Linus Torvalds, héroe de la revolución menos pensada
Conocí a Torvalds en 1997, cuando su nombre empezaba a circular más allá de la mesa chica del software libre y una fama incipiente lo había traído hasta la remota Buenos Aires. Hoy, a sus 46 años, recuerda la época anterior a Linux, los momentos difíciles, los hitos, examina su particular estilo personal y explica por qué algunas constantes de Linux esconden fechas de cumpleaños
El jueves, Linux cumplió 25 años. La historia está repleta de matices y anteayer publiqué un relato breve, pero bastante pormenorizado de esa gesta que arrancó el 25 de agosto de 1991. Para celebrar el aniversario me propuse también conversar con Torvalds, a quien contacté en junio; me parecía una buena forma de cerrar un círculo que arrancó cuando lo conocí en persona, aquí, en Buenos Aires, 19 años atrás. En esa época casi nadie creía en todo esto de Linux y el software libre, y esta fecha redondita, el vigésimo quinto aniversario, el cuarto de siglo, invitaba a una nueva charla.
Mi plan original consideraba intercalar el trasfondo histórico con los dichos de Torvalds. Pero, fiel a su estilo, el estilo de un ingeniero con los pies en la tierra, exhaustivo y minucioso, fue tan abundante en sus respuestas (exhaustivas y minuciosas) que decidí publicar el jueves ese trasfondo histórico y, aquí, sólo el reportaje, para no estropearlo con interrupciones.
Así que, con ustedes, Linus Torvalds, el hombre que, sin proponérselo, inició, 25 años atrás, una revolución que nadie esperaba. Mucho menos él mismo.
–En tu histórico primer post acerca del kernel, en agosto de 1991, decías que era “sólo un hobby", que no iba a ser grande y profesional como GNU. Sin embargo, tu hobby empezó de pronto a llamar la atención y convocó a muchos desarrolladores. Eras muy joven entonces, 21 años, ¿cuáles fueron tus sentimientos en esos días?
–La cuestión es que, simplemente, no ocurrió de pronto, así que no hubo un momento discreto de sorpresa cuando mi pequeño proyecto se convirtió en algo grande y profesional. Pasó de ser un hobby pequeño a un hobby un poco más grande, luego pasó de unos pocos cientos de usuarios a unas pocas compañías involucradas, y después pasó a ser un proyecto bastante grande. Y ninguno de estos pasos fue conspicuo por sí mismo.
“Creo que el desarrollo tecnológico tiene que ver con un montón de detalles. La gente a veces parece creer que hay grandes saltos cuando alguien aparece con una idea nueva. Pero no es así como en realidad funciona. Es un proceso muy gradual y sólo cuando mirás para atrás podés decir: “Oh, eso fue grande”
“Hubo un número de ocasiones en las que al mirar atrás veía grandes cosas. Pensé que era algo importante cuando en 1992 tenía usuarios que no conocía de los debates por e-mail. Fue importante cuando la gente empezó a crear distribuciones en torno al kernel, lo que también ocurrió a principios de 1992, y algunas de esas distribuciones se volvieron grandes y todavía están entre nosotros, con Red Hat y Debian siendo sólo las más conocidas. Fue importante cuando recibimos el respaldo de IBM, que invirtió 1000 millones de dólares en Linux. Y fue importante cuando Oracle anunció que portaría su base de datos a Linux. Todas estas fueron cosas enormes a la larga, pero a la vez no ocurrieron de forma inesperada ni en un momento preciso.
Honestamente, Linux todavía sigue siendo sólo un hobby para mí.
“Y, honestamente, todavía sigue siendo sólo un hobby para mí. Por supuesto, es la mejor clase de hobby, uno que es significativo e importante. Pero es todavía algo que hago porque amo lo que hago, incluso si los detalles de lo que realmente hago en torno de Linux han cambiado mucho durante estos años.
–Contame de los días previos a que mostraras tu primer kernel, cuando estabas trabajando en él. Creo que esto es un poco como el sancta sanctorum de la historia de Linux, la época en la que un estudiante muy joven que estaba destinado a convertirse en una de las fuerzas principales de la computación moderna estaba trabajando en su hobby. ¿Cómo era ser Linus Torvalds en esa época?
–Nada impresionante. Realmente la cosa geek prototípica, cuando me sentaba frente a la computadora con las persianas bajas y trabajaba hasta horas muy inusuales. La clase de situación en la que te enfrascás tanto para tratar de que algo ande que te quedás despierto hasta las 5 de la mañana porque ya casi lo tenés.
“Y desde afuera, Linux de verdad parecía bastante patético. El tema con empezar un sistema operativo es que sin un sistema operativo la computadora no hace nada útil. Nada funciona. Así que los primeros días, cuando tuve que aprender cómo funcionaba el Modo Protegido del 80386 y la forma en que booteaba una PC, fueron tiempos de trabajar tan sólo para que un carácter se mostrara en la pantalla. Luego, cuando salté a la siguiente etapa y activé el hardware de paginación, la máquina no hizo nada demasiado sofisticado, sino que mostró otro carácter en la pantalla, indicando que había alcanzado ese hito.
“Fueron meses de el sistema todavía no hace nada útil , en los que sólo daba pequeños pasos hacia algo que se volvería útil en algún momento. Para la época en la que empecé a hablar de Linux públicamente, esos meses iniciales y frustrantes (aunque técnicamente desafiantes y a la vez interesantes) ya habían pasado, y para el verano de 1991 estaba llegando al punto en el que tenía una salida de pantalla confiable y podía trabajar en agregarle nuevas características. Fue importante el haber superado ese obstáculo inicial en el que nada andaba.
“Pero eso fue incluso antes del anuncio [del 25 de agosto de 1991], cuando empecé a preguntar sobre cómo acceder al estándar POSIX, porque estaba imaginando extender mi pequeño juguete hasta el punto en que fuera capaz de correr programas reales. Así fue como me puse en contacto con los verdaderos primeros usuarios de Linux, y en particular ese fue el camino que me puso en contacto con el encargado de mantener el sitio donde aparecería más tarde la primera edición de Linux.
“Y para la época en que hice el anuncio, las cosas habían llegado al punto en el que incluso podías hacer algo con el sistema. Había logrado correr unos pocos programas en mi pichón de kernel, y estaba cerca de estar listo para su presentación en público. La primera edición estaba bastante cerca.
–¿Hubo algún momento realmente malo en esos primeros tiempos, del tipo que te hace pensar en abandonar todo?
–No creo que haya habido ningún momento particularmente malo, porque fue realmente interesante aprender como funcionaba el 80386, y toda esa locura de la secuencia de arranque del BIOS y cómo entrar en el Modo Protegido y habilitar la paginación y cómo los segmentos funcionaban en x86.
"El momento en el que estuve más cerca de abandonar todo fue probablemente cuando el proyecto no era siquiera un sistema operativo, sino sólo un emulador de terminal que usaba para conectarme a los servidores VMS y Unix de la universidad. En ese punto las cosas funcionaban y había llegado más lejos de lo que inicialmente me había propuesto, y había aprendido los detalles fundamentales del procesador y bien podría haber dejado de lado el tema y pasar a otra cosa.
“Pero entonces quise hacer algo que significaba extender mi emulador de terminal, que corría sin un sistema operativo, y meterme con el disco y el sistema de archivos, y ese fue un gran cambio. Podría haber decidido que no valía la pena, pero en lugar de eso seguí adelante y ahí fue cuando el proyecto creció de Emulador de Terminal a Esto Está Empezando a Parecerse a un Sistema Operativo . Eso fue probablemente en junio de 1991. No fue un mal momento, sin embargo, fue sólo un gran estirón, y como no estaba trabajando en ningún otro proyecto, simplemente seguí adelante.
Cuando lancé el kernel públicamente y la gente empezó a usarlo y hacer comentarios, ya no había vuelta atrás.
“Y luego, cuando lancé todo esto públicamente y la gente empezó a usarlo y hacer comentarios, a enviar feedback e ideas, en ese punto ya no había vuelta atrás. Ese fue un momento muy motivador, no necesariamente el hecho de que la gente empezara a enviar parches (eso tomó un tiempo), sino el que alguien más probara mi pequeño proyecto tonto y dijera “a mí no me funcionó” y describiera lo que había salido mal. Ese fue un gran impulso para mi motivación y ya no hubo modo de que dejara de hacerlo.
“Creo realmente que si no hubiera hecho público mi proyecto, habría seguido remendándolo durante un tiempo, pero luego habría tratado de encontrar otra cosa para hacer. Eso es lo que había pasado con otros proyectos en los que habría trabajado antes (había escrito mis propios editores y sistemas en Forth y unos pocos juegos muy malos).
–¿Cuáles fueron los mejores momentos de aquella época?
–¡Hey, han pasado 25 años, casi una vida! Es difícil recordar un momento en particular. Pero lo que más se le acerca ocurrió probablemente muy al principio, antes incluso de que el sistema fuera siquiera un emulador de terminal que andaba. Es decir la época en la que había empezado a experimentar con el soporte del hardware para la conmutación de tareas. El 80386 tiene un soporte de hardware especial para llevar procesos separados, lo que es generalmente considerado una mala idea, y aunque ya no usamos algo así, Linux arrancó usando eso porque yo quería aprender sobre el tema.
“En ese punto, había logrado superar el proceso de booteo, tenía una pantalla que funcionaba (aunque todavía sin la posibilidad de usar teclado, si no recuerdo mal) y quería tener dos procesos separados, porque esa era la forma tradicional de hacer un emulador de terminal en Unix: un proceso lee desde el teclado y envía los caracteres al módem y otro lee desde módem y muestra el resultado en la pantalla.
“Pero antes de tener todo eso en marcha necesitaba hacer andar correctamente la conmutación de procesos, así que creé esta maqueta simplificada de dos procesos de emulador de terminal, uno que escribía un flujo de letras A y otro que escribía un flujo de letras B. Así que, si todo funcionaba bien, debería obtener una pantalla llena de A y B. Y eso eventualmente ocurrió, fue uno de las primeras cosas que el sistema realmente hizo, algo que podías ver. Fue algo grande. Fue el equivalente, en un sistema operativo, de escribir el clásico programita en BASIC:
10 PRINT "HELLO"
20 GOTO 10
“Realmente, un ejercicio tonto, pero siempre te acordás de la primera vez que lo hiciste.
–En algún momento tomaste la decisión de mantener un control personal estricto sobre el kernel. A mi juicio, ha funcionado. ¿Pero cuándo y por qué tomaste esa decisión?
–Diría que no fue realmente una decisión que tomé. He tratado bastante a consciencia de no mantener un control personal demasiado estricto sobre el kernel, y generalmente evito la micro administración de los diferentes subsistemas. Cuando confío en alguien, como es el caso de David Miller para las partes del kernel relacionadas con las redes, en general trato de no darle muchas vueltas a sus decisiones. Él sabe mucho mejor de qué se tratan esos temas, y yo termino involucrándome sólo cuando algunos de esos subsistemas colisionan. Ha ocurrido. Por ejemplo, tenemos controladores que son compartidos por la parte de redes y la parte de acceso directo remoto a memoria. También intervengo cuando algo sale tan mal que termina llegando hasta mí (lo que por fortuna es bastante raro).
“Así que no hay tal control personal estricto. El desarrollo es algo realmente bastante distribuido. Pero, al mismo tiempo, estoy de acuerdo en que Linux ha sido algo inusual por el hecho de tener sólo un encargado de mantenimiento de nivel superior, mientras que muchos otros proyectos grandes han adoptado el enfoque de un grupo de encargados. Parte de esto es puramente histórico. Muchos otros proyectos han terminado teniendo múltiples encargados porque el original se había ido o no podía lidiar con el monto de trabajo. En Linux, yo me mantuve dentro del proyecto y hemos sido capaces de que el flujo de trabajo funcione bastante bien con muchos sub-editores, de modo que he podido lidiar con el flujo de parches.
Obviamente hay editores de largo plazo, pero a la vez todo esto se sigue tratando de que si tu código es mejor, entonces se lo incorpora al kernel.
“Pero una razón por la que quedé como encargado [del kernel] y no intenté el modelo del grupo de editores es que conozco algo de la política que se da dentro de esa clase de grupos, y parece que fácilmente se convierte en una situación en la que la gente rivaliza por las posiciones y hay derechos de acceso más o menos oficiales, con luchas intestinas sobre estos derechos cuando la gente no está de acuerdo sobre ciertos temas. Así que toda la cuestión con ser el encargado único es que evita parte de la política y permite una gran flexibilidad; es decir, no hay una lista de personas con permiso de acceso. Obviamente, hay editores de largo plazo y ese tipo de cosas, pero a la vez se sigue tratando de que si tu código es mejor, entonces se lo incorpora al kernel .
“Así que hemos adecuado nuestros flujos de trabajo a este modelo, y hemos creado las herramientas para hacerlo posible. La razón por la que nació Git fue precisamente para permitir el tipo de flujo de trabajo que tenemos en el kernel, evitándome obstaculizar el camino a los varios encargados o convertirme en un cuello de botella. Y hemos sorteado mayormente la política. Digo mayormente porque obviamente no podés sortearla por completo, pero a la vez creo que en rasgos generales hemos tenido éxito en ese aspecto.
–Para principios del siglo, Linux se había convertido en un jugador global poderoso. Habías cumplido 30 años y la revista Time te colocaba en el puesto 17 entre las personas más importantes del mundo. También se te calificó como “una de las personas más influyentes del mundo” y como “uno de los héroes revolucionarios de los últimos 60 años”. A la vez, esos fueron los tiempos en los que Linux enfrentó una tremenda resistencia por parte de Microsoft, Sony y otros gigantes tecnológicos. Todo el movimiento del software libre, con Linux a la cabeza, fue calificado de “mero comunismo”. Todavía hoy algunas personas lo piensan. ¿Qué opinás de eso?
–Personalmente, nunca me preocupó mucho. Sentía (y sigo sintiendo) que nuestro modelo estaba funcionando muy bien y encontraba irónica la acusación de comunismo . El código fuente abierto permite mucha más competencia dentro de un proyecto que el modelo de desarrollo tradicional de código fuente privado. Diría que es la gente del código fuente privado la que tiene planes quinquenales y un control estricto desde sus politburós, algo que el código fuente abierto nunca ha tenido.
Pienso que la gente del software comercial que llamó comunismo a Linux era la que estaba haciendo las mismas cosas que hicieron que los países comunistas fracasaran
“Así que pienso que la gente del software comercial que llamó comunismo a Linux no veía más allá de sus narices. Ellos eran los que estaban haciendo las mismas cosas que hicieron que los países comunistas fracasaran, mientras que nuestro modelo de desarrollo tiene que ver principalmente con competir en mercados muy libres. De nuevo, ¿quién es el comunista? Creo que tanto Stalin como Mao se habrían sentido más a gusto en varias compañías de software que no mencionaré, pero que nos señalaron como comunistas a nosotros.
–Luego de todos estos años, Linux está maduro y bien establecido. Desde los servidores Web hasta el Gran Colisionador de Hadrones, desde Android hasta mi viejo router Linksys, tu hobby se volvió increíblemente popular y se ha difundido más allá de lo imaginable. Vos también maduraste y a tu edad (ya he pasado por allí) es el momento en que uno aprende a aceptarse a sí mismo. ¿Qué es lo que este Torvalds más maduro ha aprendido de sí mismo?
–¡Je! No me considero particularmente introspectivo. Ni maduro todavía, realmente. Así que no sé. He aprendido unas pocas cosas sorprendentes acerca de mí. Solía pensar que era un ermitaño y que lo que realmente me gustaba era escribir código, pero resulta que sí me gusta comunicarme con la gente y que soy perfectamente feliz como líder técnico, en lugar de programar yo mismo. Pero eso ha ocurrido bastante naturalmente a medida que el proyecto creció y las necesidades cambiaron. No siempre sin algo de dolor, por supuesto.
“Sin embargo, no necesariamente me gusta hablar con la gente. Aborrezco los teléfonos con toda mi alma. Mi trabajo es de comunicación, pero tiendo a preferir la clase de intercambio que se da en el email.
Existen personas sensibleras y personas distantes. Bueno, yo no soy del tipo sensiblero
–Has dicho muchas veces que no sos muy sociable, que te gusta trabajar solo y tratar con computadoras. Incluso admitiste que sos algo miope respecto de los sentimientos de los demás. No tengo problemas con tu estilo personal, francamente, pero los medios tienden a enfatizar algunos de tus modos, que a veces son muy severos. He meditado mucho sobre esto y creo que te has convertido en mucho más que sólo un ingeniero de software, como a vos te gusta verte. Sos más bien un ícono cultural, uno de los principales héroes del código fuente abierto. ¿Qué pensás de esto?
–No es algo sobre lo que haya reflexionado mucho, honestamente. Creo que cada persona es diferente. En el mismo sentido en que vas a encontrar gente sensiblera vas a encontrar personas distantes y no necesariamente muy emocionales o empáticas. Estoy bastante seguro de que todos conocemos personas de los dos tipos. Bueno, yo no soy del tipo sensiblero.
“¿Me convierte eso en alguien brusco? Sí. ¿Es formación o naturaleza? Honestamente, no lo sé. Los finlandeses en general somos conocidos por ser considerablemente introvertidos y bastante frontales. Es algo cultural, ¿pero cuánto de eso es algo mío? Realmente no tengo idea.
“Creo también que existe la noción de que el geek no es muy bueno conectándose emocionalmente con los demás, y mientras que no me parece que sea algo universal, creo que hay algo de verdad en esa noción. A mí me preocupa la tecnología, y esa es la razón por la que sigo haciéndolo un cuarto de siglo más tarde.
–También dijiste alguna vez que tu mayor decepción es la versión para PC de escritorio de Linux. ¿Qué pensás que la gente de desktop está haciendo mal y por qué creés que están haciéndolo así?
–He tenido conflictos con algunos de los desarrolladores de la versión para escritorio de Linux porque querían simplificar las interfaces para hacerlas ostensiblemente más amigables para los individuos sin formación técnica, y eso me molesta como usuario técnico cuando dicha simplificación complica mi trabajo. Pero al mismo tiempo no creo que la razón por la que Linux no haya dominado la computación de escritorio sea que sus desarrolladores estén haciendo algo particularmente mal. No, la razón por la que es más difícil entrar en el mercado del escritorio es que la gente se aferra mucho a su forma de trabajar. Bueno, “aferrarse” quizá no sea la palabra adecuada, porque con frecuencia pueden sentirse disgustados por la forma en que sus máquinas funcionan, pero todavía les disgusta más es que su flujo de trabajo normal se vea interrumpido o alterado.
“Así que la gente no quiere cambiar su escritorio. Tienen algo a lo que se han acostumbrado y no quieren que eso cambie. Así que la mayoría de las personas se apegan a eso y hacerlos cambiar es muy difícil.
“Hay un montón de otras razones, además. El del escritorio es un mercado muy inusual, porque tiene toneladas de aplicaciones extrañas que hacen cosas muy específicas. Y la gente no quiere abandonar esas aplicaciones; esa es la razón por la que Windows fue tan exitoso incluso cuando la mayoría de la gente no lo encuentra particularmente atractivo. Y, por otro lado, también hay muchísimo efecto de red.
“En total, el mercado del escritorio es un hueso duro de roer. Dicho esto, el navegador ha vuelto el asunto más simple. Muchas aplicaciones especializadas tienden hoy a convertirse en servicios Web. Eso está abriendo las puertas a dispositivos como las ChromeBooks, que terminan siendo no ya un escritorio tradicional, sino una reformulación moderna de lo que el escritorio debería ser en la actualidad.
Para mucha gente, la máquina de escritorio ya no es su computadora principal y están mucho más centrados en sus tablets y teléfonos, donde a Linux le va muy bien, gracias a Android, por supuesto
“Además, para mucha gente, la máquina de escritorio ni siquiera es ya su computadora principal y están mucho más centrados en sus tablets y teléfonos, donde a Linux le va muy bien, gracias a Android, por supuesto. El mercado está cambiando y Linux parece ejercer cierta tracción en ese mercado cambiante.
–Ya no escribís mucho código. ¿Cuáles son tus principales tareas actualmente?
–El grueso de mi trabajo es leer y responder mail. Por ejemplo, habiendo estado una semana desconectado de Internet, es lo que he estado haciendo hoy todo el día. A veces, como en este caso, es sólo responder, pero con bastante frecuencia se trata de mails relacionados con la combinación de parches, así que el responder no es exactamente responder el mensaje, sino hacer una solicitud de cambio al repositorio de software, verificar que todo parezca correcto y finalmente sacar el resultado final. Paso bastante tiempo mirando los aportes de la gente, no tanto el código en sí, sino las explicaciones sobre el código que están aportando.
–¿Qué tecnologías te parecen más prometedoras en la actualidad? ¿Robótica, coches autónomos, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial? Linux está presente en todas ellas. Hace 20 minutos estuve charlando con una persona de IBM que nos hizo una demostración con uno de sus robots. Le pregunté qué sistema usaba, y me respondió: “Oh, un Linux”.
–Creo que una de las más interesantes es la inteligencia artificial (IA), principalmente porque realmente cambia las reglas de juego (no quizá para los sistemas operativos, sino en general) y porque la gente que hace IA finalmente ha abandonado el viejo modelo de LISP, Prolog y toda la noción tradicional de los sistemas expertos. Eso condujo a décadas de una inteligencia artificial sin sentido que no estaba yendo a ninguna parte.
“La razón por la que la IA moderna es interesante es que la gente está construyendo finalmente redes neuronales grandes y significativas y empezando a aprender cómo funcionan y cómo entrenarlas. El concepto de las redes neuronales ha estado dando vueltas durante un largo tiempo, pero parecen haber sorteado un gran obstáculo recientemente, y hoy soy mucho más optimista respecto de la IA de lo que era hasta hace no mucho.
“Así que desde un punto de vista de las ciencias de la computación, una de las cosas interesantes que se vienen es la integración de la computación tradicional y la IA. No hay forma de que la IA vaya a reemplazar a la computación tradicional (para un montón de tareas la gente va a continuar deseando que la máquina haga exactamente lo que ellos quieren y nada más), pero van a potenciarse mutuamente. Pienso que eventualmente vamos a ver redes neuronales en casi todas partes (y hardware especial para ella, para que sea eficiente desde el punto de vista energético), pero no tengo idea de los detalles de cómo todo esto va a cuadrar. Lo que creo es que es un cambio bastante fundamental en la computación, y aunque no va a ocurrir de la mañana a la noche, al menos parecen estar trabajando ahora en una dirección productiva.
“Lo otro que creo que es interesante y que ya está haciéndose sentir es que el poder de cómputo no está incrementándose en la forma desmesurada como lo hizo durante los últimos 50 años. Por supuesto, todavía hay camino por recorrer, pero la reducción de los transistores está llegando a un límite. Y los que creen que la computación cuántica va a salvar la ley de Moore no están pensando correctamente. La tecnología de procesadores 3D nos permitirá avanzar un poco más, pero hace que los problemas de temperatura empeoren, y, en mi opinión, la industria en su conjunto se habituó a un ritmo de avance en el nivel de los chips que parece estar llegando a su fin o, al menos, volviéndose mucho más lento. Va ser interesante ver cómo esto cambia las cosas.
–¿Pensás que deberían enseñarse los rudimentos de la programación en la escuela?
–No lo sé. Creo que alguna forma de exposición temprana y universal a la programación sería algo bueno, incluso si es para llegar a chicos que, de otro modo, nunca se habrían enterado de cuán divertido es programar. No creo que sea comparable a enseñarle a la gente a leer y escribir, pero quizá se lo pueda comparar con las clases de música y arte en las escuelas. Obviamente, no todos van a convertirse en músicos o van a tener la habilidad para pintar bien. Muchas personas no tendrán oído o no tendrán sentido artístico (yo ciertamente estoy muy cerca de caer en ambos casilleros), pero exponer a la gente a la música y al arte y alentar a los que lo disfrutan me suena como algo bueno, incluso siendo una persona totalmente no musical y sin habilidades artísticas.
Quizá soy tendencioso en esto, pero creo que la programación es en cierta forma un arte
“Y quizá soy tendencioso en esto, pero creo que la programación es en cierta forma un arte, y creo que definitivamente es algo que algunos disfrutan más que otros y pueden incluso tener madera para eso. Como ocurre con la música y el arte, todos terminamos disfrutando el resultado final, incluso cuando sólo una fracción de la gente crea esas obras.
–Vos y Tove tienen tres hijas: Patricia Miranda, Daniela Yolanda y Celeste Amanda. ¿Por qué eligieron estos nombres latinos que riman tanto entre sí?
En Estados Unidos ni siquiera pueden pronunciar correctamente el nombre de pila de mi mujer, Tove, así que ella se hace llamar Susan
–Realmente no hay una buena razón. Ni yo ni mi mujer tenemos ninguna conexión latina; ninguno de los dos habla español, por ejemplo. Creo que al menos en parte fue una cuestión de encontrar nombres que funcionaran en Finlandia (tanto para los que hablan finlandés como sueco) y en Estados Unidos a la vez. De haber usado nombres finlandeses o suecos muy tradicionales podría ser confuso para los estadounidenses; en Estados Unidos ni siquiera pueden pronunciar correctamente el nombre de pila de mi mujer, Tove, así que ella se hace llamar Susan. Nos gustaron el sonido y la rima de esos nombres y funcionan bastante universalmente; bueno, al menos en los países de Occidente. Pero no fue algo planeado. Simplemente, ocurrió así.
–En Linux, las llamadas para reiniciar el sistema aceptan constantes que, cuando se traducen a hexadecimal, representan tu fecha de cumpleaños y las de tus hijas. ¿Fue tu idea? ¿Y si fue así, ¿por qué?
–Fue en efecto mi idea. Esas constantes de reinicio comenzaron como sólo mi cumpleaños en hexadecimal ( 0x28121969), que era un valor aleatorio pero a la vez muy específico para usarlo en el tipo de validación que necesitás para reiniciar una máquina. Y cuando las chicas nacieron, simplemente seguí con el mismo método.
–Cuando empezamos esta charla me dijiste que ibas a estar una semana buceando en el medio de la nada. ¿Ese es uno de tus pasatiempos favoritos? ¿Qué otros tenés? ¿Volar aviones?
–Oh, no vuelo aviones. Esa fue una oportunidad única de volar en un jet de combate, y luego, sólo como una broma, al postear las fotos, puse: “No mucha gente sabe esto de mí, pero entre cada cambio en el kernel me relajo volando aviones de combate". Nunca lo había hecho antes.
“Mis pasatiempos favoritos tienden a ser bastante sencillos y relajantes. Bucear en aguas cálidas, por ejemplo, es algo que demanda muy poco esfuerzo cuando se lo hace bien. Tu consumo de aire aumenta si te esforzás, así que tenés que relajarte todo lo posible y evitar nadar con fuerza.
“Aparte del buceo, tiendo a leer mucho. Literatura fácil, absolutamente nada profundo, mayormente libros vacuos de ciencia ficción, fantasía o thrillers. Y también solía jugar al pool y al billar británico (pésimamente). Me gusta nadar, pero el último año tuve tres infecciones en el oído externo y eso terminó con mi rutina diaria de nado.”
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