La economía compartida enfrenta un mosaico de normas en Europa
Servicios como AirBnB y Uber, que permiten a los usuarios de Internet compartir sus habitaciones y autos, tienen desafíos diferentes al momento de desembarcar sus servicios en los países del Viejo Continente
LISBOA - Las empresas nuevas, como Uber y Airbnb, quieren que los consumidores europeos acepten a sus compañías. Sin embargo, cuando se trata de convencer a los políticos, estas empresas se han topado con obstáculos regulatorios que han expuesto la respuesta desigual a la innovación tecnológica por parte de la Unión Europea.
Algunas ciudades están frenando a las empresas, como Barcelona, donde Airbnb, un servicio que ofrece la posibilidad de compartir departamentos, recibió una multa recientemente por el incumplimiento de las reglas regionales que rigen el alquiler de propiedades. En otras ciudades, como Ámsterdam, los políticos han aprobado leyes para ayudar a poner en marcha la economía compartida local.
Algunos países europeos envían señales mixtas: Uber, el servicio que ofrece la posibilidad de compartir automóviles, estuvo prohibido en Alemania hasta la semana última, cuando un tribunal de Frankfurt anuló la prohibición. Y aquí, en la capital de Portugal, el último país en abordar el tema, una nueva ley de alquiler está destinada a ayudar a crecer a Airbnb y a sus rivales locales, a la vez que anima a los propietarios de departamentos a registrar sus propiedades y, lo que es más importante, a pagar impuestos.
Al igual que en Estados Unidos, donde empresas tecnológicas también se han enfrentado a desafíos legales, la respuesta de amplio alcance en Europa a menudo se reduce a si los legisladores perciben a las empresas como una amenaza para las firmas locales o como una oportunidad para mejorar el crecimiento económico.
Sea cual fuere la razón, el mosaico de normas y reglamentos ha dejado a las empresas con dificultades para navegar por los cambios regulatorios.
"Sería el paraíso para nosotros si sólo tuviéramos un regulador, no miles de distintas autoridades con las que tenemos que lidiar", dijo Arnaud Bertrand, un empresario francés y co-fundador de HouseTrip, un rival europeo de AirBnB.
Neelie Kroes, comisaria europea de Agenda Digital, quien se encuentra a punto de terminar su mandato, ha apoyado a muchas empresas nuevas como una forma de promover el crecimiento y la innovación. Algunas empresas de tecnología incluso han recibido financiación de la Unión Europea para desafiar a los líderes estadounidenses como Uber.
Sería el paraíso para nosotros si sólo tuviéramos un regulador, no miles de distintas autoridades con las que tenemos que lidiar, dijo Arnaud Bertrand de HouseTrip, un rival de AirBnB
Adolfo Mesquita Nunes, Secretario de Turismo de Portugal, dijo que su gobierno había estudiado la respuesta a AirBnB en lugares como Barcelona y Ámsterdam, y llegó a la conclusión de que "en un mundo digital, este es un movimiento imparable".
AirBnB permite a los usuarios alquilar habitaciones o propiedades por períodos cortos de tiempo. Más de la mitad de su negocio ahora proviene de Europa, con París como la ciudad con la mayor cantidad de propiedades en oferta en el mundo, por delante de Nueva York.
En julio, la nueva empresa que ofrece el servicio de compartir viviendas recibió su primera multa en Europa por la suma de 30.000 euros, o alrededor de 38.500 dólares, por la violación de una ley del año 2012 aprobada por el gobierno regional de Cataluña, cuya capital es Barcelona, el cual prohíbe el alquiler de habitaciones individuales con el propósito de turismo. AirBnB está apelando la multa.
Mesquita Nunes, el político portugués, dijo que las autoridades deben centrarse en mejorar la recaudación de impuestos sobre la propiedad en relación con las personas que utilizan AirBnB. Los gobiernos, dijo, no deben limitarse a añadir reglas que son difíciles de hacer cumplir, incluso si esa estrategia molesta a los hoteleros tradicionales quienes están ellos mismos sujetos a fuertes regulaciones.
Federico González Tejera, el jefe ejecutivo de la cadena NH Hoteles, con sede en Madrid, una empresa que opera cerca de 360 hoteles en Europa, expresó que si los legisladores otorgaran a AirBnB y a otros un acceso sin trabas al mercado, "tal vez ellos también deberían reducir las condiciones impuestas hacia nosotros".
La nueva ley de Portugal, que entrará en vigencia en noviembre, no establece un límite en cuanto a la cantidad de habitaciones o el tiempo en que se puede alquilar un departamento. Obliga a los dueños, sin embargo, a registrar sus propiedades en línea en las municipalidades locales, bajo la categoría de departamento o de hostal, si tienen más de nueve habitaciones.
Si los legisladores otorgaran a AirBnB y a otros un acceso sin trabas al mercado, tal vez ellos también deberían reducir las condiciones impuestas hacia nosotros, dijo Federico González Tejera, de la cadena NH Hoteles
Los operadores de hoteles presionaron, sin éxito, por normas más estrictas, como obligar a los propietarios de departamentos a ofrecer un baño en cada habitación, según Adília Lisboa, presidente de la Confederación de Turismo de Portugal. Aun así, dijo, la nueva ley es una mejora si "se ingresa al sistema a la gente que ahora alquila sus departamentos y compiten con hoteles establecidos pero sin pagar ningún impuesto".
AirBnB argumenta que esto simplemente ha magnificado los problemas que los políticos previamente optaron por no enfrentar. "Antes de que llegaran los servicios como AirBnB, muchas personas no pagaban ningún impuesto si alquilaban habitaciones a viajeros", dijo David Hantman, el director de política pública global de AirBnB. "Estamos ayudando a aumentar la transparencia".
Aun con los cambios, no hay mayores ingresos fiscales asegurados para Portugal.
André Penin, de 32 años, comenzó a alquilar un departamento de un dormitorio en Lisboa, en junio último, por 45 euros la noche, o alrededor de 58 dólares, pero dijo que ahora estudiaría si la ley hace que "siga siendo rentable o que sea mejor cerrar".
"Ha sido un verano increíblemente exitoso y loco" para los alquileres, expresó Penin.
Algunos políticos europeos advierten que una supervisión más débil plantea riesgos en materia de seguridad y otros problemas para los clientes.
"Todos los riesgos se delegan en la actualidad a las personas que están en mayor riesgo en el mercado laboral", dijo Mei Li Vos, un político holandés de izquierda que quiere que las empresas que recién se inician tengan una mayor responsabilidad legal por la forma en la que las personas utilizan sus servicios.
La oposición por parte de los hoteleros de Europa ha sido un tanto silenciada por los ingresos sin precedentes del sector del turismo en países como España y Portugal.
Algunos propietarios de hoteles incluso han acogido la competencia de empresas como AirBnB. My Story Hotels, que abrió su primer establecimiento en el centro de Lisboa este año, planea tener cinco hoteles en la zona en los próximos 18 meses.
Alfredo Tavares, su gerente de operaciones, dijo que el gobierno necesitaba supervisar la seguridad y el cumplimiento en el pago de los impuestos relacionado con el alquiler de departamentos, pero no debería prohibir la actividad.
"Con más ofertas disponibles, Lisboa tendrá más visibilidad", señaló.
La postura hacia AirBnB es diferente, sin embargo, en una ciudad como Berlín, donde la población aumenta en casi 50.000 personas cada año.
Para permitir a los residentes alquilar departamentos que de otro modo podrían ser reservados para alquileres a corto plazo, la capital alemana ha introducido normas que prohíben el alquiler a corto plazo sin la aprobación de las autoridades locales. AirBnB se ha enfrentado a problemas similares en Nueva York, donde los políticos dicen que el servicio ha llevado a una reducción de la cantidad de departamentos disponibles.
En contraste, ciudades como París han aprobado leyes destinadas específicamente a permitir que la gente alquile sus viviendas a través de compañías como AirBnB, siempre y cuando cumplan con ciertos controles de seguridad. Pero aun en estas ciudades, las empresas han pasado la recaudación de los impuestos turísticos locales (a menudo aplicables a los hoteles locales) a los propietarios de viviendas, quienes alquilan departamentos a través de los sitios web de estas empresas que recién se inician.
Sin embargo, con el fin de afianzar la confianza con las autoridades locales, AirBnB ha comenzado recientemente la recaudación de impuestos en nombre de algunos gobiernos de ciudades en Estados Unidos, primero en Portland, Oregón y, a partir del próximo mes, en San Francisco.
Hantman, de AirBnB, dijo que la prueba en la ciudad de Portland ha ido bien, aunque agregó que la compañía aún necesitaba "averiguar lo que piensa cada ciudad sobre quién debe pagar cada impuesto", antes de que pueda considerar la ampliación del plan de Portland a más de las 34.000 ciudades en las que opera la compañía.
TRADUCCIÓN DE ÁNGELA ATADÍA DE BORGHETTI
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