En 2022 Jason Allen ganó un concurso de arte con una imagen hecha con inteligencia artificial, Théâtre d’Opéra Spatial; desde entonces ha intentado registrarla a su nombre sin éxito
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Un artista ha interpuesto una demanda contra la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos por no otorgar copyright a una creación para la que empleó la Inteligencia Artificial (IA) Midjourney por considerar que no tenía “autoría humana”, lo que ha resultado en plagios de la obra por parte de otros usuarios.
A finales de agosto de 2022, Jason M. Allen se presentó a un concurso de arte de la Feria Estatal de Colorado (Estados Unidos) con una obra realizada con la herramienta de generación de imágenes a partir de texto Midjourney, que es de pago y ofrece resultados muy realistas.
Gracias a este cuadro, Théâtre d’Opéra Spatial, su creador se hizo con el primer premio, lo que generó críticas en plataformas como Twitter o Reddit; valoraciones en las que se cuestionaba la validez de este reconocimiento debido a que había empleado dicha tecnología.
Este debate, que se ha extendido a otras disciplinas artísticas como la música, aborda cuestiones como el valor de la originalidad, la sustitución de la figura del artista por el uso de la IA o si se puede atribuir a una persona el trabajo realizado por una solución tecnológica como esta.
Allen, por su parte, defendió su trabajo e insistió en que no se iba a disculpar por ello. “Gané y no rompí ninguna regla”, puntualizó en una entrevista concedida al New York Times, donde subrayó que el arte estaba “muerto” y que los humanos “habían perdido” frente a la IA.
Autoría humana, creación digital
En septiembre de 2022, Allen presentó una solicitud ante la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos para registrar Théâtre d’Opéra Spatial, momento en que se le asignó a un profesional que determinase su viabilidad para ser considerada obra de arte. Este examinador pidió más información sobre el proceso de creación al artista, que afirmó que había introducido “numerosas indicaciones de texto, al menos 624 veces” para llegar al resultado final.
En ese momento, Allen también puntualizó que, junto con Midjourney, había empleado otros programas como Adobe Photoshop para eliminar defectos y crear contenido visual, así como Gigapixel AI para “mejorar” la imagen, ampliando tanto su tamaño como su resolución.
Una vez recopilada esta información, el examinador determinó que dicha obra no contenía “autoría humana”, de manera que no era susceptible de tener derechos de autor. Allen, por su parte, pidió una reconsideración a la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos en enero de 2023.
Tras valorarlo, este organismo volvió a declinar la propuesta del artista debido a que la obra incluía “contribuciones inseparables y fusionadas de manera inextricable” y que no era posible separar la autoría de Allen -que pretendía registrar la obra completa- de la de Midjourney, sino que el copyright debía limitarse exclusivamente a lo que hizo el propio artista. En ese caso, el creador se negó a borrar las secciones de la imagen generadas por la IA para registrar solo las de su autoría.
A su vez, insistió en que su “aporte creativo” a la herramienta de IA incluía “añadir una serie de indicaciones, ajustar la escena, seleccionar partes en las que centrarse y dictar el tono de la imagen”, lo que estaba “a la par con lo expresado por otro tipo de artistas y es susceptible de protección por derechos de autor”. También acusó entonces a este organismo de estar “emitiendo un juicio de valor sobre la utilidad de varias herramientas” y que negarse a proteger la obra con ‘copyright’ daría lugar a una nulidad de la titularidad.
A pesar de todo ello, tras examinar “detenidamente” la obra y considerar los argumentos expuestos por Allen, la Junta de Supervisión de la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos consideró que la obra contenía una cantidad superior a la mínima exigida de contenido generado por IA, de forma que debía descartarse su registro para proteger sus derechos de autor. Con ello, subrayó que Midjourney no interpretaba los mensajes como instrucciones específicas para crear “un resultado expresivo particular, porque no entiende gramática, la estructura de oraciones o palabras como los humanos”.
Plagio por falta de copyright
Allen ahora ha demandado a la Oficina y a la registradora de derechos de Autor y directora de esta institución, Shira Perlmutter, ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos de Colorado, alegando que sus acciones “fueron arbitrarias y caprichosas” y que no contaban con un “respaldo de pruebas sustanciales”.
En esta denuncia, el artista ha insistido en que la Oficina “está haciendo indebidamente un juicio de valor sobre la obra” al denegar la protección de su copyright y considera que las indicaciones proporcionadas a Midjourney para crear la imagen deben entenderse como un aporte creativo.
Recientemente, Allen ha comentado que está teniendo problemas de plagio debido a que su trabajo está desprotegido y que se están extendiendo al resto de sus obras porque ahora se percibe “un menor valor” de su trabajo. Esto ha afectado a su “capacidad para cobrar tarifas de licencia estándar en la industria”, según recoge Colorado Public Radio.
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