ExpoEva 2017: la actualidad y el futuro de los videojuegos según sus creadores
¿Quién no soñó de chico con hacer un videojuego? Muchos de los que pensaron en esto al tener su primer contacto con una computadora o consola, con el paso del tiempo notaron que no se trataba de una tarea sencilla.
La industria de los videojuegos ha vivido grandes cambios desde sus primeras épocas doradas a principios de los '80, la masividad en los '90 y la inabarcable expansión de los últimos años apoyados en internet y las redes sociales. Niños que apenas comienzan a hablar y ya juegan, adolescentes, adultos y abuelos, en sus casas, oficinas, incluso trabajando, con estrategias como la gamificación de los procesos laborales para hacerlos más amenos. Hoy la vida es un juego.
Durante 3 días se realizó en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de Buenos Aires, la Expo Videojuegos Argentinos (EVA), un ciclo de conferencias, capacitaciones, rondas de negocios y feria laboral, que reunió a los profesionales más destacados de la industria de videojuegos en la región. Más allá de los temas de rigor como las alianzas, presentaciones de productos, workshops y rondas de negocios, desde hace varias ediciones, la EVA contó con la presencia de grandes figuras internacionales y regionales, que vinieron a dar su visión del mercado local, a mostrar la actualidad global y también a conocer a los profesionales y entablar relaciones que en muchos casos terminan en alianzas o negocios muy rentables.
La revolución está en marcha
“La industria de los videojuegos está cambiando radicalmente. Todo el mundo juega a algo en todos lados. Es tan grande el cambio que está sucediendo que es imposible predecirlo en este momento”, destaca Leah Hoyer, vicepresidente de Telltale Games, uno de los grandes estudios de desarrollo de videojuegos a nivel mundial. Telltale fue fundada por ex empleados de Lucas Arts, y destaca en su amplio catálogo de producciones, títulos que van desde Sam & Max y Monkey Island hasta los actuales The Walking Dead, Game of Thrones y Batman.
Leah Hoyer es una experimentada profesional que llegó a Telltale con honores, luego de su paso por Disney Studios (Lilo & Stich, Phineas & Herb), Microsoft (directora de diseño narrativo) y ArenaNet (Guild Wars 2). Desde su cargo actual en Telltale, supervisa el trabajo de los equipos de escritura, diseño, doblaje y al equipo de directores creativos del estudio.
El rol de los teléfonos en el juego
Para Hoyer, los dispositivos móviles son los grandes responsables de este cambio de paradigma, de sacar a los juegos de un nicho específico de hombres delante de una pantalla, a ponerlos a la mano de cualquier persona en cualquier lugar. Esto generó una oferta de juegos infinita: “hay un juego para cada tipo de persona, no importa la edad, sexo o cultura. La pluralidad de contenidos domina la industria”.
Daniel Benmergui es un desarrollador independiente argentino de videojuegos reconocido a nivel internacional. En este momento trabaja en Storyteller, un videojuego basado en el lenguaje de historieta, que ganó el premio a la innovación en el Festival de Juegos Independientes de 2012. Desarrolló varios juegos artísticos, todos basados en mecánicas experimentales como Today I Die, el más reconocido entre su portfolio.
Daniel es un referente regional y en la ExpoEva formó parte de la curaduría de las producciones que se presentaron durante los tres días de exhibición de proyectos. Para él, “la filosofía y la cultura del desarrollo de juegos para plataformas móviles es muy diferente a la del jugador clásico de PC, eso abrió un espectro infinito de posibilidades, incluso desarrolladores que sólo se focalizan en ese nicho en la búsqueda de lograr un hit. Pensá que no es un proceso rápido desarrollar un juego. En 15 años podés llegar a lanzar 5 títulos como mucho, y 15 años en el mundo de la tecnología es demasiado tiempo”.
¿Es más importante el juego que el jugador?
Leah Noyer, desde su amplia experiencia como creativa y del desarrollo del juego desde el rol de contar historias relevantes y atractivas, tuvo que adaptar personajes de videojuegos y dibujos animados a escenarios totalmente diferentes, como un parque de atracciones Disney. Uno de ellos fue, el dibujo animado Kim Possible, la adolescente que combatía el crimen, pero que también lidiaba con sus problemas juveniles, un producto consolidado y con roles ya predefinidos.
“Cuando estás haciendo un juego desde la adaptación de un personaje o historieta, tenés que pensar desde la visión del jugador, ocupar su rol tanto emocional como estratégico, de forma que logres un nivel de intensidad y atractivo que mantenga al jugador compenetrado. Esto hace que no importe tanto el juego en sí, ni el personaje, sea Kim o Mickey Mouse, sino que el foco siempre sea el desafío de vestir “la piel” del jugador, que es lo más importante para que el juego tenga un éxito real”.
La gran apuesta regional
“La región comenzó a comunicarse, consolidarse y moverse en forma coordinada desde hace un para de años. Esto es un gran cambio teniendo en cuenta que hace 5 años ni siquiera nos conocíamos entre nosotros” destaca Alejandro González, el colombiano que fundó Brainz, uno de los estudios de desarrollo de videojuegos más talentoso de Latinoamérica. González llegó a Buenos Aires para presentar World War Doh, una guerra de posiciones entre figuras de plastilina, desarrollada por su estudio Brainz, donde 30 personas trabajan en este y otros proyectos.
Para Daniel Benmergui, los portales de distribución digital (Steam, Apple Store, Google Play Store) fueron un gran impulso para “igualar” las oportunidades de distintas regiones menos desarrolladas, tanto para la distribución como para la monetización de los juegos: “hoy podés facturar diez veces más que cuando no existía la distribución digital, no porque se cobre más, sino porque hay menos intermediarios”.
Por casa cómo andamos
“Tenemos un gran diferencial creativo local, pero no es tan fácil vivir del desarrollo de videojuegos como se piensa”. La frase de Daniel Benmergui sentencia una realidad que muchas veces no se llega a ver, tapada por números millonarios y crecimiento a tasas chinas en la industria de videojuegos local. Es real que la industria crece a grandes pasos y que cada vez hay más personas involucradas a todos los niveles, con apoyo de entidades como ADVA (Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de Argentina) y de eventos de negocios como la ExpoEva, se logra construir una relación con los publishers (publicadores de los títulos en las grandes comunidades de consumidores), algo así como “pegarla” en el mundo de los negocios, y también exportar servicios a estudios internacionales.
La visión de Benmergui no es negativa sino crítica. Con sus años de experiencia y grandes éxitos en su espalda, considera que integrar a nuestro país y la región a la industria mundial de los videojuegos nos acerca más al efecto Power law, el concepto aplicado a una ley potencial que demuestra que puede haber mucho talento pero pocas oportunidades, lo que genera una larga cola de espera de talentos, taponada por un pico de unos pocos actores que logran el éxito.
Para Alejandro González, ese efecto, que a veces parece desalentador, debe cumplir la función también de “arrastrar” a los de abajo, cada vez que les va bien a los de arriba. Su teoría está basada en la cantidad de recursos profesionales que son absorbidos por los grandes estudios de desarrollo, que luego vuelven al llano como independientes y aportan su experiencia para subir de nivel el trabajo de los que quieren ocupar un rol destacado dentro del mercado o al menos poder monetizar sus creaciones.
Leah Hoyer, un poco más alejada de la visión de negocio local, pero con gran conocimiento de la industria, se asombró por el talento que conoció en nuestro país y en la región (hubo estudios y desarrolladores de toda América latina en la ExpoEva). “Me gustaron muchos juegos y personajes originales, pero me impresionó mucho más la creatividad que aplican a las mecánicas del juego, algo que suele ser común en un gran estudio de desarrollo, donde tenés recursos tecnológicos para realizarlas, pero no tanto en estudios pequeños o en independientes. Vi muchas mecánicas originales, y no tantas copiadas, como suele hacerse en forma habitual”.
La mecánica es todo en un juego. Son las reglas, lo que se puede hacer y la magnitud de ese tipo de acciones (saltar, usar un objeto, lanzar, golpear, romper, etc). Es el corazón de un juego por encima de los personajes y el guión en muchos casos. No es un delito copiarlas, sino que forma parte de las tendencias. Angry Birds puso de moda lanzar pájaros y detrás de esa tendencia nacieron miles de juegos de lanzar cosas. Lo que destacó Leah Hoyer de los desarrolladores locales y regionales es el nivel de creatividad aplicada a buscar nuevas mecánicas originales, tanto para abrir nuevos mercados o tendencias como para diferenciarse de la oferta que intenta trascender basándose en una mecánica conocida.
El valor de ExpoEva para la industria regional y el futuro local
“Hoy en la región, de una forma u otra, y por seguir las tendencias globales, quedamos todos en offside. Por querer pegarla con un nuevo Plant vs Zombies o un nuevo Angry Birds estamos corriendo atrás de las tendencias, y cuando llegamos ya no lo son”, reflexiona Daniel Benmergui, con su estilo crítico pero muy valioso para los que comienzan a dar sus primeros pasos en la industria de videojuegos: “Podés subir muy rápido una escalera, pero si la pusiste en la pared equivocada, no te sirve para nada. Tenemos que empezar a elegir las paredes correctas”.
El mercado de videojuegos como industria todavía tiene grandes baches entre los pequeños desarrolladores y los grandes estudios que se llevan la mayor parte de los negocios. Este tipo de eventos de negocios y relacionamiento ayudan a mostrar los talentos regionales como un bloque sólido y maduro, que puede competir con estudios grandes, pero también apoyar a nuevos talentos desde su experiencia.
El colombiano Alejandro González, también destaca la importancia de que los desarrolladores y estudios participen de este tipo de eventos: “hoy estuvieron varios publicadores de Apple escuchando y mirando proyectos, que sinceramente estaban muy bien presentados. Si Apple viene a la Argentina, o cualquier otro país que sea sede de estos encuentros, y se reúne con dos o tres entusiastas sin mucho que contar, no vuelven más. Pero al ver que éramos más de 20 profesionales, con presentaciones bien diseñadas y con objetivos claros, ellos se llevaron mucha información para construir una relación de negocios con nosotros. Es un primer paso, pero el mejor que podemos dar”.