Futuro del trabajo: el algoritmo que hace de chef y crea alimentos a base de plantas, la productividad y cómo enfrentarnos a la “angustía de los robots”
En un nuevo capítulo, LA NACION + Globant se sumergen en el ámbito laboral del futuro, donde la tecnología busca amplificar el potencial humano.
Cada revolución industrial trajo aparejada esa incertidumbre de que las máquinas –o cualquier tipo de avance tecnológico– pudieran terminar reemplazando el trabajo de los seres humanos. Nada más alejado de la verdad. Cada uno de estos cambios históricos generó más puestos de trabajo, eso sí, tareas que requirieron una mayor preparación y capacitación. En pocas palabras, aparecieron labores diferentes que demandaron nuevas habilidades por parte de las personas.
En esta cuarta revolución que estamos atravesando, la inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías están redefiniendo –una vez más– el mundo laboral. La clave para lograr una convivencia armónica y no quedarse afuera es la adaptación constante, como bien nos cuentan los especialistas de este quinto capítulo de FuturIA, donde nos metemos de lleno con los empleos del futuro impulsados por IA, sus desafíos, beneficios y las posibilidades de amplificar todo nuestro potencial.
La inteligencia artificial en la cocina
Al contrario de lo que se cree, la inteligencia artificial no llegó para suplantarnos y hacerse cargo de los trabajos más repetitivos y automatizables, pero sí para agilizar los procesos y ayudarnos a enfocarnos en cosas más importantes. Los últimos progresos ya impactan en diferentes servicios de cuidado, el mundo del arte y hasta se metieron en la cocina. “Giuseppe es un algoritmo de IA que nos permite producir alimentos de una manera mucho más rápida y eficiente, a través del entendimiento del mundo vegetal, del cual tenemos una infinidad de datos en nuestros sistemas”, cuenta Matías Latugaye, country manager de NotCo, una food tech que se vale de esta tecnología para desarrollar alimentos a base de plantas; una idea revolucionaria que va de camino a transformar la industria alimenticia.
Giuseppe entiende molecularmente cómo está compuesto ese producto animal que buscan recrear, propone una serie de ingredientes del universo vegetal “y comienza una relación mágica que se da entre el chef y la IA, donde el chef reproduce en la cocina las distintas formulaciones que sugiere el algoritmo”, un proceso que se va retroalimentando para obtener los mejores resultados. En este sentido, la inteligencia artificial sugiere y un equipo diverso –científicos, chefs, especialistas en digestión– lo lleva adelante, acortando los tiempos y desarrollando una gran cantidad de productos que, de otra manera, sería casi imposible para la industria tradicional.
La IA como copiloto
Hay varios mitos alrededor de la inteligencia artificial, como el concepto de que puede tomar todas las capacidades de los humanos y superarlas. “La IA no puede reemplazar nuestra creatividad, no puede reemplazar las características innatas que tenemos como personas”, afirma Wanda Weigert, Directora Ejecutiva de Globant Argentina. Sin embargo, la IA está transformando el mundo laboral y debemos adaptarnos para poder prosperar en esta nueva era.
Las tecnologías emergentes son un motor para la creación de nuevos puestos laborales. Se estima que para el año 2025 se van a generar 97 millones de puestos de trabajo relacionados con la IA. Estos cambios evolutivos deben acompañarse con un
aprendizaje constante y, ante todo, con la idea de que la IA es una aliada de nuestro crecimiento profesional. “Hay que pensar la inteligencia artificial como un habilitador de las tareas de los humanos, como un copiloto”, reafirma Weigert, destacando que la IA tiene la función principal de ser un asistente y alejarnos de todo lo que es repetitivo, para poder dedicarnos a tareas más creativas que tengan un alto valor agregado
La angustia de los robots
Antes de entrar en pánico, hay que tratar de entender de qué manera impacta la generación de nuevas tecnologías en el ambiente laboral y “cómo podemos empezar a pensar el mundo del trabajo como un entorno mucho más competitivo, cuando la tecnología se utiliza para potenciarse”, destaca Alejandro Melamed, conferencista internacional, referente y autor de El futuro del trabajo ya llegó. En este nuevo paradigma donde la inteligencia artificial está redefiniendo la naturaleza del trabajo, para Melamed, lo más importante es la necesidad de centrarse en el lado humano de la transformación digital.
El especialista rescata el concepto de ‘la angustia de los robots’, la sensación que nos invade cuando pensamos en qué momento el ser artificial viene por nuestro trabajo: “No hay una sustitución, sino una complementación. Hay que tratar de encontrar donde está el valor agregado de la persona y dónde el del robot. Qué es lo que hace mejor cada uno, y de qué manera ambos pueden potenciarse para lograr los mejores resultados”.
Melamed habla de una ‘superproductividad’, la posibilidad de eliminar pasos, delegar esas tareas que hacemos de manera manual, y su automatización a través de la IA. Es clave entender que estas tecnologías nos pueden brindar una gran asistencia, pero siempre requieren de la supervisión del ser humano.
¿Cómo pueden las empresas y los individuos adaptarse a esta revolución laboral? “Los más preparados cada vez tienen más oportunidades y los menos preparados cada vez tiene menos oportunidades. Es una responsabilidad compartida entre el estado, la sociedad civil y las empresas de ver cómo todas estas personas que se quedan marginadas del mundo laboral se pueden volver a entrenar, volver a capacitarse para poder insertarse en esas áreas que van acumulando mayor y mayor demanda”.
Un mundo laboral sin fronteras
“Hoy ya no hay fronteras. Podemos trabajar desde el lugar donde queramos, con gente que vive al otro lado del mundo”, asegura Paula Conde, finance director de GlobantX, analizando cómo la tecnología está transformando el rol de las personas en sus puestos de trabajo. Como bien advierte, es necesario conocer qué habilidades vamos a necesitar en este nuevo contexto, y las empresas deben comprometerse a brindar un entrenamiento constate para acomodarse a los cambios. Por sobre todo, es fundamental poner el foco en las habilidades blandas: que los individuos puedan adaptarse y que estén dispuestos a aprender todo el tiempo.
A pesar de la incertidumbre que genera la inteligencia artificial en el ámbito laboral, el resultado siempre va a ser mucho más positivo, porque suma nuevas herramientas para poder desarrollarnos, colocando a las personas en un rol preponderante y estratégico. “En un rol donde pueda tener mayor capacidad de decisión, mayor información. Donde puede desprenderse de tareas que, quizás, son repetitivas y esto le permite aumentar su eficiencia y productividad”, agrega Conde, reiterando que la IA no viene a reemplazar a la persona, sino que por el contrario, viene a ayudarla y a potenciarla.
En el futuro del trabajo la tecnología va a cumplir un papel preponderante. “Va a permitir aumentar las capacidades de las personas, va a eficientizar muchas labores y dejarles más espacio a los seres humanos para tareas de mayor valor. Tareas que requieren de creatividad, emotividad, de inteligencia emocional y que les permitan llegar al siguiente escalón.”