La creatividad no debe venir con fecha de vencimiento
Suena el teléfono y una agencia que da cursos de creatividad para empresas llama a Sofía para proponerle que dicte un taller; ella pregunta, anota y decide no tomar el trabajo. Mientras tanto una escuela le manda un mail: quieren modificar las aulas, "hacerlas más creativas, con las paredes de colores". Sofi les responde, amablemente, que no tomará la consultoría. ¿Qué hace que no elija estas propuestas?
Sofía Geyer es argentina, trabaja como consultora de innovación dentro de BASF, y co fundó IMPACT. Y hace varios años se dedica a hacer un mix entre diferentes recorridos formativos (aquí y en el exterior) para tratar de responder a una pregunta: ¿cómo funciona la creatividad en tiempos de internet? En su rol como terapista ocupacional, mezcla conocimientos de neurociencias y recursos humanos; ha pasado por ámbitos educativos, de la salud, del sector privado, tercer sector y el ámbito público. En esos espacios identificó algunos patrones repetidos, que acarrean preconceptos y mitos no resueltos entorno a la creatividad.
La tecnología y la inteligencia artificial nos obligan a replantearnos, en los lugares en los que aprendemos o trabajamos, qué es lo que nos hace realmente humanos, originales y únicos. Ya sea para competir en el mercado, o para estar preparados para lo que vendrá, la creatividad es una necesidad.
Sin embargo, en estos años Sofía detectó que un gran problema de esta época es considerar que la creatividad se puede trabajar con técnicas aisladas, a través de un curso corto y rápido, una charla, o una aplicación para todas las mañanas. No es un enlatado (eso que se puede aplicar en cualquier lugar), ni mucho menos un ejercicio como ir a crossfit y saturar el músculo, no es de ninguna manera algo vinculado con la inmediatez. Eso pone una barrera que es la paciencia en relación a los resultados, sobre todo a su profundidad. Ya lo decía Maya Angelou: "Los grandes resultados requieren de tiempo."
Para poder trabajar en un recorrido sustentable, es necesario considerar un marco teórico más amplio que una técnica o un método (como la moda de aplicar Design Thinking en talleres cerrados); sirve para poder dar sustento científico, contar con un gran mindset (o mentalidad) que haya sido validado. Allí la psicología positiva puede dar una respuesta más integral por ser una rama de la psicología que estudia las dimensiones personales que aumentan la felicidad y la calidad de vida. Martin Seligman fue uno de los padres de este marco; y junto a otros investigadores como Scott Barry Kaufman y Angela Duckworth, se dedicaron a estudiar en profundidad distintos aspectos de la creatividad y la perseverancia.
¿Por qué no son efectivas estas técnicas de corto plazo? Arrastran ideas erradas, como por ejemplo que la creatividad es una sola habilidad que se trabaja "entrenando nuestro hemisferio derecho". Hoy en día se sabe que la creatividad se desarrolla con funciones cognitivas que involucran a todo el sistema nervioso central, y que se suele desarrollar en ciertas fases que requieren de redes neuronales distintas. Pero esas redes utilizan estructuras de ambos hemisferios. Dos de las redes neuronales que suelen alternar según las fases con la red neuronal ejecutiva, y la "default network" (también llamada en criollo red neuronal de la imaginación). Trabajar sobre tantas funciones sólo a través de técnicas cortas, fuera del entorno donde solemos llevar a cabo nuestras rutinas, puede tener el efecto de no permitir trasladar esos aprendizajes a nuestro día a día. Por ende, fallan realmente en hacernos más creativos.
Otra de las barreras que distingue Sofía en cuanto a los contextos es que en los lugares donde nos vinculamos suele haber una relación asimétrica: jefe/empleado, educador/estudiante, médico/paciente. Si bien suelen ser quienes tienen más poder los que buscan estos cambios, por lo general son poco conscientes del gran rol que tienen para fomentar la creatividad de otras personas. Uno de los casos es el de Ronald Beghuetto, quien relata la situación de una maestra que pregunta a sus estudiantes el resultado de la operación 2 + 2. Una de las estudiantes responde que no es 4, y le pregunta cómo llega a ese resultado. Ahí es que la niña le menciona que no siempre es 4, ya que si por ejemplo pone a dos gatitos hambrientos con dos ratones, el resultado es 2 (ya que supone que los gatos se los comen). A pesar de que esta respuesta tiene lógica en un contexto, la docente tiene miedo de que los otros alumnos se desenfoquen y aprendan erróneamente el concepto, y opta en enfatizar que no es correcta la respuesta, sin muchas más explicaciones.
Beghetto define esto como una "Mortificación creativa", donde aprendemos que nuestras ideas más "locas" y revolucionarias serán rechazadas. ¿Resultado? Aprendemos, muy disciplinariamente, a callarnos la boca.
Traer innovación y respetar su resultado habla más del liderazgo, y pasa de igual modo en ámbitos laborales cuando la persona que tiene mayor autoridad termina diciendo: "esta idea es muy volada, loca, imposible" y aunque no queramos va ejercitándonos en autocensurarnos. Todos queremos equipos creativos, pero muy pocos se animan a sostener este precio.
Por estas razones, y como trabajar con creatividad lleva mucho tiempo, para Mihály Csikszentmihalyi hay que trabajar con los entornos. Y esto no implica tener salas con paredes de colores, metegoles y kits y técnicas de innovación. Los entornos, tanto físicos como humanos, son lo más valioso. Porque no sirve de nada seguir entrenando a miles de empleados en creatividad, si después al presentar ideas éstas serán bochadas por sus jefes.
No importan los contextos en los que transitemos, siempre buscamos poder tener creatividad como un valor agregado. Angela Duckworth trae el concepto Grit (coraje o cojones) como una habilidad a desarrollar que es más importante que buenas ideas, y esto es poder enfrentar las barreras y negatividades para ejecutarlas, llevarlas a cabo. Es el poder sortear la frustración de la "mortificación creativa" con "grit", vencer las trabas para concretar nuestras ideas. La creatividad no tiene sentido sino existen estos factores, concluye Sofía: "porque de nada sirve tener millones de ideas, si nos convencen de que no sirven para nada." La creatividad como la pensamos en tiempos de internet ya tiene fecha de vencimiento.