El robo de identidad llega a los celulares
Días atrás, un joven al que le había sido robado su smartphone alertó que en su perfil de Facebook estaban apareciendo fotos que él no había subido. Estaban ocultas para sus contactos. En ese momento recordó que en el teléfono móvil -que no tenía más consigo- había instalado una aplicación que realizaba esa acción de manera automática. Ahí se dio cuenta de que esas fotografías podían ser las que estaban tomándose los delincuentes que le habían quitado su teléfono. O quizás un nuevo dueño, que habría comprado de buena fe ese dispositivo.
Este tipo de aplicaciones se deben utilizar con mucha precaución. En la mayoría de los smartphones que se venden actualmente la opción de geolocalizar las fotografías que uno tome viene activado de fábrica. Si esos teléfonos están en poder de un adolescente, habituado a tomarse fotos en su hogar, en la escuela, en la casa de sus amigos, el peligro se acrecentará.
Activada la geolocalización, el archivo que almacene esas imágenes, también conservará información relativa a la exacta posición de latitud y longitud donde se haya obtenida esa fotografía. Existen programas que pueden borrar la información del celular remotamente y conocer la dirección IP (la dirección de Internet) asignada. Ese dato será fundamental para la investigación del delito.
Otro punto para tener en cuenta hoy, desconocido por la mayoría de los usuarios de teléfonos inteligentes, es el hecho de que este tipo de dispositivos son verdaderas computadoras y, como tales, merecen el mismo cuidado. Requieren el uso de un antivirus, antispam, tomar recaudos a la hora de conectarse a la Web y, sobre todo, evitar brindar datos personales al conectarse usando Wi-Fi públicos sin contraseña.
Android se ha convertido en el blanco principal de los delincuentes informáticos. F-Secure, la compañía de seguridad, detalla en su más reciente reporte que durante el cuarto trimestre de 2012, el 96% de todo el malware tuvo como objetivo los dispositivos que utilizan ese sistema operativo.