El Walkman de Sony cumple 45 años: llegó en 1979 y cambió para siempre cómo escuchamos música
Creado debutó el 1ro de julio de 1979, y fue conocido en su lanzamiento en mercados internacionales como Stowaway en Reino Unido, Freestyle en Australia y Soundabout en EE.UU., hasta que la compañía japonesa decidió utilizar el emblemático nombre; aunque es un pionero, tiene un inesperado predecesor brasileño
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Hace 45 años, el 1ro de julio de 1979, Sony puso en venta un producto que cambió, para siempre, cómo escuchamos música: el Walkman, un reproductor portátil de cassettes que permitió que las personas pudieran disfrutar de sus canciones preferidas de forma personal, sin tener que molestar a familiares, amigos o vecinos, y sin tener que depender de un enchufe, usando un dispositivo que, además, era una maravilla de miniaturización. Hoy lo damos por garantizado con las funciones multimedia de cualquier celular común, pero en esa época lo único cercano era la radio a transistores.
El desarrollo del Walkman, el primer pasacassette portátil, comenzó un año antes, ante el pedido de Masaru Ibuka, uno de los directores de Sony, que ya por entonces se posicionaba como uno de los líderes de la industria tecnológica. Las instrucciones eran precisas: crear un dispositivo portátil pequeño y de uso personal, que pudiera satisfacer las necesidades del ejecutivo, que quería disfrutar de la música clásica durante sus viajes de negocio.
Los ingenieros de Sony tomaron como base al Pressman, un grabador de audio portátil que había sido creado para que los periodistas pudieran contar con un equipo pequeño para registrar sus entrevistas. El proyecto tomó impulso tras una sugerencia de Ibuka al entonces CEO de la firma, Akio Morita.
Que los jóvenes pudieran escuchar música todo el día
“Este equipo deberá satisfacer las necesidades del público joven para que puedan disfrutar de la música durante todo el día”, dijo Morita en 1978 sobre las metas del proyecto, que estuvo listo para el verano siguiente, cuatro meses después del inicio, pero que pudo haber tenido un nombre muy diferente: internamente se conocía como TPS-L2, según explica la propia Sony en su sitio.
Walkman fue lo que se conoce como un término janglish (una mezcla entre japonés e inglés), y generó dudas entre los ejecutivos de la compañía antes del lanzamiento del dispositivo a los mercados internacionales. Sony America propuso Sony Disco Jogger, pero Morita lo rechazó, ya que consideraba que el término Disco podía alejar a los usuarios adultos.
Así fue que, en sus primeros años, el Walkman tuvo varios nombres: fue conocido en Estados Unidos como Soundabout, Stowaway en Reino Unido y Freestyle en Australia. Sin embargo, a medida que el éxito del equipo fue creciendo, se fue imponiendo la denominación original, de Walkman: el término sonaba bien, dejaba en claro al menos una de las funciones del pasacassette (la portabilidad) y fue bien recibido en los mercados extranjeros, a tal punto que dicha denominación fue incorporada al diccionario Oxford en 1986.
Lo podían usar dos personas al mismo tiempo
Un elemento clave en la popularidad del Walkman de Sony estuvo en la eliminación de los auriculares convencionales por otros que una división de Sony había creado unos años antes, que pesaban apenas 50 gramos y usaban una pequeña vincha metálica para ubicarlos sobre las orejas.
Además, el equipo permitía la escucha compartida, con conectores para enchufar dos auriculares al mismo tiempo, e incluía un micrófono para hablar y hacer que se escuchara en ambos auriculares por encima de la música.
Sony fabricó 30.000 unidades en la primera edición, una cifra descomunal para la época. Para potenciar sus ventas, Sony contrató a jóvenes para que pasearan por el barrio Ginza, en Tokio, usando el Walkman y ofreciendo a los transeúntes usarlo por un rato.
Las ventas de los Walkman de Sony llegaron, en 1982, a 5,5 millones de unidades; el 60% estaba destinado a los mercados fuera de Japón, un testimonio del impacto que el dispositivo tuvo en todo el mundo.
Pionero, pero no primero
Para la historia, lo usual es que se atribuya el nacimiento de este equipo a Sony, pero décadas más tarde, Andreas Pavel, un alemán residente en Brasil, logró ganar una batalla legal contra Sony para ser considerado el padre del reproductor de música portátil. Fue en 1972 cuando creó el Stereobelt, un prototipo que fue rechazado por firmas como Grundig, Philips y Yamaha, entre otras.
“Todos decían que nadie estaba tan loco como para ir por ahí con audífonos, que era solo un aparatito inútil de un tipo medio loco”, dijo Pavel, que no se resignó y patentó su equipo un año antes del desarrollo que inició Sony con el Walkman.
Tras una larga disputa, Sony acordó con Pavel un arreglo económico fuera de los tribunales en 2003, cuando en el mercado ya estaba en otra: en 1984 Sony había presentado el Discman, el primer reproductor portátil de CDs; en 1991 le dio una vuelta de tuerca a los formatos digitales con el MiniDisc, que no logró la popularidad de los anteriores; en 1998 nació el primer reproductor portátil de archivos MP3, el MPMan F10, seguido en 2001 por el primer iPod de Apple y el primer celular capaz de reproducir música, el Samsung Uproar. El futuro de la música portátil ya estaba definido.