Hitchcock Cien años de suspenso
El director inglés, que dio forma a un estilo propio desde su film El enemigo de las rubias y se hizo popular con Rebeca y Psicosis , cuenta con una legión de fanáticos on line.
Por el mundo del cine corre el fantasma del miedo demorado. Se llama suspense. Ese miedo ha sido examinado, analizado, compuesto, elaborado y servido en dosis masivas por un cierto Alfred Hitchcock, inglés. Desde su aparente invención se le ha dado el nombre de su descubridor al agente que lo transmite, el bacilo de Hitchcock", afirma Guillermo Cabrera Infante en su libro Arcadia todas las noches .
El bacilo está suelto y en plena expansión. Quizá porque este año se cumplen cien años del nacimiento del artista, o quizá porque la industria cinematográfica intenta un urgente regreso a las fuentes en busca de ideas grandes y siempre vigentes.
Heredero de D. W. Griffith y figura de transición entre el cine silente y el sonoro, Alfred Hitchcock se ha ganado un título que, hoy, resulta un lugar común: maestro del misterio, lo llaman. Detrás de estos honores, sin embargo, se esconden las virtudes de un creador que en cada tira de celuloide enseña mucho más del cine como medio de expresión que el más docto de los libros de teoría.
Cada film de sello hitchcockiano es, sí, una clase magistral de misterio en su justa dosis, un intento de atrapar al espectador en una trama oscura en la que las ambigedüades están a la orden del día y una lección por la cual se hace evidente, en el último minuto, que nada es lo que parece. O sí. O quién sabe.
Pero hay más: el viejo Hitch puso en juego en cada título -filmado bajo su mirada atenta y su método de trabajo rayano en la obsesión- todas las astucias técnicas que, con sus estudios universitarios en ingeniería y navegación, sabía manejar con sutileza, casi como al descuido.
El también cineasta François Truffaut dijo de su contemporáneo -con quien tuvo una entrevista antológica de 500 preguntas y 52 horas de duración en 1962, mientras Hitch daba los últimos retoques a Los pájaros , su película número 48- que nadie como él supo reflexionar sobre los medios técnicos y la naturaleza de su arte -el séptimo- con tan envidiable clarividencia, años luz por delante de sus coetáneos. Y no hay más que ver La ventana indiscreta , por ejemplo, para entender que una película es mucho más que una sucesión de cuadros a una velocidad de 24 por segundo: es una reflexión del cine dentro del cine, un desafío para los que saben mirar más allá.
Fue criticado por los ingleses, que no le perdonaron el exilio y lo acusaron de cínico y narcisista, y sus actores con frecuencia se quejaron por lo bajo de su despotismo, su humor irascible y sus manías de viejo loco. El, además de recordar con un dejo de sorna que su padre lo consideraba una ovejita sin mancha , repetía: "Mi amor por el cine es más fuerte que cualquier moral".
Hitchcock amaba el cine, de eso no cabe duda. Sabía tanto de sus cuestiones técnicas como de la creación sutil de ambientes dramáticos y puestas en escena, pero, sobre todo, sabía que el set era el espacio en el que podía jugar. Y con los cameos, papeles menores que encarnaba él mismo en sus films (marca registrada de su estilo), jugaba al actor sin afectar la escena, sin alterar la trama. Pero cada una de sus apariciones, pasadas fugaces frente a cámara con su corpulencia envuelta en traje oscuro, era a la vez una señal clara de que, omnipresente y todopoderoso, el hombre podía, si así lo quisiera, dar un giro súbito a los acontecimientos. Después de todo, de eso se trata el suspenso.
El mismo Truffaut asegura que este director, que ha filmado el miedo como nadie, era personalmente un miedoso incurable. Quizá como un modo de exorcizar ese temor es que dejó tras de sí 60 films en los que el bacilo del suspense es protagonista.
Vuelve al ruedo Cabrera Infante: "Cuando les asalte una de esas imaginaciones fílmicas y aventureras, que no haya sorpresas: acaban de padecer el síndrome de Hitchcock, inoculado por algún mosquito suicida, un recuerdo traidor, una película reciente... Quiera Dios que para estas entretenidas infecciones no haya ni aguja hipodérmica, ni helado medicinal, ni caramelo preventivo: que no exista nunca la vacuna anti-Hitch, la profilaxis anticock, el antídoto de Hitchcock". El cine lo agradecerá.
En la Web
Las páginas dedicadas al director son variadas; aquí, algunas destacadas: http://www.hitchcock100.com y http://www.universalstudios.com/filmfestivals/hitchcock/hitchcock.html (Los 100 de Hitch celebrados por Universal Studios), http://www.film.com/reviews/features/hitchcock (del espacio Film.com), http://www.mysterynet.com/hitchcock (Mistery Net), http://www.nytimes.com/library/film/hitchcock-index.html , http://www.tdfilm.com/hitchcock/hitchmain.html (guía de links), http://www.soc.qc.edu/MultiMedia/Hitchcock/hitchcock.html , http://home.earthlink.net/~paradiselost/psycho.html , http://www.qumulus.nl/hitchcock , http://nextdch.mty.itesm.mx/~plopezg/Kaplan/Hitchcock.html , http://www.geocities.com/Hollywood/Set/3921 (Chaplin y Hitchcock), http://www.geocities.com/Hollywood/Lot/7145 y http://www.geocities.com/Hollywood/Cinema/2434 .