Los semáforos tradicionales no se ajustan a la demanda en tiempo real de los vehículos: siempre tienen la misma cadencia, basada en temporizadores, independientemente de la densidad de tránsito que haya o la gente que camine por la calle. Es cierto que en algunos lugares estos carteles luminosos actúan de forma diferente dependiendo de si es horario nocturno o diurno. Pero los semáforos inteligentes tienen en cuenta a los vehículos y a los peatones que hay esperando en el paso de cebra.
Incluir inteligencia artificial en la regulación del tránsito haría que se redujeran los atascos y se mejorara la movilidad por la ciudad. Ya hay ciudades y empresas que están desarrollando propuestas para contribuir al desarrollo de ciudades inteligentes mejorando los semáforos.
Londres tiene previsto ampliar el número de semáforos inteligentes —ya tiene algunos instalados— para probar su funcionamiento en toda la ciudad. El objetivo de la capital de Reino Unido es dar prioridad a los peatones y aquellos que utilizan la bicicleta para desplazarse por las calles. Durante los últimos años, Transport for London ha estado realizando revisiones anuales del tiempo de espera en 1200 intersecciones señalizadas. Gracias a los sensores y la inteligencia artificial, los semáforos recogen y analizan información sobre el flujo de autos y la cantidad de peatones y son capaces de sacar conclusiones sobre patrones y modificar sus luces en tiempo real.
Estas señales pueden detectar la cantidad de peatones que esperan en una intersección y ajustar automáticamente el tiempo para minimizar su espera y asegurar que tengan suficiente tiempo para cruzar. En otras 10 intersecciones, el objetivo es usar señales de tráfico para dar a los peatones el derecho a cruzar por defecto. De esta forma, los semáforos se pondrían automáticamente en rojo para dejar pasar a los ciudadanos en cuanto uno de ellos llegara al paso de cebra. Esta estrategia forma parte del un plan diseñado por el alcalde, Sadiq Khan, y su equipo para hacer de Londres una ciudad más fácil de transitar y animar a los londinenses a que caminen más.
Detrás de la tecnología que hace posible estos cambios están empresas como IBM, que registró este año su propia patente de inteligencia artificial para que los semáforos se adapten al tráfico y puedan establecer cómo optimizar su funcionamiento para minimizar los atascos. Su propuesta es desarrollar un sistema de control de semáforos basado en la información recibida por un conjunto de cámaras. Un software identifica estas imágenes y calcula el flujo de tráfico. Los agentes alivian la congestión de vehículos y el objetivo, según explica Steve Hobson, uno de los responsables del estudio, es extender esa idea mediante el uso de la inteligencia artificial.
Todo esto ya se está probando en Pittsburgh (Estados Unidos), donde la Universidad Carnegie Mellon ya ha realizado experimentos y sus resultados demuestran que se reduce en un 40% el tiempo de espera de los vehículos. También se produjeron reducciones de emisiones de hasta el 26% en los vehículos que circulaban por las calles gestionadas por este sistema.
El programa de investigación europeo Local4Global, finalizado a comienzos de este año, instaló una serie de dispositivos inteligentes en varios semáforos en Múnich. Los dispositivos deciden la duración de los ciclos de luz verde según los flujos de tráfico. A través de algoritmos, son capaces de intuir factores como el número de vehículos que se han aproximado al semáforo, cuánto tardan en ponerse en marcha o cómo está la circulación en otros cruces. En base a esta información, el semáforo puede ponerse en verde antes de tiempo si las condiciones del tráfico lo permiten.
Otras noticias de Ciudades inteligentes
Más leídas de Tecnología
¡El perro me habla! Así es el collar con IA que interpreta lo que dice tu mascota
Aprendizaje remoto. Cuatro cursos gratis sobre inteligencia artificial para conseguir una certificación en 10 horas
Cyber Monday 2024. Tres sitios para comparar precios y encontrar las verdaderas ofertas
Según la IA. Así se vería Graciela Alfano como personaje de cómic