Galaxy Watch5 Pro : Probamos el smartwatch deportivo de Samsung
Por unas semanas, usamos el Galaxy Watch5 Pro de Samsung, que fue lanzado en agosto de este año y que amplía las funciones de los relojes inteligentes con elementos orientados a deportistas extremos y a las actividades al aire libre
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Al ver a alguien con un smartwatch en su muñeca, normalmente se lo asocia como una persona que hace deporte. Y es que estos relojes inteligentes permiten medir la actividad física de varias maneras, además de registrar datos específicos sobre la salud. Claro, también sirven para acceder a información de un vistazo tan solo con alzar la muñeca, y tener notificaciones de mails, contestar mensajes de WhatsApp, ver el pronóstico del clima, etcétera. Y también para saber qué hora es, claro.
En el caso del Galaxy Watch5 Pro, que Samsung presentó en agosto como agregado a los dos modelos convencionales de la familia de relojes inteligentes que la compañía ofrece hace casi una década, al sacarlo de la caja impresiona por su tamaño, un poco mayor que modelos anteriores: una versión de 45 milímetros con la pantalla de 1,4 pulgadas, con 450x450 pixeles de resolución; de las más grandes entre la familia Galaxy Watch. Algo que además se ve reforzado por un borde exterior que sobresale de la pantalla, protegiendo el cristal de zafiro ante eventuales golpes. Esta característica no estaba presente, por ejemplo, en el Galaxy Watch4, aunque sí en los Galaxy Watch5 convencionales.
El cristal de zafiro reemplaza al Glass DX de las generaciones anteriores. No es menor el cambio del tipo de cristal, porque según Samsung, mejora la resistencia en un 60%, con una certificación de resistencia de grado militar de tipo MIL-STD-810H.
Por otro lado, la caja del Galaxy Watch5 Pro está hecha de titanio, lo que promete más fortaleza, aunque eso se traduce al mismo tiempo en que el reloj es un poco más pesado que los modelos anteriores, que estaban forjados en un resistente aluminio o acero. Igual, son apenas unos pocos gramos más, no se cae el brazo por eso ni mucho menos.
Otras características técnicas son la capacidad de poder aguantar hasta los 5 ATM de presión (sin problema alguno al probarlo en una pileta de hasta 2 metros de profundidad, ya que no hubo chance de probarlo en el mar o en una cantera), chipset Samsung Exynos W920 de 5 nanómetros con 1,5 GB de RAM y 16 GB de capacidad de almacenamiento (más que suficiente para bajar decenas de apps). También actualizaron el sistema operativo: ahora es Wear OS 3.5 (pero no se aprecia mucha diferencia con el 3.0 del Galaxy Watch 4).
Antes de colocarlo en el brazo, hay que descifrar el novedoso sistema de ajuste de la malla, que parece sencillo, pero que requiere un par de minutos de dedicación para encontrarle la vuelta. Una vez resuelto, usarlo resulta muy cómodo, aunque si no se lo ajusta bien a la muñeca puede abrirse en forma accidental al hacer determinados movimientos o al engancharse con algo.
Ya en funciones, el reloj muestra una importante mejora en un apartado fundamental: la batería. Los modelos anteriores no solo traían menores prestaciones que el Watch5 Pro, sino que además contaban con baterías que, en el mejor de los casos, podían durar hasta casi 2 días, aunque en modo solo reloj, la duración se extiende a una semana o más. Pero el nuevo modelo trae una batería de 590 mAh, que garantiza una mayor duración (más de 2 días y 5 horas en modo full, midiendo actividad física y sin el modo de ahorro de batería activado, y una promesa de hasta 21 días con la opción solo reloj) y supera incluso al modelo más avanzado de Apple Watch Series 8. Lo que más consume es la medición de la actividad física (especialmente si se usa el GPS para registrar la ruta tomada a la hora de una caminata, correr o andar en bici) o si se deja la pantalla activa todo el tiempo.
El análisis de sueño también es más minucioso y ahora registra, además del tiempo destinado al sueño profundo o ligero, su calidad, para determinar si la persona que usa el reloj roncó durante la noche, además de permitir un mejor monitoreo de la frecuencia cardíaca y el oxígeno en sangre.
Si bien no es un reloj diseñado específicamente para medir la actividad deportiva, cumple esa función de manera más que satisfactoria con su propia aplicación de deportes (aunque se pueden añadir otras). Y es que, en primer lugar, a la hora de hacer deporte, el tamaño sí importa: el de la pantalla, por ejemplo, que se puede visualizar fácilmente de un vistazo mientras se está corriendo. Además, el análisis detallado de cada carrera (que se puede consultar en Samsung Health, la app asociada que se debe bajar en el celular para acceder a información detallada) trae métricas equiparables a las obtenidas por los relojes inteligentes diseñados específicamente para deportes.
Incorpora, además, dos importantes novedades: la posibilidad de hacer un control de la presión arterial y hasta un electrocardiograma, algo que no hay que tomarlo como reemplazo del que se hace en un centro de salud, pero ayuda bastante para saber la condición física, especialmente de quienes recién empiezan a ejercitarse y quieren saber si está todo bien con su corazón.
Al probarlo durante una sesión de natación y en una salida en bici, la medición del tiempo, la distancia recorrida y los demás datos se pueden ver con bastante facilidad en el reloj e incluso están ampliados en la app, donde brindan una mayor precisión sobre cada actividad realizada. Además, el modelo Pro incorporó tres funciones exclusivas: la que permite exportar e importar rutas (mapas GPX) para correr en exteriores, indicaciones para hacer senderismo y ciclismo, y además el “Track Back”, para, al estilo migajas de Hansel y Gretel, poder volver hasta el punto de de partida sin perderse.
En conclusión, un reloj inteligente con varias mejoras en relación con los modelos anteriores y, especialmente, con una batería muy poderosa, que evita llevar un cargador en la mochila. Si bien no fue diseñado exclusivamente para la práctica deportiva, compite de igual a igual y además le agrega las funciones de un smartwatch con todas las letras.