Fue la primera persona que conoció en detalle el nuevo servicio de citas de Facebook , antes de que se lanzara al público.
También descubrió que Airbnb estaba probando una nueva función que alertaba a los anfitriones en el sitio web cuando los aviones de sus invitados aterrizaban de manera segura.
Y fue ella quien dio la primicia cuando Instagram comenzó a experimentar con imágenes de perfil de realidad aumentada.
A las empresas de tecnología de Silicon Valley les gusta sorprender cuando revelan nuevas funcionalidades. Pero a medio mundo de distancia, una ingeniera de software de Hong Kong ha convertido en su ambición echar a perder sus primicias.
Jane Manchun Wong es una blogger de tecnología e investigadora de aplicaciones de 23 años, que se ha hecho famosa por descubrir nuevas funciones de aplicaciones tecnológicas antes de su lanzamiento.
Aplicando la ingeniería inversa en apps populares como Facebook e Instagram, logra anticipar los cambios que aún están en modo de prueba.
Ella comparte la información desde su cuenta en Twitter , que es vigilada de cerca por periodistas ansiosos por una primicia, y por las compañías que esperan evitar ser las víctimas de la exclusiva.
Arrebato en Twitter
Anticipar novedades tecnológicas es solo un pasatiempo para Wong.
Ella no se beneficia económicamente de sus primicias, aunque sí ha recibido ofertas laborales de organizaciones mediáticas ansiosas por sus exclusivas.
Pero algunas de las primicias de esta joven son tan grandes que amenazan con afectar el mercado de valores, lo que ha llevado a algunos a acusarla de usar información privilegiada.
Cuando Facebook anunció su nueva plataforma de citas en 2018, el Grupo Match, dueño de la aplicación de citas Tinder y el sitio web Match.com, registró una caída de sus acciones de más del 20%.
Así que, cuando Wong tuiteó la primera captura de pantalla pública de la página de inicio de Facebook Dating (Citas), unos meses más tarde, enfrentó una tormenta de comentarios en Twitter que decían que estaba manipulando el mercado a propósito para su propio beneficio.
"No todos entienden la computación y la seguridad informática y a veces cuando las personas ven algo que publico, reaccionan de forma exagerada", explicó la ingeniera informática.
Wong contó que las acusaciones hicieron que tuviera un "arrebato" en Twitter.
"Me sentí muy enojada", dijo. "Pero no veo mucho trolling. Es difícil para ellos encontrar un punto de conversación en mi contra", afirma.
Hacker de sombrero blanco
A pesar de ser una hacker -o pirata informática-, Wong intenta mantenerse lejos de los problemas. Incluso cuando era niña, sus trucos tendían a deleitar más que a irritar.
En una entrevista con el South China Morning Post reveló que uno de sus primeros pirateos fue manipular un programa de software que calculaba la velocidad de escritura.
Al cambiar el código JavaScript subyacente, logró salir primera en una competencia escolar de mecanografía.
Le da crédito a su padre por desarrollar su interés en la tecnología, no porque él alentara la programación, sino porque ella aprendió valiosas habilidades de subversión cuando trataba de pasar las contraseñas que él colocaba en la computadora familiar cuando era niña.
Al igual que su padre, los gigantes tecnológicos de Silicon Valley tienen que mejorar su seguridad para evitar ser hackeados por Wong.
"Desde que comencé a interesarme y las compañías comenzaron a monitorear mis tuits, más empresas han mejorado la seguridad de sus aplicaciones", le dijo a la BBC.
"Ese es uno de los motivos por los que hago esto (...) las compañías mejorarán la seguridad de sus aplicaciones, para que sea más difícil entrar".
Llamando la atención de Silicon Valley
Wong ve que sus primicias están causando un gran revuelo en las empresas de tecnología que tiende a piratear con mayor frecuencia.
Después de compartir las capturas de pantalla de la página de citas de Facebook, dice que la compañía agregó rápidamente un código que le impedía tomar más fotos desde su teléfono.
A veces, las cosas que descubre desaparecen rápidamente, como ocurrió con un mapa de Facebook que encontró, que mostraba las ubicaciones de amigos cercanos.
Una dirección web de Facebook que enumeraba todas las redes de wi-fi disponibles públicamente en una ubicación determinada también desapareció rápidamente después de que ella tuiteó al respecto.
Algunos empleados a veces se ponen en contacto con ella a través de Twitter, elogiando un código que descifró y a veces ofreciéndole referencias para que trabaje en sus empresas.
Y cada vez más a menudo, las compañías guardan sus actualizaciones hasta momentos antes de anunciar nuevas funciones.
Según Wong, cuando Instagram anunció el lanzamiento de su plataforma de video vertical IGTV el año pasado, no publicaron el código hasta media hora antes del anuncio.
"Sabía que iban a hacer una presentación clave, seguí frustradamente cliqueando y cliqueando el botón de refrescar", contó.
"Normalmente, cuando las empresas prueban funciones experimentales, publican los cambios en una versión de producción de la aplicación y luego [...] activan la función para ciertos usuarios. Luego, cuando la lanzan, activan la función para todos", explica.
"Pero para esta función utilizaron un enfoque diferente, e indicaron que se debía a personas como yo".
Por amor a las apps
Wong dice que pasa hasta 18 horas cada fin de semana descifrando código. Esto se suma a su trabajo remunerado como una cazadora freelance de errores, informando fallas de seguridad a las compañías antes de que un pirata informático malicioso pueda acceder a su software.
¿Por qué lo hace entonces?
La joven dice que gran parte de su motivación proviene del amor a las aplicaciones que usa a diario y del deseo de comprender los cambios que se avecinan.
Cuando se lanza una actualización de una aplicación, la descripción de los cambios por lo general solo menciona correcciones y mejoras. "No me parece particularmente transparente", critica. "Quiero crear mi propio registro de los cambios, con financiación a través del crowdfunding", anticipa.
También le dijo a la BBC que utilizar la ingeniería inversa con las apps le ayuda a aprender más sobre el código.
Ella está cursando una licenciatura en Ciencias de la Computación en la Universidad de Massachusetts Dartmouth, en Estados Unidos, pero actualmente está tomando un descanso de sus estudios.
"Una vez que encuentro un patrón, solo me toma cinco minutos romper el código. Pero a menudo en el proceso aprendo algo nuevo", afirma.
Alli Shultes
BBC Mundo