La dura infancia de un hombre que triunfó pese a todo
Hijo de una pareja de estudiantes solteros, el fundador de Apple fue entregado en adopción apenas nació; su afición por la electrónica, siempre presente
Steven Paul Jobs nació el 24 de febrero de 1955, en San Francisco. Hijo de Joanne Schieble, para entonces una estudiante de posgrado soltera, y Abdulfattah Jandali, un estudiante originario de Siria, fue entregado en adopción apenas nació.
Así fue que el hombre que se convertiría en el genio de la era digital llegó a las manos de Clara y Paul Jobs, sus padres adoptivos, con apenas pocos días de vida, quienes alentaron siempre su afición por la electrónica.
Su interés por la tecnología se reveló muy pronto: la leyenda dice que un joven Steve llamó al señor William Hewlett, presidente de HP en aquel momento, para pedirle equipos para un proyecto escolar. Consiguió lo que quería y la oferta de un trabajo de verano.
Y más tarde, con el correr de los años, consiguió superar su infancia con creces y creó y guió a Apple, convirtiéndola de una empresa rudimentaria de dos empleados en un gigante de Silicon Valley.
Solía subir al escenario en las ferias y eventos de Apple en jeans, zapatos deportivos y suéteres negros, hechizando a la audiencia con sus más recientes innovaciones y concluyendo siempre con una presentación final precedida con la frase: "Hay un asunto más".