Habla Vinton Cerf, padre de Internet
A su paso por Buenos Aires habló de la piratería, las patentes y el rol de la Red en la economía
Es uno de los padres de Internet; hace casi 40 años diseñó, junto a Robert Kahn, el conjunto de protocolos base para enviar datos en la Red, los TCP/IP. Es, también, un señor afable, paciente para las preguntas, con humor para jugar con el logo de Google en la sesión de fotografías, vestido con un impecable traje de tres piezas.
La semana última estuvo en Buenos Aires cumpliendo su rol de evangelista de Internet en jefe, su cargo real dentro de Google, la empresa que lo contrató en 2005 después de varios años de comandar la Icann, el organismo que administra los nombres de dominio.
Como un buen político, dio varias charlas durante la mañana y la noche, se entrevistó con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el miércoles 23 de noviembre y tuvo tiempo para charlar con LA NACION sobre el presente y futuro de Internet, y su influencia en la sociedad.
- Con la Presidenta hablamos sobre la educación, y de lo crítica que es para el crecimiento de los negocios en un país, porque cuando estás trabajando con alta tecnología necesitás gente que tenga una buena educación. Si encendés un motor que genere científicos y gente capacitada tenés que construir una estructura que les dé lugar cuando salen del sistema educativo, un ecosistema que permita el desarrollo de las pymes, que es donde aparece la mayor parte de las innovaciones.
-¿Y qué papel juega Internet en todo esto?
- La tecnología informática genera empleo, y esto hace crecer el PBI. Pero para lograrlo se necesitan inversores dispuestos a tomar riesgos, y eso es difícil en una economía con inflación alta. También son importantes los créditos para individuos, porque le dan la posibilidad de generar negocios fuera de las grandes empresas. Pero la Red tiene una cosa inusual y que te permite llegar más allá de las fronteras físicas de tu economía, y aprovechar las que crecen en otros países. Quedé muy impresionado por el volumen de exportaciones en software del país. Y hay una oportunidad para la Argentina, que está en generar contenido en línea en español para todo el planeta.
-Si hablamos de contenidos, no puedo evitar preguntarle por SOPA, la ley antipiratería que estudian en Estados Unidos.
- Otra vez sopa dice Mafalda, ¿no? ( se ríe ). No estoy de acuerdo con esa legislación. Creo que no entienden el impacto negativo que tendría sobre Internet. Algunas partes vale la pena investigarlas con más cuidado, como el poder bloquear los pagos a piratas. Y también creo que la gente debería ser capaz de proteger su propiedad intelectual. No soy del tipo que dice deberías regalarlo todo. A la vez hay gente que produce contenido que sí quiere regalar, y no debemos frenarlos con medidas drásticas que inhiban esto. Así que me gustaría poder volver todo a cero y sentar en una mesa a ingenieros, legisladores y dueños de propiedad intelectual para tratar de entender qué quiere lograr cada uno.
-Difícil lograr que se pongan de acuerdo.
-Nunca tenés éxito si querés que todo el mundo esté contento, pero podés tratar de que todo el mundo esté igualmente descontento, y eso es usualmente el mejor arreglo al que podés llegar. Lo que está sucediendo en el mundo del copyright es un intento de aplicar reglas que tenían sentido en el mundo físico, con copias y distribución física; el mundo digital es distinto, así que tenemos que resolver qué reglas usar.
-Ese mundo digital distinto es fruto de Internet, que Ud. creó y no patentó; mientras, hoy trabaja en una empresa que está metida en una guerra de patentes.
-Sí. Pienso que las patentes de software son una idea terrible. Nunca me gustaron; algunos de los abusos que vemos hoy son de gente que compró patentes y no las usa más que para demandar a otros, y eso es un gran freno para cualquier clase de desarrollo. A la vez, a la compañía no le queda mucha alternativa: ofrecemos Android gratis, pero la manera que encontramos para defender esto es tener un número de patentes que podemos usar para argumentar que tenemos el derecho para hacer determinadas cosas sin problemas. Pero es un gasto tremendo que hubiera preferido no tener que hacer.
-¿Hay otro desarrollo, aparte del TCP/IP, del que esté igualmente orgulloso?
-Estoy muy orgulloso del trabajo que hicimos en el Jet Propulsion Lab para llevar el concepto de redes al espacio exterior, el Programa Interestelar; parte de ese desarrollo está en Curiosity, la nave que llegará en agosto a Marte. Espero estar en Cabo Cañaveral para verlo, es como transformar la ciencia ficción en realidad.