La Apple Macintosh cumple 30 años
Con un célebre comercial emitido durante el SuperBowl, hace tres décadas fue presentada la emblemática computadora de Apple
Uno de los primeros éxitos de Apple, la Macintosh, fue presentado hace 30 años y dio comienzo a una rivalidad histórica con Microsoft en el mundo de las computadoras personales. En 1981 IBM había lanzado su emblemático modelo , el 5150 PC, que vendió 240.000 unidades en su primer mes.
En este y muchos otros puntos, la Macintosh de Apple no fue la primera en llegar al mercado masivo, pero sí la que logró imponer el uso de la interfaz gráfica y de un novedoso periférico; ambos fueron desarrollados y develados al gran público en 1968 por el recientemente fallecido Douglas Engelbart . A su vez, logró trascender los avances que ya se vislumbraban en prototipos de laboratorio como la Alto, una computadora moderna con pantalla color desarrollada en el laboratorio de Xerox en Palo Alto, California.
El precio de la Macintosh, de 2500 dólares, era superior en costo a la primera PC de de IBM, que tenía un precio base de unos 1500 dólares (pero trepaba a 3000 si se incluían disketteras, monitor color, etcétera). La computadora de Apple ofrecía, en una carcasa única, el cerebro electrónico y la pantalla, junto a una interfaz gráfica, teclado y mouse. Vendió unas 70.000 unidades hasta abril de 1984.
La primera Mac (también conocida como Macintosh 128K) tenía 128 KB de RAM, 64 KB de ROM, un procesador Motorola 6800, además de un monitor CRT de 9 pulgadas (blanco y negro) y 512 x 342 pixeles de resolución. Tenía una diskettera interna (para diskettes de 3,5" y 400 KB de capacidad). Admitía una diskettera externa, e incluía puertos para una impresora y un módem analógico. En septiembre de 1984 presentaron una segunda versión, que aumentaba la RAM a 512 KB.
Durante ese año la marca emitió un aviso dirigido por Ridley Scott durante el Superbowl, la final de fútbol americano. Durante sesenta segundos, el director de Blade Runner representa una escena inspirada en la novela 1984 de George Orwell.
La rivalidad que Steve Jobs buscaba reflejar en el comercial estaba marcada por el gigante informático IBM y su exitosa PC. Sin embargo, el cofundador y CEO de Apple terminó por desviar su atención hacia Microsoft, que también era proveedor de programas para su Macintosh, y que terminó por desarrollar su sistema operativo con interfaz gráfica, denominado Windows.
"Creo que Jobs fomentaba esa idea de polarización entre Windows y Mac", dijo Daniel Kottke, un ingeniero que fue parte del desarrollo de la primera Mac, citado por la agencia AFP. "Siempre se las agarraba con Microsoft, pero se volvió más fuerte aún cuando Microsoft sacó Windows. Decía que nos había copiado", afirma. Tanto Jobs como Gates habían conocido las interfaces gráficas de usuario en el Palo Alto Research Center de Xerox, donde estaba la Alto, computadora creada por los discípulos de Douglas Engelbart a fines de la década de 1970.
A pesar de lo revolucionario que fue la llegada al mercado de la Macintosh, las diferencias de Jobs con el directorio de Apple se fueron volviendo tensas, y terminaron por sellar su salida de la compañía en 1985. El cofundador había sido despedido, pero eso no impidió que desarrollara su propia firma, llamada NeXT, especializada en equipos informáticos para el ámbito académico y educativo.
Uno de los equipos NeXT fue utilizado por Tim Berners-Lee durante el desarrollo de la incipiente World Wide Web a comienzos de los 90. Jobs regresó a Apple en 1997 con la promesa de revitalizar a la compañía, e integró el desarrollo del sistema operativo de las computadoras NeXT en lo que sería el actual Mac OS X, con una línea completamente nueva de equipos.
En los últimos años, la línea de computadoras de Apple comenzó a perder terreno tras el lanzamiento de diversos dispositivos que comenzaron a rivalizar con la Mac, como el iPod, el iPhone y la tableta iPad. Lo mismo ocurrió con la PC, un formato que Jobs consideró obsoleto ante el avance de los equipos móviles, dominantes en esta etapa que denominó Post-PC.
Lejos de desaparecer, la compañía apostó por el regreso del equipo a tierras estadounidenses, y decidió que su último modelo, la computadora de escritorio Mac Pro, se ensamble en Austin, Texas .