LG G6: primer encuentro en el MWC 2017
Estuvimos probando el nuevo teléfono de LG, con una pantalla de tamaño inusual
BARCELONA.- El domingo LG presentó el G6, su nuevo smartphone estrella, en la antesala del Congreso Mundial de Móviles, la feria de tecnología móvil que se celebra en esta ciudad hasta el jueves ( y donde hubo anuncios de las principales marcas de telefonía móvil ).
Estuve probando el equipo, con el que la compañía deja atrás el linaje del G5 (ya no es más modular) y opta por otra cosa, con buenos resultados. El LG G6 comparte, con el G5, el ser uno de los equipos más comentados en el Congreso. El año pasado lo fue por su sistema modular, que terminó en la nada; este año, por su apuesta por una pantalla de bordes mínimos. Y porque no está el Galaxy S8, que implementa una tecnología similar y será presentado el 29 de marzo próximo en Nueva York.
Como fuere, el LG G6 es un equipo sumamente atractivo. La pantalla es impactante, tanto por la calidad de la imagen como por la ausencia casi total de bordes laterales, y lo mínimo del marco superior e inferior. El equipo es muy cómodo en la mano, y no se siente ni por un momento que estamos ante una pantalla de 5,7 pulgadas.
Las esquinas curvas aportan lo suyo (tanto de la carcasa como de la pantalla en sí) y LG dice que ayudan a reducir la posibilidad de rotura ante un impacto directo (a propósito; usa Gorilla Glass 3 en el frente, y Glass 5 en la parte de atrás).
LG hizo bastante aspaviento con el hecho de que es la primera pantalla de formato 2:1 (o 18:9, como la llama para emparentarla con el 16:9 que abandona); es decir, es el doble de alto que de ancho. En la práctica, esto va de lo banal (un 11 por ciento más contenido en pantalla si estás viendo una aplicación; prometen varios juegos adaptados a la nueva pantalla) a lo difícil de distinguir (aunque ese formato tiene el apoyo de varios servicios de streaming, y aunque es probable que, Samsung mediante, se vuelva más popular, la enorme mayoría de las películas hoy están en 16:9; se verá con bandas negras, o recortará la imagen). Da igual: la pantalla es genial, agrega un toque de sorpresa cuando se lo tiene en la mano, y se ve muy bien.
La elección de un cuerpo hecho de aluminio y vidrio, y el uso de sensores para la cámara que no sobresalen en el dorso del equipo completan la muy buena impresión que deja este teléfono en la mano. Los bordes metálicos son redondeados, como en la mayoría de los smartphones modernos. El uso de una sola pieza para el cuerpo permite, también, hacerlo resistente al agua y al polvo (IP68) como los últimos equipos de Samsung y Apple.
El sensor de huellas digitales es muy veloz; las cámaras parecen ser iguales o mejores a las del LG G5 (y mantienen la posibilidad de elegir entre la lente normal y el gran angular) pero habrá que esperar a probarlo fuera de la feria para apreciar si mantienen o mejoran el precedente del G5, que ya era muy bueno.
El resto del hardware acompaña, con un procesador Snapdragon 821 que no es el ultimísimo, pero que tiene muy poca diferencia de rendimiento con el nuevo 835 que usarán el Galaxy S8 y el Sony Xperia XZ Premium (este último, a mitad de año), con 4 GB de RAM y una batería más generosa (3300 mAh) que debería darle mayor autonomía.
LG no aprovechó para mejorar las notificaciones con la pantalla bloqueada; sigue el mismo sistema que en el G5, mostrando la hora en todo momento y los iconos de las notificaciones, pero sin permitir una vista previa como permite Lenovo en los Moto.
La evaluación del equipo, más allá del corto tiempo para probarlo, requiere conocer un elemento que la compañía todavía guarda: cuándo estará disponible, y a qué precio, dos datos que LG no ofreció el día del anuncio, pero que confirmó un día después: saldrá a la venta en varios mercados el 10 de marzo a casi 800 dólares en su distribución inicial. No hay todavía información sobre su llegada a la Argentina.