El plan de la UE para un mercado digital único alarma a las tecnológicas de EE.UU.
BRUSELAS—Las empresas tecnológicas de Estados Unidos se están preparando para luchar contra un plan de la Unión Europea que busca nivelar el terreno de juego para las empresas de la región que compiten contra los gigantes de Internet. El argumento de las compañías estadounidenses es que el plan podría empujar al bloque hacia el proteccionismo y la censura.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, anunció el miércoles un rango de propuestas que apuntan a impulsar la inversión en nuevas empresas tecnológicas europeas, así como la armonización de las normas sobre derecho de autor y la simplificación de las regulaciones para las firmas que venden mercancías o envían datos a través de las fronteras europeas.
La estrategia digital propuesta también resalta un punto de presión para las tecnológicas de EE.UU. que operan en Europa, ya que propone que la UE estudie un marco regulatorio para las grandes firmas de Internet como Google Inc. y Facebook Inc. El proyecto también contempla la apertura de una investigación para determinar si empresas de comercio en línea como Amazon.com restringen el intercambio transfronterizo.
Aunque están lejos aún de convertirse en ley, las nuevas propuestas muestran cómo el panorama legal está cambiando en Europa en respuesta a los temores de que las firmas estadounidenses se hayan vuelto demasiado dominantes. Ese mismo motivo está impulsando a las tecnológicas líderes de EE.UU. a responder pública y privadamente en un esfuerzo para defender uno de sus mayores mercados.
"La imposición de barreras regulatorias sería un grave error para Europa y tendría efectos nocivos sobre el comercio y la inversión transatlántica", dijo Dean Garfield, director del Consejo de la Industria de Tecnología de la Información, un grupo comercial con sede en Washington que incluye a Google, Facebook y Microsoft Corp.
Las compañías estadounidenses dicen que apoyan muchos aspectos del plan, como la armonización de las reglas de propiedad intelectual, porque ello también simplificaría su negocio. Pero advierten que otros elementos, más allá de la regulación de plataformas, podrían crear nuevos dolores de cabeza, como reglas audiovisuales para cubrir servicios de video en línea.
"Algunas de estas propuestas apuntan a problemas reales, pero otras también apuntan a problemas percibidos donde hay muy poca evidencia de sustento", dijo James Waterworth, director de la oficina en Europa de la Asociación de la Industria de Computación y Comunicaciones, con sede en EE.UU.
El plan de la UE tiene como objetivo unificar los fragmentados mercados digitales europeos y combatir presuntos abusos de compañías estadounidenses, una iniciativa que las autoridades esperan ayude a impulsar la economía y contribuya a la creación de gigantes capaces de competir con Google y Facebook.
Resultado de seis meses de trabajo, el programa establece la meta de alentar la inversión en las nuevas empresas europeas, parte de los esfuerzos del brazo ejecutivo de la UE para para reactivar el crecimiento en el bloque de 28 países. Las 16 medidas contempladas incluyen una reforma regulatoria en el sector de telecomunicaciones, la armonización de regímenes fiscales y políticas de ciberseguridad.
La previsión de investigar posibles abusos por parte de empresas de Internet con sede en EE.UU. incluyen un "análisis exhaustivo" del rol de plataformas en línea como motores de búsqueda y sitios de comparación de precios, que la UE teme puedan estar abusando de su poder en el mercado.
El objetivo de remediar la fragmentación de mercados y marcos regulatorios, dice la CE, es que que los consumidores y las compañías operen sin problemas en toda la región, y potencialmente impulsen a firmas web europeas hacia las grandes ligas.
Entre 2001 y 2011, el crecimiento de la contribución de Internet y otras tecnologías de comunicación al Producto Interno Bruto europeo fue de 30%, mientras que en EE.UU. fue de 50%.
Desarrollar un mercado unificado para bienes y servicios en Europa ha llevado muchas décadas, y ha avanzado de forma poco sistemática, incluyendo algunos planes que quedaron en el camino.
Aunque la propuesta no llega a plantear nuevas regulaciones para las empresas de Internet, Günther Oettinger, el poderoso comisionado digital de la UE, hizo hincapié en que una iniciativa de ese tipo aún era considerada.
Funcionarios de la UE estiman que las iniciativas podrían sumar 415.000 millones de euros (US$465.280 millones) a la economía del bloque y crear cientos de miles de empleos, que se necesitan con urgencia en una región donde el desempleo supera el 11%.
Aún falta mucho tiempo para que los planes se conviertan en realidad. La CE, con sede en Bruselas, debe convertirlas en propuestas legislativas que serán debatidas por los gobiernos nacionales y el Parlamento Europeo, un proceso que suele tardar años.
Ejecutivos de firmas estadounidenses aseguran que planean un intenso lobby para explicar sus negocios ante funcionarios europeos, y para recordarle al público en general cómo contribuyen a la economía de ese continente.
Amazon, por ejemplo, dice que apoya desde hace tiempo el comercio internacional, y que los comerciantes europeos que usan su plataforma ganaron el año pasado más de 2.800 millones de euros (US$3.120 millones) en ventas dentro de Europa. Apple ha resaltado sus contrataciones y su gasto en Europa. En Francia, Google lanzó recientemente una campaña publicitaria llamada "Motor del éxito francés" para resaltar la forma en que el gigante de las búsquedas ayuda a las empresas de ese país.
La propuesta de combatir mejor "el contenido ilegal en Internet" es una de las más polémicas. Con los cambios contemplados, la UE podría requerir que "servicios intermediarios de Internet" monitoreen sus sistemas en busca de contenido ilícito, algo que según ejecutivos del sector podría tener un efecto negativo sobre la libre expresión y generar censura.
"Bruselas parece dispuesta a encargar a miembros del gobierno el diseño e implementación de servicios en línea enormemente populares" sin pruebas de que estén perjudicando a los consumidores, afirmó Garfield.