emoji que se puedan personalizar por lo que podríamos esperar innovaciones en este sentido hacia el futuro: “Imagino algo así como un emoji avatar, en el que el usuario pueda elegir nariz, ojos y boca, entre otros rasgos”. Por otro lado, la especialista también señala que actualmente faltan emojis del mundo de los tatuajes. “Ese sí que es un lenguaje de expresión e identificación que se ha pasado por alto, hasta ahora”, observa.
Roberto Benedetti, que se desempeña como director de la licenciatura de Diseño y Animación Digital de la Universidad Siglo 21, también sostiene que la palabra clave al hablar sobre el futuro de los emoji es personalización, aunque con ciertos límites, ya que, por un lado, estos dibujitos deben respetar un estándar estético que soporte las diferentes plataformas, y, por el otro, tiene que mantener siempre su característica universal para que el interlocutor sepa qué queremos decir al utilizar este recurso.
Nuevas funciones
En cuanto a las limitaciones tecnológicas de los emojis, la especialista de la Universidad de Morón sostiene que los stickers (hay incluso una brecha generacional entre los que los usan y los que no) empezaron, de alguna manera, a reemplazar la carencia de movimiento de los emojis. “Sería una buena noticia que la manito que saluda se mueva de un lado a otro y que los besos y los abrazos connoten la pasión necesaria del caso, y no que se limiten a unos labios o abrazos estáticos”, acota.
En tal sentido, Benedetti ya postula cómo podría ser la evolución de los emojis en cuanto al uso. “Por ejemplo, gracias a la inteligencia artificial, el dispositivo móvil pueda reconocer nuestro gesto para elegir el emoji que queremos utilizar en tiempo real. También es posible que cuando un usuario reciba uno de estos pictogramas le aparezcan al instante un par de opciones para que presione la correcta, en vez de tener que buscar uno manualmente”, reflexiona el docente de Siglo 21. Esto último sería lo mismo que las respuestas predictivas que ya están, por ejemplo, en Gmail, Outlook y LinkedIn, entre muchos otros, pero en formato de emoji, en vez de simple texto.
Con respecto a las tecnologías que influirán en esta evolución, Benedetti destaca la realidad virtual. “Los memoji son la antesala de los avatares virtuales, que son personajes que reemplazan a las personas en el mundo real. Los avatares tienen un recorrido muy prometedor en el futuro, porque permite virtualizar a una persona. En tal sentido, también habrán emojis para comunicarse en un entorno de virtual”. Asimismo, sostiene que podría suceder que el usuario cambie la expresión de un emoji utilizando su dedo sobre la pantalla táctil, de tal forma que sea capaz de modificar la boca de la carita para convertir rápidamente una expresión de felicidad en una de tristeza. Y viceversa, desde luego.
Francisco Albarello, doctor en Comunicación Social y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral, observa dos tendencias. “Por un lado, seguirá creciendo la cantidad de pictogramas disponibles pero, al mismo tiempo, a medida que aumente el uso de realidad virtual y, por ende, de comunicaciones no escritas, disminuirá la necesidad de apelar a los emojis”. En resumen, Albarello sostiene que el aumento en la penetración de dispositivos como cascos de realidad virtual supondrá nuevas necesidades de comunicación que exceden las posibilidades de los emojis.
Es más: los especialistas observan una lenta agonía para estos pictogramas: “En la comunicación del futuro, el protagonista no será el chat, que existe desde los años ‘80. Para sobrevivir deberán mutar hacia otros medios, como los escenarios de realidad virtual”, anticipa Benedetti.
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