¿Impreso o digital? Cuál es el formato de libro adecuado para los más pequeños
Varios estudios demuestran que la lectura en los chicos no tiene que ver con la que generación a la que pertenecen; el tema es más complejo, y no ven a las pantallas y al papel como opuestos
- 4 minutos de lectura'
Cuando la única diferencia entre los libros infantiles es si son impresos o digitales, a los niños les resulta más fácil comprender la versión impresa. Sin embargo, esto cambia cuando los ebooks tienen características agregadas. Tal es la conclusión del estudio A Comparison of Children’s Reading on Paper Versus Screen: A Meta-Analysis, (Comparación de la lectura de los niños en papel y en pantalla: un meta-análisis), publicado en la revista Review of Educational Research.
Para la investigación, realizada en conjunto por la Universidad de Stavanger, en Noruega, y The Open University, en Gran Bretaña, se analizaron los resultados de 39 estudios previos que incluyeron un total de 1812 niños de entre uno y ocho años. Compararon la comprensión de cuentos de los niños y el aprendizaje de vocabulario cuando los pequeños leían un libro en papel versus uno digital, y evaluaron los efectos de las mejoras relacionadas con la historia en los libros digitales. Así es como, a modo de conclusión general, señalan que, cuando las versiones impresas y digitales son prácticamente iguales y solo difieren en la voz en off como característica adicional, el libro en papel supera a la pantalla.
Por ejemplo, muchos ebooks incluyen distracciones que en la práctica reducen la capacidad de un niño para comprender el contenido. Del mismo modo, según los investigadores, las historias en formato digital suelen atraer la atención de los niños hacia elementos secundarios que desvían su atención del relato central.
Todavía más, descubrieron que la mediación de los adultos durante la lectura de libros impresos es más eficaz que las mejoras de los libros digitales, cuando los chicos los leen a solas. Varias investigaciones previas ya habían documentado la poca interacción entre padres e hijos cuando se leen formatos electrónicos, en comparación con cuando leen obras en papel. Asimismo, señalan que la lectura impresa compartida promueve el desarrollo del lenguaje, la alfabetización y los vínculos mutuos. Además, pasar páginas para atrás y hacia adelante, favorece y mejora las habilidades motoras finas del niño.
Para tener en cuenta
Aielet Stolier y Gabriel Reiman son padres de tres hijos, y todos tienen el hábito de la lectura. Si bien actualmente cada uno tienen su dispositivo de lectura electrónica y la mayoría de sus libros están en formato digital, también suelen leer en papel. “El proceso de pasar del impreso a lo digital fue paulatino. Cuando se lee mucho es más cómodo lo digital por una cuestión de costos y de espacio. Respecto a la comprensión lectora por parte de los niños, cuando los chicos eran pequeños preferían los impresos para disfrutar de la textura y los colores, pero cuando pasaron a la etapa de texto puro, no hemos notado diferencias en cuanto a la interpretación de los contenidos”, comentan.
Cecilia de la Paz es fundadora y directora de la ONG Edúcate Uruguay, que está investigando sobre este tema, y señala que, de acuerdo con los estudios realizados en 2019 por la ONG que lidera, los niños menores de 12 años prefirieron 4 a 1 los libros de papel a los digitales, incluso en escuelas y hogares donde hay escasez de libros impresos y acceso a miles de libros digitales. “Del otro lado del mundo y con otro grupo etáreo, esta tendencia se ratifica. Contrario a la creencia popular de que los nativos digitales, que están inmersos en tecnología, encontramos que los adolescentes en Singapur prefieren libros impresos”, señala.
En tanto, los expertos de las universidades de Noruega y Gran Bretaña indican que el próximo sería estudiar no solo con el formato de la obra literaria, sino también con el modo en el que se forma el hábito de la lectura, ya que, por ejemplo, los ebooks incluyen voz en off y otras características digitales que hacen que el contenido de la historia sea accesible sin la mediación de un adulto. “De esto se desprende que los libros digitales pueden provocar formas de lectura distintas a la de los impresos como, por ejemplo, una mayor repetición de los textos favoritos, lo que lleva a los niños a una mayor exposición y al descubrimiento de más capas en las historias”, indican.
De la Paz sugiere inclinarse por los libros impresos, pero sin perder de vista el formato digital: “Depende del niño, de su edad, del vínculo con la tecnología y la disponibilidad de contar compañía de un adulto. Lo que hemos visto con nuestras investigaciones es que la motivación predice a la eficacia lectora. Y la motivación proviene de un vínculo afectivo del niño con el conocimiento.