Elon Musk sigue en su montaña rusa de declaraciones sobre el futuro de Twitter, mientras ya piensa en el juicio por Tesla en 7 días
Durante el sábado y el domingo, el magnate tuiteó sobre el futuro de la compañía, que compró por 44.000 millones de dólares, incluyendo una defensa a ultranza de la libertad de expresión... siempre y cuando tenga límites
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Elon Musk, flamante CEO de Twitter, pasó este fin de semana muy a su estilo: como buen tuitero, pasó dos días haciendo declaraciones de todo tipo, incluso contradictorias, mientras va desgranando, sobre la marcha, cómo será el futuro de un Twitter diezmado por los despidos (en algunos casos, anulados), y se prepara para un juicio, la semana próxima, por el pago que recibe como CEO de Tesla.
El hombre más rico del mundo siempre es noticia, sobre todo porque cumple con un requisito que los CEOs de Twitter anteriores, en general, no fueron: es un tuitero de ley, haciendo afirmaciones tajantes, difundiendo información de dudoso origen, hablando como si fuera el único que entiende qué sucede, etcétera.
Así, durante el fin de semana se ufanó al decir que “la comedia ahora es legal en Twitter”, declaración que, junto a la polémica por las cuentas verificadas (Musk dijo que debían estar disponibles para cualquiera que pueda pagar 8 dólares al mes, como parte de Twitter Blue; luego dijo que agregaría una segunda verificación para celebridades, deportistas, políticos, etcétera) lo único que hizo fue provocar una andanada de tuits de cuentas diversas que cambiaron su nombre al de Elon Musk, y que tuitearon cosas ofensivas sobre Musk como si fuera él quien las decía (aunque estaba claro que no era Musk, ya que no coincidía su nombre de usuario, ni el tipo de declaraciones).
The War on Your Freedoms continues pic.twitter.com/48npdYZZM0
— Jesse Hawken (@jessehawken) November 4, 2022
Resultado: Musk dijo que todas las cuentas que se hicieran pasar por otra persona serían bloqueadas, salvo que llevaran un “aviso de cuenta paródica” en la descripción del usuario. Eso tampoco evitó que algunas cuentas fueran bloqueadas; uno de los casos más difundidos fue el de la comediante Kathy Griffith.
Previously, we issued a warning before suspension, but now that we are rolling out widespread verification, there will be no warning.
— Elon Musk (@elonmusk) November 6, 2022
This will be clearly identified as a condition for signing up to Twitter Blue.
NEW: Elon Musk just banned a 2.3M-follower account for making fun of Musk's ties to Jeffrey Epstein, despite the account being clearly marked as "parody". pic.twitter.com/8ova4YFSUG
— Chad Loder (@chadloder) November 7, 2022
Elon Musk también llamó a votar al partido Republicano esta semana en Estados Unidos, rompiendo una política de cierta neutralidad política dentro de los ejecutivos de Twitter (por más que la mayoría se inclinara hacia los demócratas).
Musk: Twitter will be accurate and impartial.
— Seth Masket (@smotus) November 7, 2022
Also Musk: Vote Republican. pic.twitter.com/YnoSyxEyly
También tuiteó, durante el mismo fin de semana, la foto de un soldado colombófilo nazi, con una mochila con palomas enjauladas, hablando de “cómo han cambiado los tiempos”, en referencia a su intención de “liberar” los tuits de todo el mundo.
Parece que sí. https://t.co/xOrceXgOiG
— Alejo Schapire (@aschapire) November 7, 2022
Musk declaró, además, su intención de hacer de Twitter un bastión de información segura, contextualizada por los propios usuarios (al estilo comunitario de la Wikipedia); los usuarios no perdieron oportunidad de hacerle notar que Musk ha tuiteado en varias ocasiones noticias falsas, incluyendo a una que aludía al marido de Nancy Pelosi.
Musk también se refirió a la cuenta @elonjet, que reporta el movimiento del avión privado del magnate. Aseguró que no bloqueará la cuenta pese a que, dijo, representa un peligro para su seguridad; evitó aclarar que la información de vuelo de su avión es pública (es la misma que usa FlighRadar24).
My commitment to free speech extends even to not banning the account following my plane, even though that is a direct personal safety risk
— Elon Musk (@elonmusk) November 7, 2022
Un juicio desde la semana próxima
Y todo fue durante un fin de semana, mientras Elon Musk se prepara para enfrentar otro juicio, en una semana: el 14 de noviembre comienza el juicio, iniciado por accionistas de Tesla, que intenta anular el pago de 56.000 millones de dólares, definido en 2018, por su rol como CEO de Tesla, y que le permite comprar el 1% de las acciones de Tesla con descuento cada vez que alcanza un objetivo de rendimiento y finanzas; desde entonces logró 11 de sus 12 objetivos.
La demanda asegura que el acuerdo lo enriqueció sin exigirle ser CEO de la compañía de tiempo completo, como estaba estipulado. En 2018, según la acusación, el propio Musk trabajaba martes, miércoles y viernes en Tesla, y lunes y jueves en SpaceX, y que el pago no hizo que el magnate se focalizara más en Tesla.
Los defensores de Musk, en cambio, dicen que el valor de mercado de la automotriz, que pasó de 50.000 a 650.000 millones de dólares, es suficiente y demuestra el compromiso de Musk con la compañía. Pero al manejo de al menos dos compañías (Tesla y SpaceX) ahora se suma una tercera, como es Twitter; será difícil para la defensa demostrar que Musk no está desconcentrado.
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