La fibra óptica de Arsat tiene 22.500 km operativos y conecta 207 localidades
Aunque la cobertura avanza rápidamente, la meta de conectar 1200 localidades para 2018 todavía está lejos; financiamiento para el despliegue de fibra óptica local
La red federal de fibra óptica (Refefo) de la empresa estatal Arsat fue lanzada en 2009. En aquel momento, la presidenta Cristina Kirchner y su ministro de Planificación, Julio de Vido, prometían el tendido de 58.000 km para servicios de telecomunicaciones en todo el país. El diseño final de la red propia de Arsat quedó en 33.000 km, de los cuales en diciembre de 2015 sólo estaban iluminados y operativos 6500 y alcanzaban a 17 localidades conectadas.
Esta semana, Arsat llegó a los 22.500 km de fibra iluminados (más del 60% del tendido previsto) y 207 localidades conectadas. “Para junio o julio tenemos que llegar a 450”, dijo a LA NACION el presidente de la empresa, Rodrigo de Loredo. En mayo del año pasado, el presidente Mauricio Macri anunció el plan federal de Internet, que prevé conectar en dos años 1200 localidades a la red de fibra óptica. El despliegue de Arsat va rápido, pero esa meta todavía está lejos. Estas obras son financiadas con 1300 millones de pesos del Fondo de Servicio Universal, que se nutre del 1% de la facturación bruta de los operadores de telecomunicaciones.
La fibra federal es una red troncal que llevará Internet de alta velocidad al interior profundo, donde los grandes operadores prestan servicios muy limitados. Pero esa red no tiene capilaridad propia, es decir, no llega hasta cada hogar. Ese último tramo (en la jerga de la industria, última milla) es prestada por cooperativas, cableoperadores o empresas locales o regionales de telecomunicaciones, cuyas redes también deben estar preparadas para ofrecer alta velocidad. Arsat lleva firmados unos 200 contratos de ese tipo.
El precio de Internet en el interior
La llegada de la red estatal a los mercados del interior está impactando en el precio del mega mayorista: según De Loredo, la baja promedio ya es del 50%. Ese menor costo debería verse reflejado a nivel local en un menor precio al usuario o en mayores inversiones -por ejemplo, en capilaridad de fibra óptica- para mejorar la calidad de la conexión. Para esto último, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) lanzó una línea de subsidios para proyectos que se centren en localidades de hasta 2500 habitantes y localidades sin servicio de hasta 500 habitantes. El concurso se financiará hasta un 80% mediante aportes no reembolsables, las inversiones de los proyectos presentados, con un máximo de $ 2 millones para proyectos de una localidad y hasta $3 millones para los que abarquen dos localidades o más. El monto total de los subsidios será de $350 millones y también saldrán del Fondo de Servicio Universal.
Según informó Arsat, desde diciembre de 2016 y hasta este mes, se sumaron a la red iluminada seis nuevas trazas: el primero conecta las localidades que van de Pichanal (Salta) y Perico (Jujuy); el segundo va de Azul a Saladillo; el tercero, de Azopardo a Benavídez; el cuarto une Saladillo y Cañuelas; el quinto Malargüe (Mendoza) y Buta Ranquil (Neuquén); y el sexto y más extenso tramo continúa por la ruta 40 desde Buta Ranquil hasta Zapala dentro de Neuquén, con un total de 337 km conectados.
El avance de estas obras, que son una continuidad del proyecto original de 2009 y ya configura una política de Estado, podría determinar que en muchos puntos del interior profundo del país, algunos usuarios pasen de no tener acceso a Internet a tener uno de los mejores servicios del país. La apertura del mercado a la competencia entre los grandes operadores -a partir de enero de 2018- será determinante para la mejora de la infraestructura desplegada en los grandes centros urbanos. A partir de ese momento, las empresas telefónicas podrán comenzar a ofrecer TV paga, y los cableoperadores y cooperativas tendrán acceso a la telefonía móvil 4G.