La Red como un reporte médico para los efectos secundarios
Una investigación de las universidades de Stanford y Columbia junto a científicos de Microsoft anticipó efectos no deseados de la combinación de dos medicamentos en base a registros anónimos realizados en buscadores web
Por medio de datos extraídos de las consultas ingresadas en los motores de búsqueda de Google, Microsoft y Yahoo, científicos de Microsoft y de las universidades Stanford y Columbia, por primera vez se ha podido detectar evidencia de efectos secundarios no declarados de medicamentos, antes que el sistema de advertencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en idioma inglés) de Estados Unidos.
Se usaron herramientas automatizadas con el fin de analizar consultas llevadas a cabo por seis millones de usuarios de Internet. Dichas consultas fueron tomadas de los registros de búsqueda en la Red correspondientes al año 2010 y los investigadores se concentraron en aquellas búsquedas relacionadas con un antidepresivo llamado paroxetina y con un medicamento para bajar el colesterol llamado pravastatina . Ellos encontraron pruebas de que la combinación de los dos fármacos causa niveles altos azúcar en sangre.
El estudio , publicado en la revista Journal of the American Medical Informatics Association (Revista de la Asociación Estadounidense de Informática Médica), se basa en técnicas de minería de datos similares a las empleadas por servicios como Google Flu Trends , que se utiliza con el propósito de brindar al público la alerta temprana sobre la prevalencia de la gripe .
La FDA solicita a los médicos que informen sobre los efectos secundarios a través de un sistema conocido como Adverse Event Reporting System (Sistema de Información sobre Efectos Secundarios). Sin embargo, su alcance está limitado por el hecho de que los datos sólo se generan cuando un médico observa algo y lo informa.
Los actuales reportes sobre los efectos secundarios de los medicamentos están limitados a los datos generados cuando un médico observa algo y lo informa
El nuevo enfoque es un refinamiento del trabajo realizado por el laboratorio de Russ B. Altman, quien es el presidente del departamento de bioingeniería de Stanford. El grupo había estudiado si era posible automatizar el proceso de descubrimiento de interacciones farmacológicas mediante el uso de un software con el fin de buscar en los datos que se encuentran en los informes de la FDA.
El grupo informó en mayo de 2011 que logró detectar la interacción entre la paroxetina y la pravastatina de esta manera. Su investigación determinó que el riesgo de que un paciente padezca hiperglucemia aumentaba en comparación con la toma de cualquiera de los dos fármacos en forma individual.
El nuevo estudio se llevó a cabo después de que el doctor Altman se preguntara si había una manera más inmediata y más precisa de obtener acceso a datos similares a los que la FDA tenía acceso.
Entonces, acudió a los científicos informáticos de Microsoft, quienes crearon un software para escanear los datos anónimos recogidos de una barra de herramientas instalada en los navegadores de Internet de usuarios que permitieron que se revisaran sus historiales de búsqueda. Los científicos lograron explorar 82 millones de búsquedas individuales de información sobre drogas, síntomas y enfermedades.
Los investigadores identificaron primero búsquedas individuales de los términos paroxetina y pravastatina, así como búsquedas de ambos términos, en 2010. Luego, calcularon la probabilidad de que los usuarios de cada grupo también buscaran el término hiperglucemia, así como aproximadamente 80 de sus síntomas (palabras o frases como "altos niveles de azúcar en sangre" o "visión borrosa").
Sin la ayuda de estas tecnologías, "las combinaciones de drogras sería muy, muy difícil de estudiar dado todos los pares diferentes de fármacos que están allí afuera", expresó Eric Horvitz, responsable del laboratorio de investigaciones de Microsoft
Determinaron que las personas que buscaron los dos fármacos durante el período de 12 meses fueron significativamente más propensas a buscar términos relacionados con la hiperglucemia que aquellos que buscaron información sobre solamente una de las drogas. (Alrededor del 10 por ciento, en comparación con el 5 por ciento y el 4 por ciento para un solo medicamento.)
También descubrieron que las personas que hicieron las búsquedas de los síntomas relacionados con ambos fármacos eran propensas a hacer las búsquedas en un corto período de tiempo: el 30 por ciento realizó la búsqueda en el mismo día, el 40 por ciento durante la misma semana y el 50 por ciento durante el mismo mes.
"Usted se puede imaginar que este tipo de combinación sería muy, muy difícil de estudiar dado todos los pares diferentes de fármacos o combinaciones que están allí afuera", expresó Eric Horvitz, quien es el gerente y co-director del laboratorio de investigaciones de Microsoft, ubicado en Redmond, Washington.
Los investigadores dijeron que se sorprendieron por la fuerza de la "señal" que detectaron en las búsquedas y argumentaron que sería una herramienta valiosa para agregar al actual sistema de seguimiento de efectos secundarios de la FDA. "Hay un beneficio potencial para la salud pública en la ‘escucha’ de esas señales", escribieron en el informe, "y en su integración a otras fuentes de información".
Asimismo, los investigadores afirmaron que ahora estaban pensando en cómo agregar nuevas fuentes de información, como los datos sobre el comportamiento e información de las redes sociales. El desafío, señalaron, es la integración de las nuevas fuentes de datos y, la vez, la protección de la privacidad.
Con fuentes de información como las redes sociales, el desafío de estas investigaciones es la integración de estos datos y, la vez, la protección de la privacidad
Actualmente, la FDA financia la Iniciativa Sentinel, un esfuerzo iniciado en 2008 para evaluar los riesgos de los medicamentos que ya están en el mercado. Con el tiempo, ese proyecto planea monitorizar el uso de drogas en nada menos que 100 millones de personas en Estados Unidos. El sistema se basará en la información recopilada por los proveedores de atención de la salud a escala masiva.
"Creo que existen un montón de interacciones farmacológicas; esa es la mala noticia," dijo el Dr. Altman. "La buena noticia es que también tenemos formas de evaluar el impacto sobre la salud pública".
"Por eso es que estoy ansioso y deseo la participación de la FDA en esto. Esa entidad cuenta con mecanismos y formas de recoger la información que encontramos, lo cual permite clasificarla en función del impacto esperado sobre la salud pública".
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