Fue docente, está jubilada y recibió un premio por un proyecto que usa inteligencia artificial para mejorar la calidad del algodón
Tiene 62 años y ejerció la docencia durante muchos años. Su desarrollo tecnológico recibió una distinción en una importante competencia internacional.
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Elvira Contreras tiene 62 años, vive en Villa La Angostura, y recientemente fue destacada en una competencia internacional por un novedoso desarrollo de inteligencia artificial para la industria textil.
Elvira no venía del mundo de la tecnología cuando comenzó a idear esta propuesta. Sin embargo, supo combinar otros saberes y una curiosidad innata para tejer el camino que la llevaría a destacarse en Intel AI Global Impact Festival, una competencia internacional que busca generar un impacto positivo a través de la tecnología.
Su proyecto, centrado en la aplicación de inteligencia artificial para la certificación de la calidad del algodón, fue elegido como el mejor de Argentina en la última edición de este certamen.
Elvira es docente de profesión, y quizás fue este amor por el saber la que la llevó siempre a buscar nuevos desafíos. Cuando se jubiló decidió incursionar en el mundo de la moda, y así fue que comenzó a formarse en diseño de indumentaria y participó activamente en eventos de moda en todo el país.
A su vez, su interés por la tecnología la llevó a realizar cursos en programación en Python, bases de datos e inteligencia artificial. Por medio de esta capacitación llegó al programa AI for youth de Intel, desde donde se le presentó el desafío de pensar una aplicación de inteligencia artificial para algún sector de la industria.
Motivada por su experiencia en el mundo textil y su interés en el uso de nuevas tecnologías, Elvira se propuso el desafío de aplicar la inteligencia artificial para resolver problemáticas en la industria de la moda, lo que la llevó a desarrollar su proyecto de certificación de calidad de algodón.
El proyecto, con apoyo del INTI
“Primero se investigaron distintas problemáticas dentro del sector textil. Se comenzó a pensar en la posibilidad de controlar la calidad de la lana debido a la relación de este producto con nuestra región. Se extendió la búsqueda a otras industrias y se llegó a la decisión de trabajar con el mercado del algodón, debido a los niveles de producción significativos para la Argentina y al impacto social y de género que posee”, explica Elvira.
Esta iniciativa se centra en utilizar inteligencia artificial para certificar la calidad del algodón. Esto les permite a los pequeños productores acceder a tecnologías más eficientes para mejorar sus beneficios socioeconómicos. El sistema analiza miles de imágenes para evaluar variables como color, longitud de las fibras e impurezas, permitiendo a los productores estimar su productividad y mejorarla.
“Luego de realizar el curso de formación, siempre proponemos a los participantes que vinculen estos nuevos saberes con alguna temática de su interés. En el caso de Elvira, al dedicarse al diseño textil, comenzamos a acompañarla para encontrar una problemática de impacto real en esa industria”, analiza Ricardo Ambarri, docente que dictó el curso de formación de Intel y acompañó a Elvira a darle forma a su proyecto.
Ambarri destaca que el programa de formación de Intel se realiza todos los años y que siempre hay oportunidades para que surjan nuevos proyectos que, más allá de que puedan ser destacados en la competencia global, pueden convertirse en emprendimientos productivos.
De hecho, actualmente, el proyecto de Elvira se encuentra en la etapa de desarrollo de prototipos, con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTI) y la Asociación de Productores de Algodón (APPA).
“INTI se encuentra realizando un set de imágenes para que el sistema trabaje con una base de datos más sólida, y APPA envió muestras de algodón contaminado para que podamos ampliarla, añade Elvira.
Carlos Rebellón, director de Políticas Públicas para países de Latam de Intel, destaca la creatividad y el talento tecnológico de Argentina. Y añade: “Programas como AI4Y y Skills for Innovation no solo evidencian el compromiso con el avance tecnológico, sino que también están allanando el camino hacia un futuro prometedor en el ámbito de la inteligencia artificial”.
Impacto social y económico
Elvira remarca que cuenta con el apoyo de diversas entidades relacionadas con el sector textil y algodonero. “El potencial del proyecto ha generado interés, y esperamos obtener el respaldo necesario para llevarlo a cabo”, afirma. “Al mejorar la calidad y productividad del algodón, se espera una mejora en los ingresos y condiciones de trabajo de estos productores, lo que tendría un impacto significativo en las comunidades locales, especialmente en aquellas con graves problemáticas sociales”, destaca Elvira.
Gran parte de los trabajos en la cadena de producción algodonera está en manos de mujeres que no acceden a buenos ingresos. Esta herramienta también apunta a mejorar la productividad y calidad salarial de esas mujeres. También apunta que puedan ser capacitadas en el uso de esta tecnología para realizar tareas de control y certificación de calidad.