La producción de celulares en Tierra del Fuego sumará cables y cargadores nacionales
Es parte de un plan para sumar componentes nacionales al ensamblado en Tierra del Fuego; también quieren sumar tornillos y baterías, pero esto requiere una logística que no está lista; hasta ahora sólo se hace la folletería y las cajas
Tras casi dos años de diálogo y debate entre las autoridades nacionales y las cámaras que representan al sector de producción de insumos y productos electrónicos –como la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE), la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (CICOMRA) y la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), entre otras–, a fines de noviembre la Secretaría de Industria aprobó la Resolución 1219/2015, que establece una renovación del proceso productivo de los equipos de telefonía móvil que se fabrican en Tierra del Fuego.
La norma exige la incorporación de nuevos componentes producidos en la Argentina, como cables, cargadores y baterías.
"Estos nuevos procesos que integran partes nacionales no solamente tienen un efecto directo en la industrialización de la isla, sino también en el proceso de industrialización de otras provincias, como Buenos Aires, donde están localizados los proveedores", dice Juan Ignacio García, secretario de Industria de Tierra del Fuego.
La noticia fue bien recibida en general, aunque la búsqueda de consenso no estuvo libre de controversias, en particular en lo que se refiere a los requerimientos impositivos sobre algunos de los componentes nacionales que se incorporarán al proceso productivo. Según el funcionario, mientras que en el caso de la nacionalización de folletería, cables USB y cargadores de baterías en porcentajes importantes "se generó rápidamente un acuerdo", hubo dos puntos en particular en los cuales la provincia y los fabricantes mantuvieron una posición más cautelosa y en los que finalmente se acordó un proceso gradual: la sustitución de tornillos y baterías para celulares.
Tornillos y baterías, un problema logístico
"El trabajo que se hizo fue muy bueno, aunque en estos dos puntos no nos poníamos de acuerdo", afirma García y explica que, en el caso de los tornillos, el planteo fue que no era un insumo significativo en la producción nacional y que, además, tenía un costo "relativamente bajo". Sin embargo, nacionalizarlo implicaría el riesgo de aumentar la cantidad de residuos derivados de la producción, debido a que muchos de los kits que importan las marcas para armar los celulares ya los incluyen y es difícil evitar que eso suceda. "No significa que eso vaya a ocurrir, pero el celular es un producto que se fabrica de a millones y no queríamos correr el riesgo de terminar con millones de tornillos en la provincia con los cuales no sabríamos qué hacer", advierte el funcionario.
En cuanto a la incorporación de baterías nacionales en reemplazo de las importadas, según García, el planteo de las marcas se vinculaba con la dificultad que representaba para ellos la incorporación de estos componentes, mientras que la provincia pedía que se exigieran volúmenes menores, "en función de que todavía no existe un mercado de baterías nacional desarrollado y de que es difícil articular logísticamente un producto fabricado en otros países con este componente tan crítico fabricado localmente".
Esto se debe, en gran medida, a la diversidad de modelos que se utilizan y a la velocidad de obsolescencia de estas partes, lo que dificulta su fabricación. "No hay ningún fabricante de baterías para celulares en el país. Sí para notebooks y netbooks, que se desarrollaron sobre todo en el marco del programa Conectar Igualdad, quienes tienen interés en empezar a abastecer este componente y cuya fabricación no es compleja ni desde el punto de vista técnico ni desde el tipo del proceso que se les exige, pero cuya complejidad pasa por el volumen del negocio, la variabilidad de los modelos y el carácter crítico que tiene respecto de cuestiones de seguridad", explica García.
En Tierra del Fuego, actualmente se fabrican entre 10 y 14 millones de teléfonos celulares, dependiendo del año y de la demanda nacional. En 2014, por ejemplo, se fabricaron más de 11 millones de teléfonos, mientras que, durante los primeros seis meses de este año, se habían producido más de cuatro millones de equipos, de acuerdo a estadísticas oficiales de la Dirección General de Estadística y Censos fueguina.
"Es importante poder lograr este complemento industrial entre la isla y el continente, pero, cada vez que se avanza en este sentido, se asumen riesgos y, como el escenario económico que viene no está del todo claro, decidimos que teníamos que tener una posición un poco más conservadora", aclara García. Y agrega: "Creemos que es fundamental que el gobierno siga en esta línea, porque si no, todo lo que se hizo se caerá rápidamente".
Al respecto, el funcionario –que dejará su cargo durante diciembre– advierte que están a la espera de las nuevas definiciones en cuanto a las políticas de administración del comercio internacional y al tipo de cambio que se va a manejar, por ejemplo, para poder proyectar posibles escenarios económicos y productivos para la provincia. "La cuestión más estructural y de fondo va a estar asociada, por un lado, a la continuidad de los beneficios de la Ley –por el régimen de promoción de la ley Nro 19.640 –, que creemos que va a seguir. Y, por el otro, a la continuidad y al formato que tome la política de administración del comercio, si es que la hay, porque ahí es donde hoy tenemos una protección importante y, en caso de haber un cambio brusco, podríamos sufrir un impacto negativo considerable", concluye García.
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