Fairphone, el celular que busca ser fácil de arreglar
Los componentes internos se pueden reemplazar quitando unos pocos tornillos; la idea es reducir su impacto ambiental y extender su vida útil
Fairphone es una compañía holandesa conocida por su línea de smartphones sustentables y con conciencia social: la compañía controla toda la línea de proveedores para asegurarse que los componentes que usa no incluyan materiales (como el coltan) que que provengan de países en conflicto, y que los trabajadores que hacen la recolección reciban un pago justo.
Para su segunda versión, el Fairphone 2, la compañía apunta a hacer un dispositivo fácil de arreglar, que alargue su vida útil y reduzca el impacto que este tipo de dispositivos tiene en el medio ambiente (y en el bolsillo de muchos de sus usuarios).
No es un desafío menor: en la medida en que los fabricantes han ido buscando aprovechar cada milímetro cuadrado disponible en los nuevos smartphones, han ido optando por configuraciones y hardware que, en muchos casos, es difícil de reemplazar, porque no admite el cambio de un único componente, sino de todo un bloque de ellos, además de usar carcasas selladas, etcétera. De hecho hay firmas como iFixit que evalúan la facilidad para arreglar uno u otro modelo.
Compañías como Puzzlephone han elegido la modularidad para lograrlo: si falla una pieza, o se quiere actualizar el teléfono, se cambia sólo ese módulo. Google va en un camino similar con el proyecto Ara, aunque con una intención más experimental.
Por eso el Fairphone 2 está pensado para ser desensamblado con la menor cantidad de pasos posible, gracias al uso de módulos (aunque sin la posibilidad de cambiarlos sin desarmar el equipo, que es a lo que apuntan Puzzlephone y Google). El equipo, que estará listo a fin de año, tiene una pantalla Full HD de 5 pulgadas, un chip Snapdragon 801, 2 GB de RAM, una cámara de 8 megapixeles, Android 5.1 y Gorilla Glass 3 de 0,7 mm (el más grueso disponible para, en teoría, hacerlo más resistente). Tendrá un precio de 525 euros.
En lo que refiere al diseño, la compañía privilegió el uso de tornillos para conectar varios de los componentes a su estructura de magnesio, resignando grosor pero permitiendo que el reemplazo de una pieza sea un proceso relativamente sencillo para alguien con un mínimo de conocimientos. Es posible reemplazar la cámara, el procesador, el micrófono, la pantalla, la batería y otros elementos. Lo mismo para la carcasa: la compañía considera que no debería ser necesario usar una funda para proteger el teléfono, por lo que privilegia un diseño que permita un reemplazo rápido (y la creación de versiones alternativas).
La compañía, que nació en 2010 como un proyecto pero se estableció comercialmente en 2013, vendió los 60.000 teléfonos de la primera tirada, un número que puede parecer ínfimo frente a lo que venden Samsung o Apple, pero está claro que el foco de la compañía (del que éste es su primer móvil) es distinto del de los otros jugadores.