Las personas que tienen diabetes saben que controlar la glucemia es una de las principales claves para evitar complicaciones como problemas cardiovasculares, renales, oculares y úlceras en los pies. El método que se usa para medir el nivel de azúcar en sangre es un dispositivo al que se introduce una tira reactiva con una gotita de sangre. Sin embargo, pincharse el dedo varias veces al día puede resultar un fastidio. También existen dispositivos semi-invasivos que no son tan precisos como el método tradicional.
En busca de un alternativa eficiente e indolora, investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) desarrollaron un medidor de glucemia no invasivo al que bautizaron GlucoAr. El desarrollo ya se encuentra en la etapa de pruebas clínicas, es sencillo de utilizar, portátil y arroja el resultado en cinco segundos, sin necesidad de pincharse el dedo. El pasado 29 de noviembre sus creadores obtuvieron el primer premio del concurso nacional IB50K, un certamen organizado por el Instituto Balseiro, que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y de la Universidad Nacional de Cuyo.
"El proyecto surgió hace unos años, cuando a un compañero le diagnosticaron diabetes y quería hacerse un buen monitoreo para controlar la glucemia y adecuar la dieta. Investigó para saber si había un medidor que le evitara tener que pincharse tantas veces y encontró una tesis de maestría sobre un glucómetro no invasivo. Así fue como él mismo comenzó a trabajar en el desarrollo y después nos fuimos sumando varios más", le dijo a TSS el ingeniero electrónico Alejandro Uriz, líder del equipo junto a su colega Ramiro Álvarez Ribas.
Cuando comenzaron a trabajar, el grupo estaba integrado por ingenieros electrónicos. En 2015, se sumaron médicos del Instituto de Investigaciones Clínicas de Mar del Plata. "Gracias a ellos y a su larga trayectoria en la vinculación entre desarrollo e industria, pudimos desarrollar el dispositivo. Pero el equipo es grande, también participan biólogos, biotecnólogos, diseñadores, etc., y hemos tenido que hacer consultorías de economía, entre otras cosas", afirma Uriz.
El dispositivo es similar a un mouse de computadora pero algo más grande. La persona coloca la mano sobre éste de manera que un sensor emite diversas radiofrecuencias y recupera la información de uno de los dedos, por lo general el índice, y procesa el resultado (puede determinar los niveles de glucosa en sangre según cómo "rebotan" esas ondas de radio). Además de reemplazar el pinchazo, GlucoAr representa una mejora respecto de los medidores semi-invasivos que miden la glucosa a partir del líquido intersticial de la piel. Ese método es más impreciso y mide con un retraso de 10-15 minutos, mientras que el aparato desarrollado por los investigadores de la UNMdP arroja el resultado en tiempo real.
Patentes y pruebas
"Tenemos el prototipo fabricado y dos solicitudes de patentes presentadas, una a nivel local y otra en el exterior. Terminamos la primera etapa de pruebas con resultados favorables, pero en este tipo de productos son necesarias al menos tres etapas de pruebas clínicas. Ahora estamos por comenzar la segunda etapa, de carácter ambulatorio", dijo Uriz.
La tercera fase de prueba, en tanto, consistirá en analizar cómo funciona en casos extremos, es decir, cuando los valores de glucemia están muy altos o muy bajos, que es otra de las falencias de los medidores semi-invasivos. Hasta ahora, lo más complejo fue el desarrollo del sensor. Si bien tenían varias opciones, fue difícil llegar a uno eficiente y sencillo de utilizar a la vez.
Para participar del concurso del Balseiro, por el cual obtuvieron un premio de 36.000 dólares, los investigadores tuvieron que desarrollar un plan de negocios orientado a la creación de una empresa de base tecnológica (EBT). Según ese plan, calculan que el dispositivo llegaría al mercado con un precio de venta más bajo que el de los métodos semi-invasivos disponibles. Si bien apuntan a generar una EBT o asociarse a una empresa existente, no descartan que en algún punto del desarrollo lo termine comprando una empresa más grande, que podría llevar el producto al mercado con mayor rapidez.
"El premio del Instituto Balseiro es muy prestigioso y una gran vidriera que nos abrió una red de contactos. Vamos a usar el dinero para las pruebas clínicas, la protección intelectual de la tecnología y para trabajar en la certificación", explicó Uriz. También van a trabajar en reducir el tamaño del dispositivo. "En la etapa ambulatoria le entregamos el equipo a una determinada cantidad de personas para que lo prueben durante al menos dos meses. La duración va a depender de la cantidad de equipos que podamos desarrollar y de los tiempos que determinen los médicos", finalizó.
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