Gran apuesta por los chips en Argentina
Los Eurnekian quieren hacer de Unitec Blue el fabricante líder del sector en América Latina
CHASCOMÚS, Argentina— Construida sobre los restos de una antigua planta textil familiar en esta pequeña ciudad rodeada de campos, una fábrica de punta de semiconductores ha empezado a operar aquí , unos 130 kilómetros al sur de Buenos Aires.
La planta tiene capacidad para producir tarjetas GSM para teléfonos celulares, tarjetas inteligentes para el transporte público y microchips para tarjetas de crédito de Visa y MasterCard.
La nanotecnología, que implica la manipulación de la materia, como microchips, en dimensiones tan pequeñas que se miden en milmillonésimas de metro, no está muy desarrollada en Argentina. Sin embargo, Matías Gainza Eurnekian, un empresario de 28 años, persuadió a su tío multimillonario para que invirtiera US$1.200 millones para tratar de cambiar eso.
En Bahía Blanca
Eduardo Eurnekian, de 80 años, siempre ha tenido muy buen ojo para detectar nuevas tendencias. De joven, empezó en el negocio textil pero luego viajó a Estados Unidos, donde vio el crecimiento de las compañías de medios. Cuando regresó a Argentina, compró Cablevisión SA, una compañía de TV por cable, que luego vendió por US$670 millones. Para 1998, había forjado un imperio mediático de cerca de US$1.000 millones.
Así que, en mayo de 2012, cuando los dos se reunieron para hablar sobre futuros proyectos, el veterano magnate vio una gran oportunidad en la nanotecnología y no dudó en apostar por la idea de su sobrino. "Ese día empecé a trabajar en esto y desde entonces no he dormido", dijo Gainza Eurnekian.
Para febrero, el holding de la familia, Corporación América, ya había construido una planta de vanguardia de semiconductores. La planta importa las obleas de silicio que utiliza para fabricar sus semiconductores, pero para fines de 2014 también planea producirlas, lo que la convertiría en la primera fábrica integrada de semiconductores de este tipo en toda América Latina, según los Eurnekian, y les daría una ventaja en ventas y distribución en la región.
"Fue una gran apuesta", señaló el joven empresario. "Dada la velocidad a la que cambia la tecnología, tuvimos que construir la fábrica en 10 meses para que el modelo de negocios tuviera sentido".
Los Eurnekian aspiran a sacar su holding a bolsa en dos años. El negocio principal de Corporación América consiste en gestionar 51 concesiones aeroportuarias en América Latina y Europa, pero los Eurnekian esperan que el crecimiento futuro provenga de la industria tecnológica. Además, su experiencia en conseguir contratos del gobierno podría ayudarles a compensar los desafíos que afrontan como novatos en una industria muy competitiva y globalizada.
"Al ser una nueva empresa, estarán en una posición de gran desventaja", dijo Len Jelinek, director sénior y analista jefe de fabricación de semiconductores en la consultora IHS. "No tienen un historial de desempeño comprobado", indicó, "aunque podrían conseguir contratos impulsados por la influencia política o del gobierno".
Su ubicación en Argentina presenta sus propios retos, incluyendo la alta tasa de inflación, aumentos de salarios anuales y obstáculos a las importaciones. "Si no pueden igualar o superar el precio de la competencia, no serán un actor a largo plazo", opinó Jelinek. "Esta industria siempre ha girado en torno a hacer las cosas más baratas cada año. (...) Están intentando hacer algo extremadamente difícil".
La familia ya ha invertido US$300 millones en la nueva división empresarial, llamada Unitec Blue, que planea vender productos de microchips a compañías y gobiernos en América Latina y otras regiones. Hace poco empezó a producir algunas de las tarjetas de transporte público que utilizan millones de personas en Buenos Aires y planea participar en licitaciones para proveer licencias de conducir en Estados Unidos. Sus microchips pueden integrarse en una amplia variedad de productos, incluyendo pasaportes de alta tecnología y aparatos de seguimiento y ubicación de ganado vacuno, un sector clave en Argentina.
Aunque su fábrica está lejos de Buenos Aires, Gainza Eurnekian asegura que lo que importa es su proximidad a otros países latinoamericanos. Dado que es la única fábrica de nanotecnología comercial de su clase en toda la región, su ubicación podría darle una ventaja de cara a las ventas y distribución.
Bancos latinoamericanos y compañías de telecomunicaciones, así como gobiernos municipales y federales, han importado tecnología similar de Asia, Europa y EE.UU. El año pasado, Argentina importó 35 millones de tarjetas GSM para celulares, indica Diego Barletta, director de ventas de Unitec Blue.
La empresa ya ha firmado o negocia contratos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, y espera producir en torno a 1.500 millones de microchips al año. No obstante, existen riesgos, reconoció Gainza Eurnekian. Las tendencias tecnológicas pueden cambiar de la noche a la mañana y la demanda de equipos nuevos y caros obligará a la compañía a reinvertir continuamente. "En tres o cuatro años todas estas máquinas quedarán obsoletas", dijo señalando un equipo importado que costó US$250 millones.
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