El registro nacional de violadores, entre el FBI y el software nacional
Es una base de datos para cruzar información sobre acusados de delitos sexuales; se llama CoDIS, la desarrolló el FBI y se usa en 150 países; pone en duda el futuro de GENis, que la Argentina venía impulsando desde 2014 con el mismo propósito
Dentro de poco comenzará la implementación del software CoDIS en el país. Esa es la confianza que tienen en el Ministerio de Seguridad tras el acuerdo firmado el 18 de abril en los Estados Unidos; a partir de esa rúbrica, el gobierno avanza en la utilización de un programa informático para la implementación del Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual. Esos registros, que contienen en un código único e irrepetible a cada individuo vinculado a estos tipo de delito, se volverán parte de una gran base de datos que le permitirá a los investigadores determinar si una misma persona participó de algún hecho similar en una ocasión anterior, y verificarlo en cualquier parte del país.
El proceso para el correcto funcionamiento de este software en estos delitos es el siguiente: primero, se realiza la recolección de huellas en la escena; un laboratorio (autorizado) se encarga de procesar los datos y digitalizar el perfil genético (el número único e irrepetible); el software permite exportar los datos para analizarlos y compararlos, y encontrar coincidencias con otros perfiles cargados en el sistema. Por último, el juzgado es informado de los resultados. Al final, en caso de encontrar coincidencias, se repite el examen como una contraprueba.
En el proceso son clave los marcadores, que son las secuencias de ADN que presentan variaciones de un individuo a otro de una población. La coincidencia entre lo que indican los resultados de los marcadores de la huella de la escena y los cargados en el sistema será fundamental para que haya match; en ese caso, por ejemplo, un perfil coincidirá en un 99,9 por ciento con otro. Así podría saberse -siguiendo la misma línea- que un individuo también participó de otros hechos de la misma índole.
El proceso de incorporación, sin embargo, no es tan sencillo. Para la implementación, hacen falta "varios pasos", aclara Fernando Soto, funcionario del Ministerio de Seguridad y enlace en la Argentina con el FBI para la implementación del CoDIS. Llegarán capacitadores de Estados Unidos en los próximos días, las provincias deberán equiparse para poder utilizar el programa (algunas, como Mendoza, ya están muy avanzadas), y deberá haber laboratorios que sigan ciertos protocolos para ser los encargados de nutrir las bases de datos. También le tomarán una muestra (un hisopado) a todos los condenados por delitos sexuales y los jueces podrían solicitar lo mismo con causas que no estén prescritas para tener data actualizada y, sobre todo, digitalizada, explica Soto.
Según cuenta el funcionario, en el momento que se implementó en Estados Unidos, “se condenaron más de mil personas y otras 800 pudieron demostrar su inocencia” gracias a la efectividad de CoDIS, que se usa en más de 150 países alrededor del mundo.
La secuencia de números que se obtiene de cada persona (y que son producto de los marcadores) no contiene datos “íntimos” sino que hace referencia a una especie de “DNI de las células”. “Es como el registro del iris. No podés saber por ese registro si alguien es corto de vista”, aclara Soto. Pero constituyen datos sensibles al poseer datos sobre la identidad de las personas.
CoDIS no tiene costo para el país, aunque sí se abonan los capacitadores y el seguro de los equipos. Pronto se generará una comisión tripartita entre el Ministerio de Seguridad, Justicia y Ciencia y Tecnología. Aunque este último Ministerio justamente apoya otra iniciativa de desarrollo local.
GENis, el desarrollo local
Desde 2014 que se viene desarrollando en el país, con fondos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, un software local llamado GENis, que fue realizado en conjunto por la Fundación Sadosky, la Sociedad Argentina de Genética Forense, el Consejo de Procuradores, Fiscales, Defensores y Asesores Generales de la República Argentina y el Consejo Federal de Política Criminal. “Si bien no lo descartamos, creemos que es un software que estaba en etapa de comprobación y por eso no lo podíamos utilizar en estos momentos”, explica Soto. GENis costó hasta la fecha 7 millones pesos.
Para la Fundación Sadosky, encargada de la coordinación del proyecto, la mirada es muy diferente a la del funcionario. “La genética es una disciplina en ebullición, con avances constantes. Su creciente aplicabilidad en campos como la salud, la educación o la justicia llevó en su momento a generar una apuesta explícita de desarrollo local. De esta forma, GENis se consolidó como un proyecto bioinformático de vanguardia, que contó con el aporte técnico de la comunidad especializada. Formamos un triángulo virtuoso de articulación público-privada. No sería conveniente descartarla ahora. Sobre todo cuando el software ya cuenta con una versión operativa que ha sido aprobada por un laboratorio forense local y está siendo testeado en varios otros”, analiza Esteban Feuerstein, Director Ejecutivo de la Fundación Sadosky.
Gustavo Sibilla, coordinador general del proyecto, agrega: "No nos preocupa solo la inversión que eventualmente estaría siendo desaprovechada sino también, y especialmente, el renunciamiento injustificado a márgenes de soberanía en una tecnología muy, muy sensible. El ADN dice muchísimo de cada persona y aún resta madurar el debate sobre cuánta de esa información es prudente cederla a terceros países. El Congreso tiene una asignatura pendiente allí", sostiene.
Desde la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Genética Forense también criticaron la adopción de CoDIS: "El Ministerio de Seguridad está por utilizar un sistema cerrado en el cual no conocen cuáles son las fórmulas de búsqueda y con determinados marcadores genéticos que son los preestablecidos por el FBI y que no son ilimitados. El GENis es un software abierto, cuyos cálculos estadísticos fueron validados por sociedades internacionales de genética forense", explica un directivo que prefirió mantenerse en el anonimato.
"En un software cerrado uno no tiene acceso a las fórmulas de búsqueda. En una pericia esos datos pueden ser sometidos a cuestionamientos y uno no puede acceder a esa información, lo que podría ser fundamental para evitar falsos positivos", explica la misma fuente. "El hecho de utilizar un software como CoDIS condiciona la forma de trabajo de un país. ¿Cuánto uno quiere depender de otro país para algo tan crítico y tan sensible como una base de datos de ADN? No se puede tirar a la basura un esfuerzo muy grande como el que se hizo. Desde la Argentina fuimos el motor de la genética forense en el mundo y podríamos exportar este conocimiento", señala. Para Soto, en cambio, el hecho de no haber adoptado CoDIS antes se debió "a una decisión más política que científica".
Actualmente GENis se utiliza en el Poder Judicial de Entre Ríos y en breve lo utilizará (en uno de sus módulos) el Banco Nacional de Datos Genéticos, el mismo que se encarga de garantizar la conservación de los perfiles genéticos de las Abuelas y sus familias y realiza los análisis que permiten la identificación de los nietos apropiados. Mientras tanto, el debate sobre el software esconde también otras cuestiones que involucran aspectos técnicos pero también decisiones estratégicas que, en algunos casos, atraviesan las fronteras.