Es tiempo de osoji
Cada fin de año en la casa de mis padres nos dedicamos a realizar una limpieza general. Es una actividad que suele ser grupal y que va mucho más allá de las tareas cotidianas semanales o mensuales. Subirse a una gran escalera para limpiar esos vidrios inaccesibles para que vuelvan a lucirse, mover muebles y retirar esa acumulación de bolsas, papeles y prendas que se suman como capas geológicas conformadas por cualquier cosa que se apoya en una superficie plana: sean un par de sillas, una mesita de luz, un estante o una mesa de computación en desuso que dejó de cumplir sus funciones cuando los equipos de escritorio dejaron de tener su lugar en casa.
Algunas veces uno se encuentra con pequeños recuerdos que vale la pena reencontrar. Fotos familiares, viejos retratos y comentarios que sirven para comprender qué objetos y costumbres formaban parte del hogar cuatro décadas atrás. El aparador que estaba en el comedor, el reloj con péndulo, un cuadro de tela y algún que otro comentario sobre cómo estaba la situación económica en esos años. Como protagonista de esta foto familiar con casi dos años, todo me lo tenían que explicar mis hermanas mientras tomamos un descanso del osoji. ¿Y eso qué es?
El osoji es la denominación que tienen los japoneses para esa gran limpieza que deben realizar antes de fin de año para empezar una nueva etapa con la casa limpia y ordenada. Lo que sirve se vuelve a dejar en el lugar que corresponde, las prendas que ya no se usan se donan y los muebles se mueven de lugar para quitar el polvo acumulado todo el año.
Es una manera de empezar un nuevo año limpios y purificados, y es inevitable pensar en los consejos de Marie Kondo, la gurú del orden y la limpieza. Pero el osoji es mucho más simple y menos solemne de lo que aparenta ser. Se trata de aprovechar el orden caprichoso que tiene el calendario, que, sin darnos cuenta, nos exige brindis, reuniones y despedidas. Y para estos casos, también es una oportunidad para poner en orden la casa, y también muchos otros espacios de nuestra vida cotidiana. Y ya que le dedicamos horas de atención a la pantalla, ¿por qué no ponernos a ordenar y limpiar un poco esos espacios virtuales dentro del celular? Una buena copia de seguridad no es una tarea imposible: realizar los ajustes necesarios de iCloud en el iPhone o en Google Fotos en un teléfono Android nos permitirá tener a resguardo fotos y videos de accidentes u olvidos. Y para no tener que pedirle al amigo de lo ajeno que por favor nos devuelva nuestros recuerdos. Más vale prevenir que lamentarse. Y para WhatsApp, ese nuevo espacio para las cadenas de fotos y videos de todo tipo, existe la aplicación Files de Google, una app ideal para realizar ese osoji que nos permite eliminar esos contenidos no deseados y recibir las celebraciones del nuevo año con un celular renovado.