Las ‘startups’ sufren los coletazos de la volatilidad
Hasta hace poco, los empleados de Practice Fusion Inc. disfrutaban del auge de la tecnológica, disfrutando de comida saludable cortesía de la compañía, asistiendo a las reuniones conocidas como "viernes fenomenales" y recorriendo las oficinas en triciclos.
Los excesos, sin embargo, empiezan a quedar atrás. La empresa de historias clínicas electrónicas con sede en San Francisco despidió a su presidente ejecutivo y a una cuarta parte de su personal y ha moderado sus ambiciones con el fin de reducir costos.
"Gran parte de la razón por la que estaba allí era porque creía en la visión y adoraba a mis compañeros de trabajo", señala Lauren Burris, la directora de programas y vinculación de la empresa hasta septiembre, cuando fue despedida. "Eso me estremeció un poco, ya no sabía cuál era la visión".
Hace un año, las startups con modelos de negocios incipientes obtenían valoraciones de miles de millones de dólares y los inversionistas hacían fila para firmar los cheques. Ahora, el capital de riesgo se está agotando para las firmas menos exitosas. Los inversionistas, temerosos de un colapso de las acciones de tecnología y un estancamiento de la economía, están podando sus portafolios y obligando a las empresas que necesitan fondos a replegarse o cerrar sus puertas.
Estos cambios erosionan el pilar que inspira a la economía de Silicon Valley: trabajar arduamente, conseguir capital de riesgo y ganar una fortuna. Ante la caída de las valuaciones, el otro lado de la ecuación ha vuelto a aparecer: el temor de que un colapso esté a la vuelta de la esquina.
Rory O’Driscoll, socio de la firma de capital de riesgo Scale Venture Partners, dice que el ánimo que impera hoy en día se asemeja al momento en que el Titanic chocó contra un iceberg. "Nadie quería subirse de inmediato a los botes salvavidas", señala. Las empresas más inteligentes están recortando costos y, si es posible, recaudando capital. "Ahora, hay que tomar una decisión rápidamente".
En el cuarto trimestre, los inversionistas financiaron la menor cantidad de startups estadounidenses en más de cuatro años. Al menos una decena de empresas de tecnología, con un valor combinado del orden de los US$2.000 millones, han anunciado despidos desde noviembre, eliminando cientos de empleos que, en la mayoría de los casos, representaban al menos 15% de su personal. Otras compañías están cerrando proyectos que generaban pérdidas y emitiendo deuda para superar la mala racha.
De las 48 empresas de tecnología estadounidenses financiadas con capital de riesgo que salieron a bolsa desde 2014, 35 se negocian por debajo de su precio de debut bursátil, según un análisis de The Wall Street Journal.
El fenómeno no se limita al ámbito de la tecnología. Las acciones de más de 70% de las casi 175 empresas que se estrenaron en las bolsas de EE.UU. en 2015 se transan a un precio inferior al de salida. En promedio, han caído 20%.
El entorno hostil hacia las salidas a bolsa podría tener amplias repercusiones en Silicon Valley, que engendra a muchas de es-tas compañías, así como en Wall Street, que en los últimos años se benefició del auge de las ofertas públicas iniciales.
El capital de riesgo no se ha agotado por completo. El financiamiento de startups estadounidenses cayó 6,6% en el cuarto trimestre a US$17.130 millones, su menor nivel en cinco trimestres.
Magic Leap Inc., que todavía no lanza al mercado sus lentes de "realidad mixta", que yuxtaponen imágenes de realidad virtual sobre el mundo real, levantó US$794 millones este mes, lo que le otorga una valuación de US$4.500 millones. El servicio de transporte Uber Technologies Inc. recaudó en diciembre nuevos fondos que la valoran en US$60.000 millones, todo un récord para una empresa respaldada por capital de riesgo.
Los capitalistas de riesgo dicen que el ritmo de estos grandes acuerdos se desacelera, en particular después del retroceso de las acciones tecnologías del 5 de febrero. Eso exacerbó una brecha que ya era amplia entre el alto valor de las empresas de tecnología que no cotizan en bolsa y las que sí lo hacen.
Algunas firmas obtienen fondos al vender acciones a precios más bajos que en rondas de financiamiento previas. La práctica, empero, puede perjudicar las probabilidades de una startup de contratar los mejores empleados, que a menudo reciben opciones sobre acciones. Foursquare Labs Inc., un servicio de localización, levantó fondos en enero vendiendo acciones con un descuento de 69% sobre el precio anterior, según documentos de la empresa provistos por la firma de investigación VC Experts.
Algunas startups han recurrido a la deuda, que les permite recaudar fondos sin tener que fijar un precio más bajo para sus acciones.
Algunas startups también tratan de subalquilar el espacio de oficinas que no utilizan y los despidos se han vuelto comunes en las empresas de tecnología. Eric Setton, cofundador y presidente ejecutivo del fabricante de aplicaciones de mensajería TangoMe Inc., reveló que estaba eliminando 20% de su personal para "crear un negocio sostenible". Hace menos de dos años, la empresa de Mountain View, California, obtuvo US$280 millones en financiamiento en una ronda en la que participó Alibaba Group Holding Ltd. que le dio una valuación de US$1.000 millones.
La startup de citas románticas Zoosk Inc., que suspendió sus planes de salir a bolsa en mayo pasado, realizó en enero una segunda ronda de despidos, que afectó a 40 personas.
Algunas tecnológicas ya han comenzado a reducir beneficios como la comida gratis y los gimnasios en la oficina. El sitio de empleos Glassdoor Inc., por ejemplo, acaba de eliminar una mesa de postres. Una vocera dijo en un correo electrónico que la decisión "tuvo que ver con la eficiencia generalizada y simplificar las ofertas a más de 500 trabajadores… El beneficio adicio-nal fue una reducción de costos".
Practice Fusion, que apostó al creciente uso de datos electrónicos de parte de los doctores, parecía encaminada a una salida a bolsa cuando obtuvo US$85 millones en una ronda de financiamiento encabezada por Kleiner Perkins Caufield & Byers que la valoró en US$635 millones.
A mediados de 2015, Practice Fusion gastaba US$4 millones en efectivo al mes mientras incursionaba en negocios que generaban pérdidas como la telemedicina, que buscaba que los pacientes se conectaran con los médicos por teléfono, dicen fuentes cercanas. Sus ingresos estaban 10% por debajo de las metas.
Beth Seidenberg, socia de Kleiner Perkins, y otros miembros de la junta directiva decidieron sacar al presidente ejecutivo y fundador de la empresa, Ryan Howard. Tom Langan, el director de finanzas, que lo sustituyó, ha despedido a un cuarto de la fuerza laboral. Las comidas gratis ahora sólo se ofrecen tres veces por semana. La firma no ha publicado fotos en Instagram desde agosto, cuando Langan reemplazó a Howard en la presidencia ejecutiva.
Rebecca Lynn, una de las primeras inversionistas en Practice Fusion, a nombre de Morgenthaler Ventures, dice que los recortes son necesarios. "Las empresas que toman estas decisiones ahora son las que van a cruzar el río".
Inversionistas en retirada
El capital de riesgo se está secando para algunas nuevas empresas de tecnología y las está forzando a recortar costos o cerrar.
Corrie Driebusch, Deborah Gage y Rolfe Winkler
The Wall Street Journal