Inventos argentinos. Las apps tecno que luchan contra la crisis alimentaria
Con muchos y diversos enfoques, estos son algunos de los emprendedores locales que le ponen inteligencia a la agricultura
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Los niveles de hambre en el planeta alcanzaron valores récord en 2021. El documento 2022 Global Report on Food Crisis, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que hay unas 193 millones de personas con inseguridad alimentaria aguda que necesitan asistencia urgente en 53 países o territorios. Es un aumento de casi 40 millones de personas en comparación con el máximo de 2020.
Distinto origen, misma meta
Frente a esta situación han surgido en la Argentina emprendimientos tecnológicos para combatir la crisis alimentaria. Wiagro, por ejemplo, se enfoca en la etapa de poscosecha, y sus innovaciones son utilizadas por agricultores nacionales así como también por otros en Brasil, Estados Unidos, Australia y Sudáfrica. “Las estimaciones respecto de las pérdidas poscosecha son muy variables, pero hay estudios que indican que se pueden llegar a perder más de un tercio de la producción”, dice Ariel Ismirlian, cofundador y Chief Operating Officer de esta firma, que desarrolla soluciones para el monitoreo del grano almacenado, con sensores inteligentes para silobolsa y alertas que llegan en tiempo real a los teléfonos de los productores.
También cuentan con herramientas para el control de los granos transportados en barcazas, que permiten saber al instante cuál es su estado de conservación a lo largo del trayecto.
Zavia Bio es una startup de biotecnología, liderada por Paz Álvarez, de 27 años, que es su cofundadora y directora ejecutiva. “Creamos soluciones para adaptar la agricultura al contexto de crisis climática. Para eso, desarrollamos productos a partir de biomoléculas que se aplican en las plantas, generando una reacción fisiológica con efectos benéficos, sin modificar su genética”, explica. Hoy el equipo se encuentra enfocado en el desarrollo de un producto para enfrentar la sequía, de aplicación externa, para que los cultivos sean más resistentes al estrés hídrico.
Por su parte, Beeflow se enfoca en hacer más eficiente la polinización de las abejas. Tras advertir que las poblaciones de abejas están disminuyendo en todo el mundo, Beeflow utiliza una tecnología de su autoría que hace que las abejas sean más saludables, particularmente en climas fríos, y se reduzca la tasa de mortalidad. Así es como este emprendimiento crea y gestiona con apicultores programas de polinización para agricultores que aumentan la cosecha de los cultivos hasta en un 60 por ciento. “Entrenamos a las abejas para polinizar cultivos específicos. Lo hacemos alimentándolas con moléculas de origen vegetal que condicionan su memoria y generan una polinización dirigida, incluso hacia flores que usualmente son atractivas para ellas”, detallan desde la empresa.
Con sede en Pergamino, Buenos Aires, Agidea se presenta como un emprendimiento que se encuentra en la intersección entre ciencia y negocios, ya que se enfoca en ayudar a las empresas agrícolas a tomar las mejores decisiones en torno a sus tecnologías precomerciales. De esta manera, permite la obtención de nuevas variedades de cultivos, acelerando el acceso a los mercados, aumentando la precisión y reduciendo los costos regulatorios y de investigación y desarrollo. Por ejemplo, uno de sus servicios, llamado Analytical Services, consta de un laboratorio en el que analizan tecnologías, alimentos, tierra, aire y agua.
Actores
La cadena agroalimentaria tiene muchos otros eslabones, con desafíos que van desde la calidad nutricional de productos industrializados, el comercio justo de productos locales, el packaging y los materiales que se utilizan, la cadena de distribución, el acceso a esos alimentos y el acceso al agua segura, entre tantos otros.
“Necesitamos que toda la cadena migre hacia un sistema agroalimentario sostenible económica, social y ambientalmente. Afortunadamente, hay mucho talento y startups argentinas que estamos enfocadas en abordar el tema desde diferentes aristas. Y somos optimistas porque estamos usando la ciencia y la tecnología a favor de esta causa –se explaya Álvarez.– Es importante que todo este esfuerzo sea acompañado por otros actores clave, como la academia, la corporación, el Estado y la ciudadanía”.