La reinvención de Asus (y de todo Taiwán), entre las PC y las tabletas
La compañía enfrenta los cambios en la industria en un país marcado por la cultura de la ingeniería y la fabricación para compañías estadounidenses, pero con poca experiencia en el terreno de la innovación
TAIPEI, Taiwán - Jonney Shih, CEO de Asustek Computer, ha personificado al ingeniero electrónico taiwanés durante toda una generación: una figura esbelta, enfundada en pantalones arrugados y holgados, que alguna vez ayudó a Intel a resolver los problemas de calentamiento en sus microprocesadores Pentium 4.
Así que ha sido una sorpresa en los últimos años ver a Shih, ahora un señor de 60 años, reinventarse a sí mismo con trajes italianos de corte ceñido, diseños innovadores de tablets y notebooks, y críticas mordaces al sistema educativo taiwanés, el cual está obsesionado con las pruebas y orientado hacia la ingeniería.
"No creo que los taiwaneses tengan una muy buena formación para impulsar la mentalidad de la innovación", dijo durante una entrevista en la sede de Asus en las afueras de Taipei. Shih también demostró su flexibilidad durante la entrevista, asumiendo la posición de loto y vistiendo un traje azul oscuro de Armani y una corbata celeste también de Armani.
El fomento de la innovación se ha convertido en un mantra entre los líderes empresariales y los funcionarios gubernamentales en Taiwán este año, debido a que la gran industria de la electrónica de consumo de la isla se ha topado con serios problemas.
Las ventas mundiales de computadoras personales, de las que las empresas taiwanesas controlan más del 90 por ciento del diseño final y la fabricación, disminuyen de manera constante . Las ventas de teléfonos inteligentes, de las que las compañías taiwanesas controlan menos de una quinta parte del mercado, aumentan rápidamente. Las tabletas basadas en el sistema operativo Android, a las cuales la mayoría de las empresas taiwanesas, con excepción de Asus, han tardado en adoptar, también se encuentran en la misma trayectoria ascendente.
La gran industria de la electrónica de consumo de Taiwán se ha topado con serios problemas de innovación, ante el retroceso de las ventas de PC
"Con excepción de Asus, todas las demás están luchando", dijo Helen Chiang, especialista en electrónica, de Taiwán, en la firma de investigación IDC.
Tanto Foxconn como Acer han informado que las ventas en el primer trimestre cayeron un 19 por ciento respecto de los valores registrados hace un año. Las ventas de HTC se desplomaron un 37 por ciento, aunque eso fue en parte debido a que la empresa comenzó a vender la versión mejorada de su teléfono inteligente más conocido a fines de marzo, en vez de hacerlo febrero. Mientras tanto, en Quanta, un diseñador y fabricante de notebooks que tiene 70.000 empleados contratados, las ventas han mostrado descensos porcentuales de dos dígitos, en comparación con los niveles del año anterior, durante 14 meses consecutivos.
Los rivales extranjeros han demostrado ser más ágiles. En Corea del Sur, Samsung se expande rápidamente en el mercado de los teléfonos inteligentes , de las tablet y también en otros sectores. Después de adoptar el sistema operativo Android tempranamente, la compañía ha crecido sobre la base de sus enormes economías de escala en la producción en serie de componentes, como pantallas y microprocesadores.
Por otro lado, en China, Lenovo y muchos fabricantes más pequeños se apoyan en la mano de obra que, aunque ya no es barata, es mucho menos cara que en Taiwán. Eso contribuyó para que Lenovo fuera el único de los cinco principales fabricantes de PCs en todo el mundo en ganar un incremento en los envíos en el primer trimestre (aunque solamente por una décima parte del uno por ciento).
Y en Estados Unidos, Apple, Google y Amazon se han mostrado expertos en la producción de productos de consumo innovadores, mientras que una legislación que se encuentra pendiente les permitiría importar más ingenieros extranjeros a un costo más bajo que lo que les sale contratar y capacitar a ingenieros nacionales.
Ya que las notebook y otras PC basadas en Windows han perdido terreno, primero por las tabletas de Apple y ahora por los diseños basados en Android, hasta Microsoft ha expresado su insatisfacción con el ritmo de la innovación en el área de las PC en Taiwán. A pesar de la larga aversión al hardware, Microsoft introdujo recientemente su propio modelo de tableta, Surface.
Una excepción a las dificultades de Taiwán es Asus, que de la mano de la tableta Nexus le permitió ser el tercer mayor fabricante de estos equipos, detrás de Samsung y Apple
"La tablet Surface es una muy fuerte señal para la totalidad del ecosistema taiwanés de PCs que no está innovando lo suficiente", señaló Bill Whyman, quien es el director gerente senior de la firma de investigación ISI.
Una excepción a las dificultades de Taiwán es Asus. Sus nuevas tabletas utilizan en Android, entre las cuales se encuentra la Nexus, un modelo que ha creado en exclusiva para la marca propia de Google. Este equipo le permitió superar a Amazon en el primer trimestre de este año para convertirse de este modo en el tercer jugador más grande en el mercado global de las tabletas, ubicándose así por detrás de Apple y de Samsung, según IDC.
Y algunos de sus diseños son francamente ingeniosos. Uno de los modelos nuevos, el PadFone , permite al usuario deslizar un teléfono celular en la parte posterior de la tablet y convertirla así en un teléfono móvil de gran tamaño. Otra tableta, llamada Transformer , cuenta con un teclado desmontable con una conexión inalámbrica, mientras que la ultrabook Taichi combina el uso de Windows 8 en un equipo que dispone de una pantalla doble faz táctil.
Esas innovaciones han ayudado a mantener el incremento de las ventas de Asus; un aumento del 16 por ciento en el primer trimestre respecto de lo registrado hace un año. Eso fue mientras que los envíos mundiales de PCs cayeron un 11,2 por ciento, según Gartner, otra firma de investigación.
Las fortalezas y debilidades de Taiwán en la búsqueda de la innovación más amplia reflejan los problemas de muchos países que, por diversas razones, buscan promover el crecimiento de las industrias basadas en la creatividad. A Estados Unidos y a Europa les preocupa desde hace tiempo que las empresas y las universidades tengan muchas ideas nuevas, pero que luego no puedan comercializarlas. A China continental le inquieta que sus empresas y universidades son demasiado lentas en lograr ideas originales.
El hecho de que Taiwán debe acudir a un señor de 60 años de edad como Shih para lograr la innovación es una preocupación para los funcionarios del gobierno. Dado que el crecimiento económico se ha estancado en Taiwán y que nuevas fábricas se han trasladado a la parte continental de China, los jóvenes se han interesado más en puestos en la administración pública y en el sector académico que en la industria, dicen los funcionarios del gobierno y de la industria.
El hecho de que Taiwán debe acudir a un señor de 60 años de edad como Shih para lograr la innovación es una preocupación para los funcionarios del gobierno, que buscan fomentar una nueva generación de emprendedores tecnológicos
Una preocupación es que las personas con nuevas ideas en las universidades y laboratorios gubernamentales no las están comercializando. "Nuestros equipos piensan que el problema aquí es que los inventores no buscan impulsar sus invenciones en el mercado", dijo C.Y. Cyrus Chu, el funcionario que supervisa el Consejo Nacional de Ciencia. "Los jóvenes aquí tienen miedo al fracaso; no estamos preparados para enfrentar el fracaso".
El Gobierno ha iniciado un programa de becas y asesoramiento a los inventores para ayudarlos a desarrollar planes de negocio y buscar capital de riesgo.
Otra gran preocupación para la industria y el gobierno es que la capacidad de las empresas de electrónica de Taiwán para innovar pueda verse paralizada por la misma cualidad que ha impulsado al sector a llegar tan lejos en las últimas tres décadas: la obsesiva confidencialidad.
Gigantes estadounidenses como Apple han atesorado durante mucho tiempo la capacidad de las empresas taiwanesas como Foxconn para hacer el trabajo final de ingeniería y luego fabricar en serie, por millones, los nuevos dispositivos electrónicos de consumo, con muy pocas fugas de información para los competidores o para los rapaces medios de comunicación vinculados con la tecnología.
Para obtener contratos de suministro de la talla de HP y Dell, las compañías taiwanesas dividen su personal en forma habitual y dedican equipos a cada cliente extranjero. Incluso establecen los procedimientos para asegurarse de que los ingenieros y compradores de diferentes clientes no se conozcan accidentalmente entre sí, mientras comen en las cafeterías de las empresas.
Pero este afán de confidencialidad hace que sea más difícil para la industria taiwanesa aprender buenas ideas rápidamente de sus rivales extranjeros y nacionales. "Ellos guardan secretos y no los duplican, por lo que los clientes están felices de trabajar con ellos", expresó Chan Wen-Hsin, especialista en tecnología industrial de alto nivel en el Ministerio de Asuntos Económicos.
Las empresas tecnológicas taiwanesas tienen décadas de experiencia en la aceptación de detallados parámetros de rendimiento informático por parte de los clientes estadounidenses y luego en la averiguación de la manera más económica de cumplir con esos parámetros. Pero eso también puede ser un obstáculo para la innovación ahora.
El enfoque más económico implica a menudo apenas superar los parámetros, y no llegar a soluciones que puedan costar más, pero deslumbrar a los consumidores.
Chan citó una decisión de Steve Jobs, el entonces jefe ejecutivo de Apple, de elegir pantallas de cristal para el iPhone en lugar de las de plástico, que podría rayarse.
En Taiwán, dijo, "nosotros no buscamos una solución perfecta, buscamos una solución lo suficientemente buena".
Sin embargo, otra preocupación para Taiwán, mucho más que para Estados Unidos, se encuentra en una fuga de cerebros de expertos en tecnología que están cursando la mitad de la carrera y que hablan con fluidez el chino mandarín. Una triplicación del número de estudiantes universitarios de China continental en la última década, a 30 millones el año pasado, ha producido una grave escasez de profesores que hablan chino mandarín.
"No creo que los taiwaneses tengan una muy buena formación para impulsar la mentalidad de la innovación", dijo Jonney Shih, CEO de Asus y un crítico mordaz de un sistema educativo taiwanés, obsesionado por la ingeniería
El resultado ha sido una serie de partidas desde las universidades e institutos de investigación de élite respaldados por el gobierno de Taiwán. Incluso el elogiado Industrial Technology Research Institute, que dio a luz a potencias mundiales de semiconductores, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company y United Microelectronics Corporation, ha estado perdiendo investigadores experimentados.
Sin duda alguna, las compañías taiwanesas están tratando de aumentar el ritmo de la innovación. Acer dice que planea duplicar el gasto en investigación y desarrollo como porcentaje de las ventas de este año, del 1,2 al 1,5 por ciento. Gregory Bryant, director general de operaciones de Asia y el Pacífico en Intel, señaló: "Hay un resurgimiento de la innovación y la inversión en Taiwán".
Una persistente ventaja en los costos para las empresas taiwanesas es que los sueldos para los universitarios recientemente graduados en ingeniería electrónica y en ciencias de la computación son bajos y disminuyen gradualmente. Una rápida expansión de la educación superior en la última década ha producido una avalancha de nuevos solicitantes de empleo. Los recién graduados suelen ganar entre 800 y 900 dólares al mes (más que en China continental, donde el sueldo es de aproximadamente entre 500 y 600 dólares al mes y aun así resulta mucho menor que en Estados Unidos).
Los fabricantes de automóviles japoneses abrieron centros de diseño en Estados Unidos a medida que los sueldos en su mercado nacional comenzaron a aproximarse a los niveles estadounidenses, como el centro Toyota en Ann Arbor, Michigan, y el centro Nissan, ubicado en San Diego. Pero las compañías de electrónica de Taiwán tienen cuidado de no hacer lo mismo. Al preguntarle por qué Asus no abre un centro de ingeniería en Estados Unidos con el fin de aprovechar la innovación estadounidense, Jonathan Tseng, vicepresidente y presidente de la compañía, dio una respuesta de una sola palabra: "costo".
Asus, una compañía de 10.000 empleados, tiene una oficina de 300 trabajadores en Fremont, California, que incluye personal de ventas y los denominados directores de programas, los cuales son responsables de la investigación de precios, comercialización y consumo.
Los analistas dicen que quizás las innovaciones de Asus no representen el mismo tipo de grandes saltos hacia adelante como el iPad o el iPhone, pero pueden ser lo que otros fabricantes taiwaneses necesitan para conservar su papel en la industria global de la electrónica de consumo.
"Es gradual, es cierto", dijo Tracy Tsai, analista de Gartner en Taiwán. "Sin embargo, en comparación con otros fabricantes de dispositivos, les está yendo mejor".
Traducción de Angela Atadía de Borghetti
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