Firefox Quantum: la reinvención de un clásico que vuelve a sorprender
La Fundación Mozilla lanzó la versión 57 de su navegador y pateó el tablero en rendimiento y consumo de mermoria
Es raro volver a escribir sobre navegadores. La más reciente de las guerras de los browsers había concluido con un ganador absoluto, Google, con su Chrome. ¿El gran perdedor? Mozilla, con Firefox. Fin de la historia, ¿no?
No. No tan rápido. Desde (más o menos) noviembre de 2016, el equipo de Mozilla puso a trabajar unos 700 programadores y alrededor de 80 voluntarios, que añadieron casi cinco millones de líneas de código a Firefox y cambiaron otras siete millones de líneas.
Dicho en criollo, y luego de trabajar durante un año, el navegador de software libre que, en su momento, desbancó al Internet Explorer de Microsoft, había nacido de nuevo, poco más o menos.
Estos cambios tenían tres objetivos. El primero, agilizar la apertura y carga de cada página y el rendimiento general del browser; era ése su principal punto débil.
Segundo, reducir el consumo de memoria RAM. Hoy un sitio Web ya no es un poco de texto con formato y dos o tres imágenes en baja resolución. Son verdaderas aplicaciones, en muchos casos, y el navegador funciona –así lo llaman– como el sistema operativo de la Web. La analogía no es mala, porque cada nueva pestaña consume memoria, más o menos, según lo que haya en esa página. No es raro ver que el browser, otrora de lo más austero, hoy se lleva 1 gigabyte (GB) de RAM. Hace 30 años habrían hecho falta 1000 computadoras personales para ejecutar una aplicación así de demandante.
Esto de la RAM puede sonar a tecnicismo, pero resulta que todo lo que hacemos en cualquier máquina digital ocurre en la memoria. Si ésta se agota, la computadora no se apaga, sino que empieza a usar el disco duro (o el espacio de almacenamiento interno, en los smartphones y tablets) para guardar datos y liberar la memoria. Tiene sentido, porque los discos son muy espaciosos, pero la RAM es muchísimo más rápida, y como resultado, al verse obligada a escribir y leer datos en el constantemente, toda la máquina se pone de rodillas. Así que el consumo de memoria era un asunto crítico, en el que también Firefox había sido superado por Chrome; y eso que Chrome hacía un uso abusivo de la RAM.
Tercero, era urgente darle a Firefox una lavada de cara, no sólo para ponerlo estéticamente al día, sino para cooperar con los dos objetivos mencionados antes.
¿Quantum, en serio?
OK, hasta acá, y fuera de los números de programadores y líneas de código citados arriba, que son bastante impresionantes (aunque no inusuales), todos los navegadores han proclamado más o menos las mismas metas desde hace 20 años, cuando el Internet Explorer derrotó al Netscape en lo que se conoció como la Primera Guerra de los Browsers. “Ahora somos más rápidos, consumimos menos memoria, las páginas cargan enseguida”. Etcétera. Luego, en la práctica, no percibías sino cambios insignificantes, en el mejor de los casos.
Así que cuando actualicé a Firefox 57, llamado Quantum, mi cara de escepticismo daba para un meme o, cuando menos, un emoji. El hecho de que le hubieran puesto Quantum no hacía sino empeorar las cosas, en mi opinión. El nombre de la nueva fachada (o interfaz de usuario, en la jerga), Photon, ya me sonaba a verso total. Supuse, en fin, que era otra bomba de humo, esta vez con nombres emparentados con Max Planck o con James Bond; y con Star Trek, ya que estamos, porque la mención de la creación de Gene Roddenberry nunca viene mal en este ambiente. ¿O lo de Photon era por la velocidad de la luz? No lo sabía y no le tenía mucha fe. Pero como tengo cierta bien conocida debilidad por Firefox, le di una oportunidad.
Todo a nuevo
Y adivinen qué. Ninguna bomba de humo. El nuevo motor de renderizado, es decir, la parte del navegador que interpreta el código fuente del sitio y lo convierte en las bonitas páginas que terminamos viendo, es realmente mucho más rápido en Firefox 57. Quiero decir notablemente más rápido.
Eso es clave, porque si Chrome había derrotado a Firefox, quedándose con casi el 60% de los escritorios de PC, frente a poco más del 13% de Firefox, era sencillamente porque andaba más rápido y, a la larga, al público no se lo conquista con dogmas altruistas, sino con la herramienta que le permite hacer su trabajo cada día con mayor eficiencia.
Mozilla ofrece una serie de cifras sobre las mejoras en el desempeño de su browser, pero en la práctica son bastante difíciles de verificar. Sostiene, por ejemplo, que es el doble de rápido que su antecesor. No sé si es exactamente así; podría ser incluso más que eso, en mi experiencia. El hecho es que el nuevo Firefox vuela, en comparación con la versión anterior, y es al menos tan rápido como Chrome, aunque se lo siente claramente más ágil (más sobre esto enseguida).
La electrólisis del agua
La explicación técnica de cómo consiguieron tal avance puede leerse aquí; entre otras cosas, corrigieron 369 errores que reducían el rendimiento del navegador.
Otro de los cambios que llevaron a que Firefox mejore tanto su velocidad es que ahora ejecuta varios procesos simultáneos para abrir páginas, algo que estrenaron en junio; hasta entonces, todas las pestañas se abrían mediante un solo proceso y, llegado el caso, un sitio particularmente pesado podía afectar el rendimiento general del navegador.
A esa técnica la han llamado Electrolisys, por –explican– la electrólisis del agua, que permite descomponerla en los elementos que constituyen su fórmula, el oxígeno y el hidrógeno, algo semejante –argumentan– con lo que hace el navegador con las pestañas. Esto de usar múltiples procesos, hay que aclararlo, no es ninguna novedad.
Percepciones
Ahora bien, el rendimiento en computadoras tiende a exceder los resultados de los diversos tests que existen en el mercado. Mozilla emplea su propio Speedometer, pero aunque Chrome da un valor levemente superior en este examen, Firefox se percibe como más veloz.
Cierto, la rapidez con que carga cada pestaña, cada foto o animación y cada aplicación también dependerá, en cierta medida, de la tasa de transferencia que tengamos. Pero, a valores iguales, la sensación de inmediatez y agilidad es evidente en la nueva versión del navegador de Mozilla. La respuesta tal vez esté en este otro test, en el que Firefox se desempeña 1,6 veces mejor que Chrome (tanto en 32 como en 64 bits).
También mejoraron el consumo de memoria, una antigua queja de los usuarios de ambos, Firefox y Chrome. Con Quantum, y un número reducido de pestañas (hagamos cinco), los dos navegadores ahora están cabeza a cabeza. Cuando –como es por otro lado normal– nos vamos de rosca y abrimos dos docenas de sitios a la vez, Firefox es más eficiente que Chrome y consume menos RAM. Mozilla dice que el nuevo Firefox usa 30% menos de memoria que Chrome. Creo que es una afirmación algo exagerada que depende de unos cuantos factores. Pero incluso así la diferencia en números contantes y sonantes es ostensible.
¿Vale la pena probarlo?
Como era de esperar, las extensiones basadas en XUL se han vuelto incompatibles con Firefox. Es la principal queja respecto de esta nueva versión, pero también es cierto que toda remodelación tan profunda trae aparejada alguna consecuencia. No es menos cierto que las extensiones más populares van, en general, a adaptarse a la nueva versión. Y, por último, también es verdad que exagerar con las extensiones nunca es una buena idea.
Mozilla acentuó más la integración entre Firefox y Pocket, que adquirió en febrero de este año, y ahora también mostrará sugerencias en la página donde aparecen los sitios que más visitamos. Previsible.
Raro como pueda sonar, el nuevo Firefox trae una herramienta nativa para capturar pantallas. Anda muy bien y todo, pero uno no deja de preguntarse por qué no lo hicieron antes; me refiero a todos los navegadores.
Un poco en serio, un poco en broma, Mozilla observa el fabuloso número de posibilidades de configuración de la interfaz de su navegador. Está muy bien, pero no le va a cambiar la vida a nadie. Sí, por otro lado, es notable el trabajo que han hecho para blindar un poco más la privacidad de sus usuarios (Opciones> Privacidad y Seguridad).
En general, es engorroso volver a cambiar de navegador. Pero mi mejor consejo es que no dejen de probar esta nueva versión del navegador de Mozilla. Estoy seguro de que se llevarán una sorpresa.