Kargieman, de Satellogic: “queremos ser la red de sensores que monitorea desde el espacio a la Tierra”
El responsable de la empresa argentina que ya lanzó tres satélites explica los objetivos del futuro sistema distribuido de fotografía satelital, orientado a ayudar en tiempo real en el análisis de cultivos o instalaciones energéticas
La industria aeroespacial está condicionada por la exigencia de reducir a su mínima expresión los posibles riesgos que conlleva conquistar el espacio. Y es así que muchas de sus hazañas y logros están cimentadas en estos conceptos. Salvo en la carrera por llegar a la Luna, la innovación estuvo atada a estas premisas, señala el responsable de la compañía argentina que puso en órbita a los nanosatélites Capitán Beto, Manolito y Tita.
"Desde entonces, no hubo nada disruptivo en los últimos treinta años, más allá de la televisión satelital y las comunicaciones. Hubo un estancamiento creativo condicionado por la exigencia del riesgo cero", dice Emiliano Kargieman, el especialista en seguridad informática que creó una empresa que apuesta a la puesta en órbita de satélites económicos, una forma de abrir a más empresas y naciones el exclusivo club de compañías capaces de fabricar y poner en órbita un satélite.
El actual contexto está basado en un equipo que tiene una inversión millonaria y que debe responder a una demanda de confiabilidad total, como el Arsat-1. En cambio, el proyecto de Satellogic, la empresa de Kargieman, propone una red satelital distribuida con varios equipos de menor costo, que se intercomunican y pueden suplir la falla del otro. A su manera, busca impulsar el desarrollo acelerado que tuvo la informática pero en el área espacial, con una fuerte cuota de experimentación.
No fue fácil para Kargieman liderar un proyecto basado con satélites educativos como los cubesats (el nombre técnico de estos nanosatélites con los que logró llegar al espacio). Tras un paso por el Centro de Investigación Ames de la NASA y con la experiencia de haber cursado en la Singularity University, se convenció de desarrollar su proyecto de fotografía satelital de la mano de estos equipos, que muchos ingenieros espaciales consideran simples juguetes académicos.
Así que los primeros pasos de Satellogic fueron recorridos con los Cubesats, con experiencias que vinieron de la mano del Capitán Beto en 2013 y Manolito un año más tarde, dos nanosatélites que sirvieron para validar este inédito desarrollo espacial.
Pasada esta etapa experimental, en donde se probaron los sistemas de navegación y comunicación, entre otros componentes, el paso siguiente de Satellogic fue el lanzamiento de Tita, un satélite mucho más grande que sus antecesores, con 25 kilos de peso.
Tita, que sigue la línea de los nombres de personalidades y que en esta ocasión recayó en la actriz argentina fallecida en 2002, es lo más cercano a esa futura constelación de satélites que planea establecer Satellogic en los próximos dos años.
Con 25 kilos de peso, este equipo deja de ser un Cubesat experimental para convertirse en un prototipo que servirá de base para los próximos 17 satélites que la empresa argentina planea lanzar desde fines de 2015, con un cámara que le permitirá poner a prueba la meta de registrar imágenes con calidad de un metro de resolución y una actualización de unos cinco minutos.
"Queremos ser la red de sensores de la Tierra con información en tiempo real para que las personas puedan tomar las mejores decisiones", dijo el ingeniero argentino.
Si existe algún punto de referencia para comprender la meta de Satellogic, Kargieman pone como ejeplo a Skybox Imaging, una empresa que Google acaba de adquirir por 500 millones de dólares para ampliar las prestaciones de su sistema de cartografía digital basada en fotografía satelital.
Con el lanzamiento de Tita, la provisión de servicios de fotografía satelital de Satellogic avanza a paso firme, enfocados en los sectores agropecuarios y de energéticos. "Es una prestación que estas industrias carecen, y que son vitales al momento de tomar decisiones para optimizar un cultivo o monitorear una instalación petrolera", dice el responsable de la firma, que intercambia trabajo y conocimientos con el Invap, la empresa que tuvo a cargo el desarrollo de los dos últimos satélites convencionales que la Argentina envió al espacio.
Cuánto fertilizante debe utilizar un agricultor para optimizar su producción o cómo monitorear un tramo de un oleoducto o gasoducto son sólo algunas de las preguntas que la red satelital planea responder en los próximos años.
"Es la democratización del acceso a la información, que antes estaba reservado sólo a gobiernos o empresas privadas con inversiones millonarias, y que nos permitirá responder a los desafíos que nos depara el futuro en materia de alimentos, agua y energía", agrega Kargieman.