En Japón crearon drones comestibles para usar en catástrofes y ayudar mientras llega el rescate
Un grupo de investigadores creó un dron liviano con alas comestibles; la idea es enviarlo en zonas de catástrofe para llevar algo de alimento a personas aisladas y darles energía mientras esperan la llegada de una misión de rescate
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Un grupo de investigadores de Japón y de Suiza tuvo una idea singular: crear un dron que recorra zonas afectadas en una catástrofe y, al encontrar alguna persona sobreviviente, le lleve comida. Pero la idea no es que lo haga transportando un cargamento de alimentos para ofrecerle, ya que esto implicaría crear un dron más grande y con motores más poderosos, que pueda llevar una carga adicional a su propio peso.
En cambio, la idea de Jun Shintake, un profesor de la Universidad de Electrocomunicaciones de Japón, que trabaja junto con investigadores de Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausanne (EPFL) es crear un dron que sea comestible, según reporta Nikkei Asia.
El primer prototipo ya funciona, y su diseño permite una doble función: ubicar a alguien que está vivo en una zona de catástrofe, y compartir su ubicación con los equipos de rescate, y al mismo tiempo llevarle alimento en su propio fuselaje.
El primero diseño de dron tiene una envergadura de 70 centímetros, con alas que llevarán comida (y algo de decepción, quizás) a quien lo encuentre: están hechas de galletas de arroz, pegadas entre sí con gelatina, lo que aportará unas 300 calorías y algo de agua, que pueden resultar vitales para que la persona sobreviva mientras espera la llegada de un rescate organizado.
Los investigadores notan que en este primer prototipo la mitad del dron es comestible, y apuntan a lograr un diseño en donde se pueda comer el 75% del vehículo, es decir, donde su ventaja calórica sea más pronunciada.
El diseño también podría usarse en la industria: Shintake y su equipo combinaron gelatina y glicerina para crear una mano robótica que puede moverse, y que podría usarse para manipular comida en una planta de procesamiento de alimentos; usar estas pinzas comestibles en reemplazo de plástico o metal no reduce los riesgos de que una esquirla termine en la comida, pero sí que haga daño.