La ola de calor llega a tu teléfono
El smartphone va a subir de temperatura cuando hace ciertas cosas; usar el GPS o grabar videos, por ejemplo. ¿Pero qué pasa si lo hace erráticamente y sin causa aparente? Tips, consejos y una solución tajante, pero infalible
- 6 minutos de lectura'
Un muy querido amigo me contó el otro día que había conseguido una placa Peltier para enfriar su celular, “porque en verano recalienta mucho”. Una placa Peltier usa el efecto homónimo para producir frío o calor, depende de para qué lo quieras usar, por medio de electricidad. ¿Viste esas cavas para pocas botellas que no usan compresor? Se las llama cavas eléctricas (aunque las profesionales también funcionan con electricidad) precisamente porque se basan en el efecto Peltier. Son menos eficientes que una cava con compresor (que es básicamente una heladera, aunque con otro rango de temperaturas), pero también son mucho más económicas para poca cantidad de botellas.
Vuelvo. Mi amigo me comentó esto en medio de una conversación sobre otros temas más urgentes, y el tema me quedó dando vueltas. Luego, esa misma semana, estuve usando mucho el teléfono para hablar (¿recuerdan lo que era eso?), y al cortar noté el equipo caliente, recordé la conversación mencionada arriba y le mandé un WhatsApp para que se fijara qué aplicación estaba consumiendo más batería. Eso puede verse en general en Ajustes> Mantenimiento (o Cuidado) del dispositivo.
¿Por qué fijarse en el dato de la batería? Porque por la ley de conservación de la energía, cuanto más electricidad consume, más calor disipa. Además, algunos de los principales culpables del calentamiento de un teléfono no aparecen listados en estos monitores; típicamente, el GPS. También la conexión de datos puede poner el teléfono a temperaturas peligrosas. Por eso, Maps en el auto en un día de mucho calor es un combo explosivo.
Las llamadas de voz calientan el teléfono, así es. Pero eso es normal y cada vez hablamos menos. La cuestión es que el equipo no empiece a tener, llamémosla así, una conducta térmica errática, como le ocurre a mi amigo. En ese caso, hay que buscar al responsable, no solo porque el calor es malo para la batería (y para la electrónica, aunque los circuitos la toleran mejor), sino porque además va a tener la misma autonomía de un fósforo. Con un adicional: el calor daña a las baterías de iones de litio. Así que a la poca autonomía diaria tenés que sumarle (restarle, en realidad) que esa autonomía va a ir degradándose con el tiempo.
Dicho simple: salvo que tengas clarísima la razón por la que el teléfono se puso en modo estufita, hay que buscar al culpable. Y para eso hay que actuar como un detective. Se los digo por experiencia, para encontrar una respuesta no alcanza con una app que bajás y te arregla todo con un toque. Lo más importante (si esto es posible) es estar atentos a lo que hacemos con el teléfono. Hay aquí dos posibles escenarios.
- Uno: el equipo se pone a la temperatura de Betelgeuse cada vez que hacemos algo específico con él. Filmar videos, por ejemplo.
- Dos: lo hace a veces, hagamos o no algo con él.
El problema es el segundo escenario. Los que tienen una vida de resolver problemas técnicos (de todo tipo, no solo informáticos) saben perfectamente que no hay enemigo más temible que la falla que ocurre al azar. Pero cuidado. El segundo escenario no incluye la frase “al azar”.
O sea, una cosa es que el teléfono sirva para planchar camisas cada tarde a las 17, siempre, invariablemente, sin que vos hagas nada. Eso es malo, porque todavía hay que descubrir qué pasa. Pero sabemos que sea lo que fuere, ocurre a las 17 todos los días. Podría ser una tarea programada, por ejemplo. Incluso un malware.
Lo realmente difícil es el fenómeno que ocurre erráticamente, a cualquier hora, sin que hagamos nada, al azar. Lo primero que habría que hacer en esos casos es estar alerta y, cuando el teléfono levanta temperatura, mirar quien está consumiendo más batería, ciclos de procesador o datos. Acordate, el teléfono solo va a recalentar porque la electrónica está consumiendo energía. No hay ninguna otra razón (salvo que lo dejes al sol, ya llegamos a eso). Saber este dato nos evita usar apps automágicas, que en general son una mala idea; casi todo lo automágico es una mala idea en computación.
Los posibles escenarios son innumerables. Pero, en general, al mirar el listado de las apps que usan más batería, te vas a encontrar con dos situaciones. La que más usa batería es la app que usás con más frecuencia. Eso es previsible. Está OK, y casi seguramente tu teléfono solo recalienta cuando hablás o usás el GPS. La otra situación es que en el tope de la lista aparezca algo que no usás nunca o, con más frecuencia, un widget. Me ocurría a menudo con una app del clima, que en las sucesivas actualizaciones de Android dejó de responder correctamente y se tildaba, para usar el término de moda. En esos casos, lamento decirlo, muchas veces no queda más remedio que eliminar la app hasta que la actualicen. O buscar otra.
¿Tu teléfono recalienta al usar la cámara? Si es cuando filmás videos largos, es normal. No es mala idea darle un respiro cada tanto, sobre todo en estos días tan bonitos de clima apocalíptico.
La cuestión acá es siempre determinar si estás frente a un escenario normal o a algo que no debería estar ocurriendo. Dejar el teléfono al sol no es buena idea, por ejemplo, y no porque va a empezar a consumir más batería, sino por otro motivo. Pensalo. Es un objeto oscuro, absorbe por lo tanto todas las longitudes de onda de la luz visible, posiblemente le pusiste una carcasa protectora. ¿Qué podría salir mal?
Así que el teléfono, lejos de la luz solar directa. Salvo que realmente sea indispensable. Y no por mucho tiempo.
¿Te llamó la atención lo de la carcasa? Me imaginé. Yo no las uso. Y como soy torpe mis teléfonos terminan siempre todos estropeados. Por lo tanto, son una buena idea para protegerlos (pero en mi caso tengo una fuerte debilidad estética que me impide ponerles esas cosas, lo siento). Ahora, si el equipo empieza a recalentar, sacarle la carcasa no es ninguna mala idea. Hay que disipar ese calor, y la carcasa es un obstáculo.
Genial, pero qué hacemos si nada funciona y el teléfono sigue en el peor de los escenarios. Es decir, recalienta sin que lo usemos y al azar. Mi mejor consejo, en este caso, es en dos pasos.
Primero, fijate si te acordás cuándo empezó a ocurrir. Lo más probable es que no. Pero si por esas cosas de la vida te acordás de que justo instalaste varias apps cuando empezó a recalentar, desinstalalas. Todas. Y reinstalalas una por una, dejando uno o dos días en el medio. Es muy probable que ahí aparezca la culpable.
Si no te acordás y el asunto se pone tórrido, entonces lo más simple, rápido y expeditivo es hacer backup de tus fotos y documentos, bases de datos de apps de ejercicio, dieta o salud, y reiniciarlo al estado original de fábrica. He visto muchas cosas en 40 años de tratar con computadoras. Muchas de verdad. Y algo es indudable. A veces lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva.