Lockeford, el apacible pueblo californiano en el que lloverán paquetes de Amazon
Una pequeña comunidad al norte de California ha sido la elegida por la compañía para iniciar Prime Air, el servicio de delivery de paquetes por drone
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Amazon ha elegido un apacible pueblo de 3200 personas para lanzar uno de sus servicios más esperados, la entrega de paquetes mediante drones. Este hito ha sido lo suficientemente significativo para hacerse un espacio en la entrada de Wikipedia de Lockeford, la comunidad al norte de California que será testigo de este nuevo paso rumbo a un futuro automatizado. “Al lanzar este servicio estaremos invirtiendo en la comunidad, creando nuevos trabajos y construyendo relaciones con organizaciones locales, además de reducir emisiones de carbono”, ha informado la compañía al confirmar el sitio piloto para el experimento.
Amazon ha informado este lunes que está trabajando con las autoridades de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos para obtener los permisos necesarios para hacer las entregas con las máquinas controladas a distancia. Solo tres empresas de logística en el país han iniciado el proceso ante el regulador aéreo. La empresa lleva trabajando en este proyecto casi 10 años y en él están involucrados científicos, ingenieros, profesionales en la industria aeroespacial y futuristas. En su blog corporativo, la compañía fundada por Jeff Bezos no ha dado una fecha de inicio para el reparto en Lockeford, pero ha prometido compartir pronto fotografías e imágenes.
Los habitantes de Lockeford encontrarán en Amazon una selección de productos que son elegibles para Prime Air. Una vez comprados, recibirán un tiempo estimado para la entrega de la orden. “Para estas, los drones volarán al área designada de reparto, descenderán al patio trasero de los clientes y volarán en suspenso a una distancia segura. Posteriormente, dejarán el paquete y retomarán la altura”, ha explicado la compañía.
No son drones convencionales
Las máquinas que serán empleadas no son drones comunes. De acuerdo con Amazon, han desarrollado aparatos “sofisticados y líderes en la industria” que pueden evitar obstáculos como otras aeronaves, chimeneas, personas o mascotas, gracias a una serie de sensores que les permite visualizar sus alrededores en trayectorias de larga distancia. “Este diseño fue para dos escenarios: volar seguros en tránsito y ser seguros mientras se aproximan al suelo... Si se detectan obstáculos, nuestros drones cambiarán la ruta inmediatamente”, ha añadido la empresa.
No se sabe con certeza por qué el gigante del consumo eligió este pequeño pueblo a 60 kilómetros al sur de Sacramento, la capital de California. Amazon solo ha dado a conocer algunos guiños, entre estos que Lockeford tiene “vínculos históricos” con la industria de la aviación. El pueblo fue fundado en 1851 por dos hermanos que abandonaron Boston en busca de una mejor vida. Llegaron a este lugar, donde construyeron una cabaña, pero no pudieron habitarla pronto ante la gran cantidad de osos. Poco tiempo después, edificaron un fuerte que dio nombre a la comunidad. A finales del siglo XIX, un vecino de la región, Weldon Cooke, comenzaba a experimentar construyendo y volando aviones. “Más de un siglo después, los residentes tendrán la oportunidad de registrarse para una entrega aérea gratuita de miles de productos cotidianos”, ha informado la compañía.
A pesar del optimismo que la empresa usa en su comunicación institucional, está por verse si Amazon al fin puede cristalizar un largo sueño. Desde 2016, la empresa comenzó a desvelar sus planes. Las primeras pruebas se hicieron en el Reino Unido, el sitio elegido para el lanzamiento de Prime Air. Los ejecutivos lanzaron las campanas al vuelo diciendo que los drones serían una realidad en poco tiempo. Ofrecían recorridos en los laboratorios que diseñaban las máquinas y abrieron una gigantesca oficina en Cambridge. Un video en las redes sociales se hizo viral con la promesa de lo que una vez había sido ciencia ficción ya no lo era más.
Las voces de los trabajadores distaban mucho de la ilusión creada por los ejecutivos. Una serie de testimonios recogidos por la revista Wired, especializada en tecnología, describían en su lugar un caótico ambiente de trabajo con desorganización, alta rotación de empleados y falta de liderazgo en el proyecto. La publicación asegura que más de 100 trabajadores fueron despedidos de la oficina de Cambridge. Otros fueron reubicados a Costa Rica. En 2019 se corrigió el rumbo del proyecto, que ahora pretende demostrar al fin que Amazon está preparada para levantar el vuelo.
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