Kodak, cada vez más cerca de la bancarrota
Eastman Kodak Co. se prepara para acogerse a la protección por bancarrota en las próximas semanas, informaron fuentes cercanas, una medida que culminaría una prolongada pero no por ello menos asombrosa caída de uno los titanes corporativos de Estados Unidos.
La empresa formada hace 131 años realiza negociaciones de último minuto para vender una parte de su cartera de patentes que, de fructificar, podrían impedir la bancarrota, según una de las fuentes.
Sin embargo, Kodak ya inició los trámites para acogerse al Capítulo 11 de la ley estadounidense de quiebra, que permite la reestructuración de los pasivos, en caso de que tales esfuerzos fracasen. La empresa incluso ha hablado con los bancos para obtener unos US$1.000 millones en financiación para mantenerse a flote durante la bancarrota, añadieron.
Un vocero de Kodak dijo que la compañía "no hace comentarios sobre rumores o especulaciones del mercado".
Una declaración de protección por quiebra podría producirse a fines de mes o principios de febrero, señalaron los ejecutivos. Si Kodak se declara en bancarrota, trataría de vender sus 1.100 patentes mediante una subasta supervisada por un juez, añadieron. Kodak continuaría pagando sus cuentas y operando normalmente, aunque bajo la protección de bancarrota, explicaron.
El sólo hecho de que Kodak esté siquiera contemplando una declaración de quiebra constituye un extraordinario giro para una empresa que dominó su sector sin contrapeso, captando a algunos de los mejores ingenieros a su sede central en Rochester, Nueva York, e invirtiendo grandes sumas en investigación que produjo miles de avances en la imagen y otras tecnologías.
Kodak, por ejemplo, inventó la cámara digital en 1975, pero nunca consiguió sacar provecho de la nueva tecnología. En busca de alternativas para su lucrativo pero cada vez más reducido negocio de películas fotográficas, Kodak incursionó en los negocios de productos químicos, limpiadores de baño y dispositivos para exámenes médicos en los años ochenta y los noventa, antes de centrarse en las impresoras comerciales y de consumo en el último lustro bajo la presidencia ejecutiva de Antonio Pérez.
Ninguna de las nuevas actividades generó el dinero necesario para financiar el cambio de rumbo y cubrir las grandes obligaciones de Kodak con los jubilados. El paso por el Capítulo 11 de la ley de bancarrota estadounidense podría ayudarla a librarse de algunas de esas obligaciones, pero la viabilidad de su estrategia de impresoras no ha sido demostrada, lo que plantea interrogantes sobre el destino de los 19.000 empleados de la compañía.
En un documento enviado a los reguladores financieros en noviembre, Kodak advirtió que se quedaría sin efectivo para financiar sus operaciones a menos que lograra vender algunas de sus patentes o fuera capaz de conseguir financiamiento. El martes, Kodak reveló que la Bolsa de Nueva York advirtió a la empresa que podría ser retirada del mercado bursátil a menos que su suerte repuntara en los próximos seis meses.