La música online terminará con la piratería, según el CEO de Deezer
Para el ejecutivo, los servicios de streaming de música sin límites son la respuesta a la piratería de música
Su servicio de escucha en línea es el segundo más popular del mundo después del sueco Spotify y la punta de lanza de la "explosión del streaming", un mercado emergente que desde ayer cuenta a Apple (con su servicio Apple Music ) entre las compañías que apuestan por ofrecer discotecas con decenas de millones de canciones disponibles para disfrutar sin límites por un pago mensual.
Esto, asegura a EFE el flamante consejero delegado de Deezer, Hans-Holger Albrecht, "acabará con las descargas ilegales".
De estética de galán de Hollywood, tejanos y sonrisa fácil, el director general de esa plataforma desembarcó en la 49 edición del MIDEM de Cannes, la gran feria del sector musical, con un mantra que bien podrían haber adoptado los responsables del evento: "El streaming es el futuro".
"No veo ninguna razón para piratear música, hoy alguien puede acceder a cualquier catálogo gracias a servicios que permiten descargarlo y escucharlo offline por un precio fijo. Es la gran alternativa a la piratería", sostiene Albrecht.
No veo ninguna razón para piratear música, hoy alguien puede acceder a cualquier catálogo gracias a servicios que permiten descargarlo y escucharlo offline por un precio fijo. Es la gran alternativa a la piratería
A este alemán protestante graduado en la Universidad de Yale y padre de siete hijos le gusta citar el caso de Suecia, un histórico caladero de la piratería online que hoy, tras la irrupción del sector que lidera Spotify, se ha convertido en una suerte de paraíso del "streaming".
Pero en el pujante sector de la escucha en línea, sacudido por una competencia cada vez más numerosa, no todo son certezas. Aún así, y pese a los tambores de guerra, el rostro de Deezeer se muestra "confiado".
Líder del mercado de la música digital con iTunes, Apple reveló ayer su propio servicio, mientras el rapero estadounidense Jay Z hizo hace poco lo propio con Tidal, una plataforma de inspiración similar que se sumará a la batalla por el trono.
"Si una firma como Apple quiere acompañarnos, podemos confirmar que este es un modelo de futuro, porque nadie hace negocios estúpidos", valora con humor Albrecht, para quien la competencia es la "gran noticia" de un mercado cuya penetración entre los usuarios de Internet todavía resulta limitada, en torno al 2 o 3 por ciento.
A Deezer, que cuenta con 6 millones de suscriptores de pago en más de 180 países, no le preocupan el resto de competidores. "Estamos ante un mercado complejo, pero nuestro modelo funciona, los beneficios crecen muy rápido y ahora hace falta mantenerse entre los actores principales del juego", razona para acabar vaticinando que el pastel se lo repartirán "4 o 5 gigantes", en lugar de "un solo ganador".
De factura francesa, Deezer reivindica un "tratamiento local" de los contenidos, una estrategia que, tras ultimar acuerdos con medios y proveedores en cada país, le llevó hace un mes a incorporar a su oferta -gratis y de pago- más de 20.000 podcasts.
"Queremos diferenciarnos de la competencia e individualizar la relación con el usuario. No es posible hablar a todos por igual", razona este pope del "streaming", que dice que el próximo paso, "sin prisa", implicará contenidos en video, como hizo recientemente Spotify (y siguiendo a la estrategia de Google con YouTube).
Su despliegue también incluye a España, un mercado "difícil" lastrado por "la crisis y la piratería" y donde Deezer opera desde 2013. "Soy optimista", reconoce Albrecht. "No creo que sea un caso distinto de Francia o Alemania, solo requiere más tiempo".
Amante de la caza, el consejero delegado de Deezer dirige la compañía desde París, donde reside, perfecciona su francés y sigue a distancia al equipo de su infancia, el Bayern de Múnich. "Siempre es mejor perder ante el ganador", argumenta en alusión a a la derrota que el Barcelona, flamante campeón de la Champions, inflingió a los bávaros en la semifinal de la competición. Quién sabe si el tiempo, y la encarnizada competencia en el streaming, volverán a empujarle al mismo consuelo.