HP podría haber evitado la funesta compra de Autonomy
Entre una serie de reveses que Hewlett-Packard sufrió en los últimos años, la adquisición de Autonomy por US$11.000 millones sobresale como uno de los más costosos. El año pasado, HP hizo una rebaja contable de US$8.800 millones en el valor de la firma británica de software, alegando irregularidades contables que Autonomy cometió para inflar sus ingresos y ganancias. El fundador de Autonomy negó las acusaciones.
Días antes de anunciar el acuerdo del que se arrepentiría casi instantáneamente, HP perdió una oportunidad para echarse atrás.
Durante el proceso previo a la compra, auditores externos de Autonomy alertaron a los ejecutivos de HP de que un ejecutivo de la firma británica había denunciado irregularidades en la contabilidad, de acuerdo a personas al tanto. Las mismas fuentes añadieron que los auditores creyeron que las acusaciones carecían de fundamento. Los ejecutivos de HP jamás mencionaron el incidente al presidente ejecutivo ni a la junta directiva, señaló una de estas personas.
Este relato de la funesta decisión del gigante tecnológico de comprar Autonomy está basado en conversaciones con numero-sas personas que participaron en la adquisición y el proceso, fuentes al tanto de las deliberaciones de la junta de HP y documentos internos revisados por The Wall Street Journal.
El análisis mostró una confluencia de factores, desde un nuevo presidente ejecutivo dispuesto a hacer una adquisición impactante hasta una junta llena de miembros nuevos y sin experiencia en supervisar una gran empresa. Además, también tuvieron que afrontar otra decisión complicada: escindir o no la unidad de US$40.000 millones de computadoras personales de HP.
Los hechos arrancaron en 2010 cuando la junta de HP contrató a Leo Apotheker como presidente ejecutivo, en un momento en que la empresa buscaba a un líder que encabezara una estrategia de crecimiento. Apotheker había dirigido por poco tiempo la empresa alemana de software SAP AG, pero era poco conocido en Silicon Valley.
En la misma época, HP nombró a un nuevo presidente de la junta: Ray Lane, un capitalista de riego y ex director de Oracle. Poco después, cinco miembros nuevos de la junta sustituyeron a otros cuyas gestiones terminaban.
A mediados de 2011, Apotheker manifestó su deseo de comprar Autonomy a la junta, que dio su visto bueno. En aquel momento, el directorio estaba centrado en otra decisión importante: Apotheker quería convertir la división de manufactura de PC, la mayor del mundo, en una empresa independiente. La junta decidió dividirse en dos para abordar estas dos grandes propuestas.
Uno de los equipos, ayudado por las firmas financieras Perella Weinberg Partners y Barclays PLC, examinó la posibilidad de una alianza o una adquisición. Varios ejecutivos expresaron sus reservas. La directora financiera, Cathie Lesjak, dijo que la compra azotaría las finanzas de la empresa, absorbiendo su efectivo y acumulando deuda, aseguran fuentes al tanto. Lesjak no quiso hacer comentarios para este artículo.
La junta entera analizó la adquisición en una reunión el 20 de julio y autorizó al presidente ejecutivo a ofrecer un máximo de 25 libras esterlinas, cerca de US$40, por cada acción de Autonomy.
Sin embargo, el 13 de agosto, HP no había logrado un acuerdo, a solo unos días de su informe de resultados, que es cuando además informaría sobre la adquisición. La oferta máxima de 25 libras por acción fue rechazada. Autonomy quería más. Lane le dijo a Apotheker que aumentara la oferta en 25 peniques por acción, según fuentes cercanas. Autonomy también la rechazó. Entonces, Lane convocó una rápida conferencia telefónica con los miembros de la junta, que autorizaron otros 50 peniques por acción. Eso cerró el negocio.
Durante el proceso de diligencia previo, los directores de HP se sorprendieron ante la escasez de detalles financieros que Autonomy puso a su disposición, pero aseguraron que no es de extrañar no obtener todos los documentos solicitados y que la decisión se basó, hasta cierto punto, en el hecho de que Autonomy era una empresa de capital abierto que había sido auditada durante años. "Todas las preguntas pendientes fueron respondidas", dijo Apotheker.
La firma de contabilidad KPMG LLP ayudó a HP en el proceso. En un momento, ejecutivos de HP y de KPMG conversaron por teléfono con un grupo de auditores externos de larga data de Autonomy: la filial británica de Deloitte Touche Tohmatsu. Los auditores mencionarion que, cerca de un año antes, un ejecutivo del área financiera de Autonomy había denunciado irre-gularidades en la contabilidad, según fuentes al tanto.
Tres de estas personas dijeron que Deloitte mencionó el hecho de pasada y que creían que una inspección había concluido que las acusaciones carecían de fundamento. El equipo de HP no investigó el asunto, dijo una de las fuentes, ni pasó la información a la cúpula ejecutiva de HP. KPMG afirmó que todas las informaciones reveladas en esta "limitada interaccion" fueron "igualmente informadas a HP".
Deloitte no quiso hacer comentarios. En noviembre, después de que HP hiciera las acusaciones sobre los problemas en la contabilidad de Autonomy, Deloitte afirmó que "niega rotundamente que estuviese al tanto".
El líder de Autonomy, Michael Lynch, que no quiso ser entrevistado para este artículo, ya dijo en repetidas ocasiones que todos los grandes negocios de Autonomy fueron auditados y que las discrepancias que alega HP derivan de diferencias entre los sistemas de contabilidad usados.
La junta de HP aprobó el negocio por unanimidad el 17 de agosto de 2011. El día siguiente, HP generó una avalancha de noticias: la empresa rebajó sus previsiones de ganancias para 2011, cerró su recién creada división de teléfonos inteligentes y tabletas , anunció su intención de escindir su inmenso negocio de PC y reportó su adquisición de más de US$10.000 millones. Al día siguiente, la acción se precipitó 20%.
A fines de septiembre, la junta despidió a Apotheker . Semanas después, afirmó HP, la empresa escuchó las denuncias de un ejecutivo de Autonomy de que manipularon sus cifras. Eso puso en marcha un proceso que llevó a HP a asumir una rebaja contable en noviembre. Reguladores de EE.UU. y el Reino Unido comenzaron a investigar las acusaciones, afirmó HP. Lynch las sigue negando categóricamente.
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