La movida de los juegos en red
Cómo es la vida en los locales que ofrecen competencias virtuales. Los títulos más exitosos. Los costos.Las reglas
En el fondo del local, un chico le grita a otro que le devuelva el diamante, que lo necesita para pasar al nivel siguiente del Diablo II. A unos metros, una mujer escribe en el ICQ mientras su hijo, en la máquina de al lado, mira una de las páginas del sitio de Cartoon Network. La tarde del martes se convierte en noche, y este lugar, en el corazón del microcentro, sigue repleto de personas sentadas frente a las pantallas.
A los ya tradicionales cibercafés y locutorios que ofrecen conexión a la red de redes, la ciudad sumó en los últimos meses una gran cantidad de locales exclusivos de Internet, que atienden las 24 horas y donde se puede chatear, revisar el correo electrónico, buscar información y, por sobre todo, jugar en red contra otros usuarios, incluso en equipos, formando lo que en la jerga se conoce como clanes.
Además de ofrecer un precio accesible -en general, 0,50 pesos por 15 minutos-, los locales son elegidos por su conexión de alta velocidad, computadoras bien equipadas y la variedad de juegos disponibles, que se encuentran instalados en las computadoras. Para muchos, se trata de una solución para conectarse en cualquier horario. Para otros, especialmente los jóvenes, estos lugares se han convertido en un lugar de encuentro.
"Así como algunos de estos comercios están destinados a un público adolescente -comenta Martín Silva, encargado de Sudatcom-, otros apuntamos a un target de gente que se conecta básicamente para trabajar. Muchos de los clientes tienen también conexión en la casa, pero vienen acá para navegar más rápido, descargar archivos o, simplemente, para poder concentrarse." Durante los días de semana, este lugar se mantiene casi en silencio, algo que nunca ocurre en sitios como Laser Shot o Kimochi, territorios exclusivos de los gamers, como se autodenominan.
Counter-Strike, Quake II, Age of Empires, Diablo II y StarCraft son los videogames más buscados para competir en el espacio virtual, utilizando una red local o, directamente, la gran Red, Internet.
Al estar los juegos instalados en las máquinas, los usuarios pueden acceder a ellos sin tener que adquirirlos, alternativa que resulta una ventaja para los que desean probar varios programas (cuyos precios van de 40 a 100 pesos en los comercios). Además, las máquinas suelen estar equipadas con componentes que no están al alcance de cualquiera, como Pentium III de más de 700 MHz, no menos de 256 MB de RAM y tarjetas aceleradoras de video 3D.
"Es como entrar en un mundo de fantasía. Así como yo juego todos los días al menos cuatro horas, hay otros habitués que tienen un récord de un día y medio. A medida que pasás más tiempo frente a la máquina, vas adquiriendo mayor habilidad y subiendo en los rankings mundiales", dice Juan Park, de 24 años, fan del Diablo II y encargado de Millenium Net, en Congreso. Asegura que los juegos son, en general, -muy adictivos- y la edad de los participantes va de 10 a 30 años. A su vez, destaca de este tipo de locales la posibilidad de hacer nuevos amigos.
"Atrapo al último y me voy a mi casa", comenta un chico de unos 14 años. Los compañeros se ríen; dos horas antes había dicho exactamente lo mismo. Ellos forman parte de un clan del Counter-Strike, o sea un equipo que entrena y participa de torneos que se realizan frecuentemente en distintos puntos de la ciudad.
Durante una competencia, los participantes no pueden hablar entre sí respecto del juego, a menos que sea por la radio que llevan sus personajes. "Tenemos gente que controla a los que quieren hacer trampa. Cuando compiten clanes de origen asiático, que hay muchos, alguno de nosotros se queda en los pasillos evitando que hablen en chino", comenta el organizador de los torneos de Kimochi, nacido en Taiwan hace 20 años.
A causa del furor por los juegos de PC, muchos de estos lugares organizan también cumpleaños. Simplemente, se ponen de acuerdo en el videojuego preferido por los invitados y se alquila, durante dos horas, la cantidad de máquinas necesaria.
Páginas non sanctas
Al ofrecer, en la mayoría de los casos, la conexión por un mismo precio, cada local busca diferenciarse en la calidad y cantidad de los servicios. Uno de los puntos básicos para quienes usan la Web es la velocidad de acceso a las páginas, que no siempre alcanza lo prometido por los locales. "La mayoría de la gente no tiene mucha idea de lo que es una buena conexión. Si se ofrecen 512 Kbps, una manera de saber si éstos son reales es ver cuánto demora en descargarse 1 MB. Si tarda más de treinta segundos o un minuto -puede oscilar ya que la comunicación es en sí variable- le conviene cambiarse de local", opina el dueño de un cibercafé del Centro.
El ambiente del lugar también puede ser determinante. Eso es lo que piensan Ana Legomarsino y Xavier Sundblad, directores de Webear, un local con 140 máquinas en Callao y Paraguay.
"Nuestra idea -explican- es brindar un servicio diferenciado, con un ambiente agradable que no tenga nada que ver con el de otros locales. Queremos acercar a la gente a Internet, que pueda venir una señora y dejar a su nieto sin problema." Según comenta Sundblad, en pocos días instalarán un firewall de Cisco Systems para bloquear páginas pornográficas.
Las máquinas de este local cuentan con pantallas planas, para aprovechar mejor el espacio del salón. También tienen instalado un navegador propio, que impide el acceso al sistema y puede no resultar demasiado familiar, ya que la interfaz es diferente a las de Internet Explorer y Nescape Navigator. Además, este browser no admite el uso de más de seis ventanas simultáneas.
Otra de las particularidades del software instalado es el pequeño icono que permite hacer pedidos on line a la cafetería del local. "Buscamos que los clientes se sientan cómodos y bien atendidos, con empleados que los ayudan si tienen algún problema. El lugar está siempre limpio y muy iluminado, y esto lleva a que, por ejemplo, vengan profesores a dar clases con sus alumnos, en especial por la mañana. Incluso la idea es hacer convenios con escuelas de la zona", agrega Legomarsino, que indica además que tienen previsto instalar otros cuatro Webear en los próximos doce meses.
Los juegos, en este lugar, están instalados en 22 máquinas bastante apartadas. Entre otros servicios, que se repiten en varios cibercafés, se ofrece escaneo de imágenes, grabación de CD, y copias láser color y blanco y negro. Los lugares que se dedican mayormente a los juegos suelen tener tarifas promocionales, en horarios nocturnos o por la mañana. Según comenta Silva, de Sudatcom, es común que los chicos le paguen por adelantado por propia voluntad, ya que jugando "pierden la noción del tiempo.
"Muchos vienen con la plata justa y piden rebajas por grupos o cantidad de horas -continúa-. En general, migran de un lugar a otro según el acceso y la configuración de las máquinas. A medida que juegan, notan que en otro lado hay alguno con una conexión más rápida, que le da ventajas en el enfrentamiento en línea, y le piden el dato directamente por la Red. También tiene que ver con la onda del lugar y la gente que los atiende. Por ejemplo, buscan que los dejes instalar una demo y no les digas nada si hacen un poco de ruido." Este local está en Maipú y Lavalle, una zona que cuenta, en cuatro manzanas a la redonda, con más de treinta lugares para conectarse a Internet. "Los clientes fijos son en general los adultos, que se dividen en tres grandes grupos. Están los que permanecen horas, consumen gaseosas y sacan impresiones; los que preguntan el precio y gastan lo justo, y los que se revisan el e-mail en quince minutos, toman el café que ofrecemos gratis y pagan los cincuenta centavos. La situación es complicada, como la de cualquier otro rubro. En el Centro hay mucha competencia."
El nivel de la música es otra de las variables que se tienen en cuenta, al igual que la disponibilidad de un espacio para no fumadores. También el software (Office y Netmeeting están entre los más buscados) y la posibilidad de hacer llamadas telefónicas a través de la PC. Esta alternativa (se la conoce como Telefonía IP) permite comunicarse con números telefónicos de distintos lugares del mundo usando sólo la computadora. El sistema puede usarse también en el hogar, adquiriendo pulsos en sitios de la Web, pero la opción de hacerlo desde estos locales facilita la tarea y no requiere de la utilización de la tarjeta de crédito.
Muchos cibercafés cuentan con paquetes de pulsos de Net2Phone, uno de los servicios que alcanza una gran cantidad de ciudades, y los venden a 5, 10 o 20 pesos, según el tiempo deseado. A través de estos bonos se puede, por ejemplo, hablar con los Estados Unidos a 8 centavos por minuto. La comunicación, dependiendo del acceso a la Red y el horario, puede tener un delay (demora) no mayor a los dos segundos. "Esta es una posibilidad que está creciendo, a medida que la gente se entera de qué se trata -plantea el dueño de un cibercafé de Corrientes y Callao-. Tal vez, más adelante, transformemos el lugar en un locutorio virtual, reemplazando las PC por aparatos de teléfono que utilicen directamente telefonía IP. Ya nos vinieron a ofrecer algo así, y lo estamos pensando, porque la tecnología se actualiza y no podemos quedarnos atrás. Hoy, el boom es la conexión a través de la computadora, pero tenemos que estar atentos, para que el auge no corra la misma suerte de los videoclubes o las canchas de paddle."
Un recorrido por los nuevos cybercafés de Buenos Aires
Estos son los locales de juegos en red que LA NACION visitó para la presente nota. Existen muchos otros y en casi todos los barrios es posible encontrar uno de estos nuevos cibercafés.
Al Cyber: Chile 1202
Cyberdecó: Esmeralda 480
Cyberdecó: Rivadavia y Callao
Freaks Café: Alvear 1944
Internet Bar: Corrientes y Rodríguez Peña
Internet City: Lavalle 843
Kimochi: Maipú 486, Local 105
Láser Shot: Lavalle y Esmeralda
Millenium Net: Rivadavia 2153
NetStation: Maipú 486, local 105
Eagugel Internet: Florida 537, local 432 (Galería Jardín)
Punto Net: Lavalle y Maipú
Sudatcom: Maipú 486
Sweet Café: Bacacay 1715
Webear: Callao 858
Poner un título
Argentum es un juego ideado y diseñado en La Plata que está creciendo en la red de redes. Sólo se puede jugar en línea y es una alternativa en español a otros juegos de rol que cuentan con escenarios medievales.
Fue desarrollado por dos jóvenes en forma independiente, con la ayuda de más de treinta personas que aportaron gráficos y música en forma gratuita. Del grupo también participaron programadores. No hay grandes objetivos en el juego, sino básicamente aventuras que proponen los propios usuarios. Para acceder al juego y a más información se puede ingresar en http://www.argentum-online.com.ar