Crearon una tela que te podría abrigar o refrescar todo el año, inspirada en la capacidad del calamar para cambiar de color
Investigadores de la universidad de California crearon una tela capaz de cambiar de estructura para abrigarnos o refrescarnos: se inspira en la capacidad del calamar para cambiar de color
- 4 minutos de lectura'
La temperatura de Buenos Aires en estos días primaverales, parece aleatoria. Uno puede salir a trabajar con frío, abrigado para no enfermarnos con la baja temperatura matinal, y de golpe, a la hora de salir a comer, se encuentra con un sol pleno digno de bermudas o pollera, y perfecto para tomar algo fresquito al sol.
Pero la elección de qué llevarnos a la mañana para vestir puede ser un problema (o una molestia) porque después vamos a tener que estar todo el día llevando a pasear una campera que solo usamos un ratito, o bien, si no la tenemos, podemos tener ese frío que te mata los planes que tenés a la salida del trabajo.
Pero a no temer, porque la ciencia tiene un nuevo superhéroe en el desarrollo de la ropa, y es nada más y nada menos que el calamar. No tiene que ver con la cancha de Platense, sino con el molusco marino, que posee unas características que los científicos esperan replicar para hacer que nuestras prendas sea adapten al clima y a nuestras necesidades de temperatura. Esto se debe a una cualidad única de la piel de los calamares, que investigadores de la Universidad de California y del Instituto Americano de Física pudieron emular con la ayuda del cobre.
Qué tiene que ver el calamar con el calor: el color
Los calamares tienen la cualidad de ser camaleónicos, es decir, que pueden cambiar su color de piel dependiendo de su necesidad. Idealmente, para camuflarse con su entorno, tanto cuando son predadores como cuando son posibles presas. Esto lo logran gracias a unos poros de pigmento en su piel llamada cromatóforos. Al contraerse, pueden cambiar la composición y lograr un cambio de color instantáneo en la piel, ya que al modificar su estructura cambian la luz que reflejan (siempre hay que recordar que vemos las cosas a nuestro alrededor porque reflejan luz, y eso es lo que ven nuestros ojos).
Los científicos tuvieron una idea: emular cómo funciona la piel de los cefalópodos, pero no pensando en los colores convencionales, sino en el infrarrojo, que es lo que nos aporta calor corporal. Esto se pudo replicar con una técnica llamada islas de cobre, embebidas en una tela. El cobre está integrado en la tela, y cambia de tamaño con la temperatura, lo que permite un mayor o menor intercambio de calor entre el exterior y el cuerpo de quien viste esa tela, emulando como funcionan los músculos de la piel del calamar. De esta manera, se podría regular automáticamente ese paso y por ende, la retención o liberación de la temperatura hasta alcanzar la deseada que se adapte al que la viste.
Sus creadores explican que esta tecnología permite crear una tela similar a la del algodón, que sería lavable y prácticamente de la misma consistencia. Si bien esta tecnología aún está en fase de prueba, esto puede revolucionar la manera de vestir, ya que no sería necesario tener grandes camperas, pullóveres o buzos para retener el calor, o telas especiales para sentir frescura.
No es la primera vez
Este desarrollo inspirado en el calamar no es el único en su tipo: hace unos años en Manchester propusieron usar grafeno para irradiar el calor corporal y ayudar a quien la viste a mantener una temperatura corporal agradable; también en Japón están probando con diferentes materiales integrados en la ropa que podrían capturar el calor corporal o ayudar a su liberación, para poder usar un mismo tipo de vestimenta todo el año sin tener que pasar ni frío ni calor. También hay quienes piensan que la tela deber estar inspirada en el kirigami (el arte del recorte de papel en Japón) o, como en este desarrollo en Chicago, que creó un material que puede refractar el calor ambiental y que se puede usar tanto para la ropa como para refrigerar un edificio.