Será en 2021, pero debería estar ocurriendo ahora en los Juegos más tecnológicos de la historia: dos pequeñas mascotas robóticas pululando por la Villa Olímpica y el estadio de Tokio, saludando a espectadores y atletas. Miraitowa y Someity, dos creaciones de Toyota capaces de reconocer rostros e interactuar en consecuencia; un ejemplo del trabajo de las marcas de coches en el campo de la robótica: fabrican automóviles, pero muchas ven su futuro en los robots.
Uno de los pasos más decididos lo dio hace nada Hyundai Robotics —integrada en Hyundai Heavy Industries desde 1984, pero con entidad propia desde mayo— cuando presentó en junio el robot de servicio móvil UNI. Un avance tecnológico con argumentos para triunfar en el mundo que viene, en palabras del jefe del Equipo de Investigación de Control de Aplicaciones de Hyundai Robotics, Dong-Jae Lee: "A medida que los servicios sin contacto se vuelven cada vez más importantes, las personas se están interesando por los robots móviles".
En el laboratorio de la marca en Yongin, cerca de Seúl (Corea del Sur), UNI mostró sus funciones de reconocimiento visual, su capacidad de dar respuestas por voz y sus habilidades para moverse de manera autónoma mediante el mapeo espacial. Todo lo necesario para las aplicaciones previstas para la segunda mitad de este año: mensajería de texto, guía para clientes en hoteles —incluso servicio de habitaciones— o purificación de aire en oficinas.
Tan relevante como los vehículos más avanzados, la apuesta de Honda en el CES de Las Vegas 2018 fueron los dispositivos de la línea 3E. Entre ellos, el pequeño 3E-A18, diseñado para desentrañar la conexión emocional entre las máquinas y los humanos: en definitiva, un perro lazarillo creado para servir de guía o prestar ayuda a las personas en espacios públicos. En otro nivel, el 3E-B18 fue mostrado como la silla de ruedas del futuro, o más bien una solución de transporte personal para personas con discapacidad o ancianos. La asistencia a las personas con problemas de movilidad es una de las vetas que exploran las marcas de coches, con ejemplos como el exoesqueleto de Hyundai H-MEX, que ayuda a caminar o subir escaleras a quienes no pueden hacerlo por sí mismos.
Exoesqueletos para caminar y correr
La marca coreana está desarrollando otros prototipos, como el Hyundai Universal Medical Assist (HUMA), que se acopla a la cintura y a las piernas y refuerza los músculos a tal punto que los usuarios pueden alcanzar los 12 kilómetros por hora al correr. Y en sus propias fábricas algunos trabajadores han probado los exoesqueletos H-CEX y H-VEX: el primero pesa un kilo y medio y se ajusta a las piernas, y permite que el trabajador esté sentado para trabajos a media altura; el segundo reduce la presión sobre el cuello y la espalda en trabajos de fuerza.
También Honda —que empezó a desarrollar su simpático Asimo en 2000 y en 2017 presentó el E2-DR, un robot para trabajar tras las catástrofes naturales— ha investigado en el apoyo al desplazamiento con ejemplos como el Honda Walking Assist Device (que ayudaba a caminar) o el asistente para subir escaleras, prototipos ambos de 2008. Y Toyota empezó a comercializar a finales de 2019 su robot asistente Welwalk WW-2000, diseñado para ayudar en la rehabilitación de las personas con parálisis de las extremidades inferiores.
En los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, el Toyota HSR guiará a los espectadores en silla de ruedas e incluso les llevará hasta su localidad en la grada comidas o cualquier artículo que necesiten. "Pensamos que el futuro será mejor con robots", resume el director de Innovación de Hyundai Motor Group, Youngcho Chi.
Un carrito de la compra inteligente
Ford mostró en abril de 2019 un prototipo de carrito de la compra con un asistente precolisión similar al de sus coches, con un sensor que detecta personas y objetos y frena de manera automática si va a producirse una choque en el supermercado. Más allá de la anécdota —la marca también creó una caseta para perros con cancelación de ruido—, esto muestra la capacidad de los fabricantes de automóviles para moverse en terrenos fronterizos.
Los ejemplos son numerosos: un robot que recoge contenedores de basura (Volvo Roar), unas gafas para evitar el mareo en los viajes (las Seetroën de Citroën), un robot que carga coches eléctricos (Volkswagen), un chaleco-altavoz (Peugeot) y hasta un dispositivo autónomo para pintar las líneas del césped de un campo de fútbol (Nissan). Y muchísimas marcas, por otra parte, han avanzado en el transporte individual con monopatines, bicicletas eléctricas y otras soluciones de movilidad.
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