Los 30 años de la Commodore 64, la computadora que cambió la historia
Salió a la venta en agosto de 1982, y aunque luego cedió el liderazgo a la PC, revolucionó al mercado de las computadoras hogareñas; el recuerdo de los fanáticos argentinos
En la historia de la tecnología no hubo muchos productos que cambiaran las reglas del juego. En los últimos años vimos la popularización de las ventanas con Windows, el nacimiento del iPod y la revolución musical que trajo el MP3, el iPhone que modificó cómo usamos los teléfonos celulares y convirtió a los dispositivos en una computadora pequeña y, mucho más recientemente, el iPad, la reina de las tabletas. Pero en agosto de 1982, hace justamente 30 años, se ponía a la venta un producto que hizo que las PCs pasaran a ser de una elite a estar en todos los hogares: la Commodore 64.
Hoy parece algo inmenso e inútil, pero en su momento logró hacer que las computadoras no solo estuvieran destinadas a científicos o militares sino que también se expandiera su uso a los hogares. Nació de la cabeza de Jack Tramiel (que falleció en abril último en California) un niño polaco que sobrevivió a un campo de concentración en Auschwitz y fue rescatado por la aviación estadounidense. Con el tiempo puso una empresa en Estados Unidos que fabricaba máquinas de escribir, más tarde calculadoras y, después de haber estado al borde de la quiebra en varias oportunidades, se metió en el mundo de las computadoras personales creando, entre otras, la famosa Commodore 64.
El éxito de su venta, que se realizaba desde en tiendas de juguetes hasta shoppings, se basó en varios puntos. El más importante de todos es que, si bien no fue el primer modelo en llegar al mercado, sí fue el primero en tener un precio asequible para las masas. "Fue la primera computadora de mucha gente. Acercó el poder de la computación al hogar", asevera Diego Chiacchio, administrador del sitio local Home Computer , coleccionista de dispositivos antiguos y dueño de varias versiones de la Commodore.
Los pocos productos que se vendían en la década del 80 eran de IBM y Apple, que costaban más de 1500 dólares. La Commodore 64 tenía un precio de US$ 595 y, por ese motivo, se trata de uno de los dispositivos tecnológicos más vendidos en la historia. Entre el '82 y el '86 se vendieron 2,5 millones de unidades mientras que, hasta el día que se dejó de fabricar, acumuló ventas por entre 12,5 y 17 millones de equipos. "Ninguna computadora de hoy la podrá superar porque el concepto de fabricación actual es muy distinto al de aquella época. La Commodore 64 fue fabricada de manera ininterrumpida desde 1982 hasta 1993. ¡11 años!", comenta Chiacchio.
De hecho, una famosa frase de David A. Ziembicki, ingeniero de producción de la Commodore, quedó en la historia. Cuando se hizo la presentación oficial en enero de 1982 en el Consumer Electronic Show, evento que se realiza cada año en Las Vegas, el experto dijo: "Todo lo que veíamos en el pabellón era gente de Atari con la boca abierta diciendo '¿Cómo pueden hacer esto por 595 dólares?'".
La respuesta era la integración vertical. Ellos no solo diseñaban las computadoras sino también los chips. De esa manera podrían vender los productos a precios mucho más reducidos que Apple, Atari e IBM, que eran las compañías más poderosas de la época.
Andreas Wallstrom, uno de los fundadores de C64.com, un museo online donde se puede encontrar la colección relacionada a este modelo más grande del mundo, que va desde videojuegos hasta tutoriales para programar, asegura que su éxito también se dio por la simpleza que tenía: "Uno la prendía y ya estaba lista para usar. Además tenía errores que permitieron desarrollar cosas que ni los creadores de la computadora tenían en mente", agrega.
Con sus 1,023 MHz de procesamiento, 16 colores, 64 KB de RAM y 512 bytes de memoria de video logró, además, revolucionar la industria de los videojuegos. De aquí salieron algunos de los pioneros y más importantes títulos que muchos amantes de lo retro todavía siguen jugando.
A mediados de lo 80 fue cuando tuvo su pico de popularidad, sobre todo con los videojuegos. Con el comienzo de los 90s, explicó Wallstrom, la industria se hizo más comercial y "dejó de lado la originalidad".
Tenía el mejor chip de sonido de la época y muchos artistas lo utilizaron para componer música. De hecho, hoy en día hay un gran movimiento de música electrónica donde DJs se inspiran en esos sonidos utilizados por las viejas computadoras.
"El chip de sonido, llamado SID, era una de sus características técnicas más notables. Fue el primer sintetizador semiprofesional instalado en una computadora y diseñado específicamente para crear música en lugar de solo sonidos para videojuegos", explica Pablo Roldán, administrador del sitio Retrocomputación y fanático de la Commodore 64.
Muchos de los expertos en informática actuales comenzaron con esta computadora: "Con ella aprendí a programar y por ella me decidí especializarme en electrónica en la secundaria", explica Roldán y agrega que, a diferencia de las computadoras actuales, "la C64 tiene una arquitectura sencilla que le permite a una persona conocer todos los aspectos de su funcionamiento, algo muy atractivo para los amantes de la experimentación".
Gracias al avance de la tecnología, se le puede dar usos muy diferentes a los que se le daba hace 30 años. En torno a la C64 existe una gran comunidad que mantiene viva la plataforma. Como informa Chiacchio, hay "una interfaz para conectar la guitarra del videojuego Guitar Hero , una placa de red Ethernet para darle acceso a Internet, un sistema operativo avanzado y hasta un cliente para Twitter ".
En la Argentina
En la época que se puso a la venta en Estados Unidos en Argentina había trabas a la importación. Esto hacía que la compra de algunos productos que se fabricaban en el extranjero fuera demasiado costosa. Si bien en países limítrofes había clones de la computadora, la empresa de electrodomésticos Drean compró la licencia para ensamblarla en el país. El equipo se comenzó a fabricar en mayo de 1985 con partes que llegaban, en su mayoría, de Estados Unidos, copiando la positiva experiencia de la firma santafesina Czerweny, que fabricaba un clon de la ZX Spectrum (la CZ Spectrum) en nuestro país.
"Si bien las Commodore fueron usadas principalmente para entretenimiento, tuvieron una gran aceptación en escuelas", explica Chiacchio.
El equipo se podía conseguir por 390 australes, un precio muy similar a lo que costaba en dólares. Ese, también, fue otro de los grandes motivos por los que miles de usuarios comenzaron a elegirla. De esta manera, pasó a ocupar el lugar más importante en el mercado informático nacional.
Drean llegó a fabricar 10.000 Commodore al mes a mediados de 1986, según un estudio del historiador Guido de Caso publicado en la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad .
Un aviso de la Commodore 64C, previo a la llegada de la Commodore 128:
Tal fue el éxito que tuvieron los diferentes modelos a lo largo de los años que la compañía de electrodomésticos lanzó la revista Drean Commodore. Se trataba de la publicación oficial que fue lanzada entre diciembre de 1985 y marzo de 1988 por la editorial Proedi. Como su nombre lo decía, era dedicada especialmente a contenidos relacionados a esta línea de computadoras: software, hardware, lista de programas disponibles, reseñas y más.
La firma también tuvo éxito con el modelo siguiente (la Commodore 128) pero la familia siguiente (la Amiga, mucho más avanzada) no pudo competir con la PC, que se transformó en la reina de la computación personal.
Aún así, la Commodore 64 se convirtió en una de las computadoras más famosas del mundo y logró revolucionar la forma en la que las personas accedieron a los informática en la Argentina.
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