En Japón ya piensan en poner en órbita satélites hechos de madera
En 2024 planean llevar al espacio al primer satélite cuya estructura está hecha de madera de magnolia, de mejores características y menor impacto ambiental que el aluminio
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Hace tiempo que en Japón considera que la madera, lejos de ser un material obsoleto, tiene mucho para ofrecer en la construcción, y de lo que sea, y no sólo de edificaciones tradicionales. Aquí, claro, se puede mencionar el Brock Commons Tallwood House, el edificio de madera más alto del mundo, con 18 pisos, aunque para 2041 estaría lista la torre de la constructora Sumitomo Forestry, especializada en edificaciones de maderr, y que podría alcanzar los 350 metros de altura, con toda la estructura hecha en madera.
Se tratará de un verdadero rascacielos, pero otro objeto hecho en madera y de origen japonés le ganará en su intento por llegar lo más alto posible. La misma Sumitomo Forestry se asoció con la Universidad de Kyoto y con Jaxa (la agencia espacial japonesa) para demostrar la viabilidad de madera como material para construir satélites, reemplazando a los metales clásicos que se usan para su construcción (principalmente aluminio), tal como rescata Futurism.
En marzo de 2022 tres pedazos de madera fueron enviados y almacenados en la Estación Espacial Internacional para analizar la durabilidad de la madera y su resistencia a un entorno tan hostil como el espacio exterior. Los resultados, publicados este mes, ponen a la madera de magnolia como la principal candidata para la construcción del primer satélite hecho de madera, y puesto en órbita en 2024: el LignoSat (ligno por la lignina, un componente esencial de la madera que le da rigidez a la celulosa, y que ya se demostró que se puede usar para hacer cuchillos con filo).
Los científicos no encontraron ni “descomposición ni deformaciones, como grietas, torsiones, decapado o daño superficial” en la madera que trajeron de la Estación Espacial Internacional después de 10 meses, demostrando que al menos en ese plazo ni la radiación ni las temperaturas extremas la afectaron notoriamente.
Más allá del costo de fabricación, y de lo inusual de tener un satélite orbitando la tierra hecho de un material vegetal, el uso de madera tiene un objetivo ecológico: cuando los satélites llegan al fin de su vida, se deja que su órbita decaiga hasta entrar en la atmósfera terrestre, donde el contacto con el aire a alta velocidad hace que se prendan fuego.
Esto evita que caigan a tierra, donde podrían provocar accidentes o lastimar personas, pero agrega aluminio incandescente a la atmósfera, y los expertos temen que el crecimiento en la cantidad de satélites de corto tiempo de vida, y su reentrada constante a la atmósfera, genere un nuevo agujero de ozono. El uso de madera evitaría esto.
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